domingo, 31 de agosto de 2014

jueves, 28 de agosto de 2014

- ADIÓS A ROUCO VARELA, EL GRAN CRISPADOR.

Las carga el diablo.

Adiós a Rouco Varela, el gran crispador.

 

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Lo peor que le ha podido pasar a la iglesia católica española en los últimos veinte años tiene un nombre: Antonio María Rouco Varela, el gran crispador.

Hay muchas maneras de abanderar intolerancias, pero el ahora defenestrado arzobispo de Madrid escogió durante muchos años la peor de las posibles. Rouco Varela se marcha, y lo hace dejando tanto descanso que no hay más remedio que desearle que se lleve con él una paz parecida.

Pero parece complicado, porque quien ahora se resiste como gato panza arriba a marcharse tal y como han dictaminado sus superiores (año y medio han tardado en decidirse a ponerle el cascabel) ha sido durante muchos años en este país el promotor y el artífice de la peor de las crispaciones en los púlpitos, en las hojas parroquiales, en la Cope, en 13tv y en todos aquellos lugares donde le ha sido posible sembrar cizaña y desparramar discordia.

No hace mucho, en la catedral de la Almudena, se permitió incluso profanar la memoria del 11-M removiendo fétidas teorías conspiratorias. Y en el funeral por la muerte de Adolfo Suárez tuvo las santas narices de insinuar la reedición de un enfrentamiento civil entre los españoles. A pesar de ser contrario a las manifestaciones públicas para reclamar derechos laborales y sociales, no dudó en su día en ponerse al frente de manifestaciones callejeras contra las políticas a favor de la libertad de la mujer en la época de zetapé

Para acercarnos al perfil del personaje, no hay más que comprobar cómo, ni siquiera con Rajoy, que infestó su gobierno de opusdeístas y meapilas, ha sido capaz de hacer migas. Rouco Varela ha vaciado las iglesias de jóvenes y ha conseguido generar el rechazo de buena parte de la sociedad a la institución que tan torticera y sectariamente ha representado.

Como periodista no puedo menos que avergonzarme del papel desempeñado por muchos comunicadores durante años en la Cope y en 13tv al servicio de sus dictámenes, sustanciosas nóminas mediante (dinero, por cierto, procedente del 0,7% de los impuestos de aquellos que marcan la casilla de la iglesia católica).

Rouco Varela es todo lo contrario a lo que quien se tome la molestia de consultar esos evangelios por los que en teoría han de regirse los católicos, encontrará en sus páginas. Siempre fue beligerante, agresivo, retador, bronquista. Lo que se conoce como un tipo que transmite mal rollo. Nunca le importaron los pobres, algo que al menos le une a Mariano y a sus chicos y chicas a pesar de sus muchas discrepancias con un gobierno que siempre le pareció blando y melifluo. Se empeñó en mantener y ejercer un poder que ya no tenía cabida en un estado aconfesional, a pesar de estar gobernado por el partido más cómplice y transigente imaginable con sus invectivas y sus intolerancias.

Ni para marcharse está teniendo clase Antonio María Rouco Varela. ¿Cómo me pueden estar haciendo esto a mí?, cuentan que anda gritando por las esquinas desde que el día de Santiago fuera citado para acudir en 24 horas a la nunciatura, donde se le comunicó sin anestesia que sería relevado en pocas semanas. No lo asimila. Tantos años subido a su pedestal le impiden entender que ya no es nadie y que quien manda sobre él ha decidido que su tiempo se ha acabado. Busca excusas para postergar el desalojo: viaje a Alemania, esperar hasta redondear veinte años en el cargo, que se cumplen en octubre… No hay manera. Los biempensantes lo atribuyen a debilidad humana; los que sostienen tesis menos amables se preguntan qué tendrá que esconder Rouco tras dos décadas de gestionar a su antojo una archidiócesis de la envergadura de la madrileña para resistirse  al desalojo con tanta tenacidad. El caso Pujol anda demasiado cerca en el tiempo y a algún que otro malvado puede darle por hacer comparaciones…

Demasiado benévolos han sido con él quienes, con Bergoglio al frente, quieren recuperar para la institución que representan una mínima autoridad moral, la que se desprende de actuar acorde con lo que pregonan y con los principios que aseguran les mueven a actuar. Algo que a Rouco Varela nunca le importó  demasiado. O al menos no lo demostró.

Lo dicho, egregio defenestrado, tanta paz lleve como descanso deja.

A ver ahora cómo se enrolla el sustituto, que esa es otra.

Juan Tortosa.

lunes, 25 de agosto de 2014

- APADRINA A UN ALCALDE DEL PP.

Si te gustan las causas nobles y las especies en extinción, tú también podrás contribuir con tu papeleta cuando llegue el día de las elecciones.

Mientras usted disfruta despreocupadamente de su veraneo y Rajoy y Merkel se estudian el decálogo de deberes que les ha puesto Pedro Sánchez, un terrible drama se gesta de manera silenciosa e inopinada. En un mundo cruel y despiadado donde sólo rige la lógica del más fuerte, otra especie desvalida se encamina hacia la extinción. Si, amigas y amigos, los alcaldes del PP pueden extinguirse a manos de una izquierda voraz e insaciable, bien financiada por el oro de Cuba y Venezuela y que además da muy bien en las tertulias de la tele.

