viernes, 18 de julio de 2008

- INCONGRUENCIAS RELIGIOSAS

Hace poco tiempo me desplacé a Niebla para asistir a la celebración de un bautizo de una cría pequeña porque el cura de Bonares no quería bautizarla aquí. Visto así parece no tener sentido ya que el cura tendría sus motivos para negarse, y claro que los tenía, según él, ya que la madrina no estaba confirmada y por lo tanto incumplía las normas dictadas por la iglesia; no obstante no le preocupaba que los padres de la cría tampoco estuviesen casados por la iglesia, así que dichos padres hablaron con el cura de Niebla, que, por cierto, parece que aplicaba otras normas o se salta las existentes y no pone ninguna pega al bautizo.

Se podría hablar de las incongruencias de este caso: padres no casados que quieren bautizar a su hija por la iglesia, madrina que quiere ser pero no cumple los requisitos marcados por la jerarquía eclesiástica, un cura que aplica una norma a rajatabla y otro que se salta a la torera dicha norma.

Actitudes como estas dicen más bien poco del pensamiento y forma de actuar de la mayoría de la gente y de algunas sociedades en pleno siglo XXI, donde no debía estar mal visto no casarse por la iglesia, no bautizar a una hija, no confirmarse, pero se sigue viendo mal y a veces presionados por parte de la familia y se ven abocados a hacer cosas que en otras circunstancias no la harían. Pero las normas son las normas y deben ser iguales para todos los que formamos parte de una misma sociedad y no debe haber favoritismos ni diferencias entre unos y otros y más cuando ellos predican una doctrina que dice que hay que tratar a todos por igual.

Creo que se puede conseguir mejores cosas hablando con la gente e intentando convencerla, por las buenas, como hizo el cura de Niebla con los padres de la criatura a los que les sugirió la posibilidad de casarse por la iglesia aprovechando que ya habían bautizado a su hija y no negando el sacramento a una futura fiel de la iglesia, pero que cuando sea mayor y tenga uso de razón y sepa lo que le hicieron en su pueblo tal vez no vaya a la iglesia.

Así actúa la iglesia del siglo XXI discriminando a las personas según el lugar donde viva aparte de por otras cosas.

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