A pesar del cariño de sus nobles gentes, ciudades como Málaga o Valladolid pueden verse privadas de sus sensibles alcaldes. La despreciable artimaña que podría utilizarse para un fin tan vil consiste en que candidatos que juntos suman más votos se pongan de acuerdo para formar gobiernos de coalición. Algo que, como todo el mundo sabe, acaba trayendo el fascismo, el comunismo, el turismo de borrachera y la sífilis. Como diría el regidor de Valladolid, el sabio León de la Riva, la democracia debería andarse con ojo, a partir de ciertas horas, las mujeres y la gente en general deberían mirar por donde votan.

Lamentablemente la Constitución de 1978 no prohibió expresamente los gobiernos de coalición. Como sí ha hecho con todo cuanto no le gusta o le va mal al Partido Popular, desde el referéndum catalán, a una consulta en Canarias sobre las prospecciones petroleras, que los gays se puedan casar y llamarle matrimonio, o que las mujeres puedan abortar si así lo deciden libremente.

Afortunadamente ese error histórico pronto podría quedar corregido. Para crear más empleó, salir de la crisis y regenerar la democracia, el gobierno estudia cambiar la ley y que mande el alcalde más votado. Sostiene Rajoy que sería lo más democrático. En pura lógica política esa afirmación es tan cierta como declarar que lo más democrático es que gobiernen las coaliciones si suman más apoyos. Sin embargo, desde una lógica estrictamente futbolera de la política resulta una verdad como un templo. Las elecciones no son como la Liga, donde gana quién sabe sumar más puntos en una competición de todos contra todos. Se parecen más a la Copa: gana quien suma más votos y los demás quedan eliminados .

El Partido Popular se ha lanzado a darlo todo para resolver este problema que angustia a millones de españoles, muy preocupados porque no gobierne en su ayuntamiento la lista más votada. Sus mejores espadas reclaman a la izquierda que no sea nenaza y deje hablar al pueblo. La izquierda pica y entra al trapo contribuyendo a fijar la idea de que la gente quiere y va a votar masivamente al Partido Popular, pero la democracia y la legislación vigente tal como está se lo impiden.

Si te gustan las causas nobles y las especies en extinción, tú también podrás contribuir con tu papeleta cuando llegue el día de las elecciones. Apadrina a un alcalde del PP con tu voto. Que no se pierdan ni el lince ibérico, ni los alcaldes del PP. Hagamos entre todos una España mejor.

Antón Losada

domingo, 10 de agosto de 2014

- VACACIONES.

          Después de más de 35 años de servicio a la educación y enseñanza de niñ@s, disfruto de las últimas vacaciones oficiales y cuando termine el mes de agosto comenzaré a "disfrutar" de mi jubilación como maestro. 
         Todavía no me lo creo cuando alguien me pregunta por el tema y le contesto, y tardaré en creermelo, aunque cuando comience el curso, el día 1 de septiembre y vaya al colegio a conocer a la maestra que me sustituya y darle información de mis ex-alumn@as, entonces tal vez reaccione de otra forma y comience a creer que sí, que ya estoy jubilado.
         Mientras escribo estas lineas me viene a la cabeza muchos recuerdos de mis comienzos como maestro y el paso por muchos colegios de la provincia de Huelva:
CEIP "José Romero Macías" de Aroche.
CEIP "Argantonio" de Tharsis.
CEIP "Reyes Católicos" de Bollullos par del Condado, durante 4 cursos.
CEIP "San Sebastián" de Santa Bárbara de Casa.
Escuela Infantil de Hinojos.
CEIP "Miguel de Cervantes" de Lucena del Puerto.
CEIP "Ángel Pérez" de Isla Cristina.
CEIP "San Walabonso " de Niebla.
CEIP "José Nogales" y CEIP "Menéndez Pelayo" de Valverde del Camino.
CEIP "Lora Tamayo" de Bonares desde el curso 1986-87 hasta mi jubilación.
          Durante estos años he conocido a grandes maestr@s, en el más amplio sentido de la palabra, dedicad@s en cuerpo y alma a la enseñanza y a un@s poc@s, muy poc@s, que estaban en el lugar equivocado y que le importaba más bien poco su trabajo. 
          Recuerdo mi primer sueldo, 27.000 pesetas mensuales, y el dinero que me tenía que dar mis padres para poder comer, pues era insuficiente para pagar la pensión y la comida y sin embargo ganaba 40.000 pesetas como peón de albañil trabajando con mi padre. Fue una época muy mala, pero mi padre me decía que siguiese adelante que mientras él tuviese dos manos para trabajar no tendría problemas, y así fue y seguí trabajando como maestro interino, hasta que en el año 1982 aprobé las oposiciones restringidas y gané la plaza en propiedad, ganando algo más de dinero y cobrando las vacaciones sin tener que trabajar de albañil. Cuando aprobé las oposiciones hice el curso de 800 horas de Pedagogía Terapéutica, que me costó mas dinero que mi boda, y que gracias a él he podido trabajar con l@s alumn@as con dificultades.
          Hoy en día no me arrepiento en nada de lo que hice entonces ni de lo que he hecho el resto de mi vida profesional.
       Mis últimas palabras va para tod@s aquell@s universitari@s que estudian Magisterio, que se lo piensen antes de seguir y si no le gusta la enseñanza que cambien de carrera.