jueves, 21 de noviembre de 2013

- UNA SOCIEDAD QUE AVERGÜENZA.

La sociedad española parece tener un buche en el que cabe todo. Engulle lo que le echen en tales proporciones que pronto habrá de habilitar esófago, estómago e intestinos para seguir almacenando lo que ingiere. El saco de la suciedad soportable se ha ido llenando al punto que ya desparrama fuera sus excrementos como lo hizo la basura de Madrid. Hasta las más inmensas tragaderas tienen un límite de espacio, no parece en el caso español. Estamos dando como pueblo un espectáculo deplorable.
Los poderes nos suministran porquería prácticamente a diario. Y la mayoría la ingiere sin mirarle el diente. Es la sentencia del Prestige, que deja la catástrofe sin culpables tras 11 años de dilación para alimentar el olvido. El chapote que sí existió tizna a la justicia y a la propia sociedad complaciente. Son los 45 diputados del PP valenciano –de los 54 electos– firmando una petición de indulto para que no entre en prisión el colega que prevaricó en Torrevieja, según condena judicial –que alguna hay–. Siguen la estela, por cierto, del magnánimo Gobierno central, presto a eximir de la cárcel a toda suerte de corruptos y estafadores de altura, torturadores, y hasta a homicidas al volante que hayan tenido la previsión de contratar los servicios del bufete adecuado. La podredumbre de la vida política actual nos entronca con los periodos más negros de nuestra historia.
Hemos visto cosas que no creeríamos. No hasta ese punto y con tanta frecuencia. Cada uno de los escándalos desvelados hubiera costado el puesto, la caída del Gobierno incluso, de forma fulminante; la aglomeración parece diluirlos. El aire se enturbia cada día más, lo viene haciendo a golpes continuos de hollín hasta haber llegado al nivel de irrespirable. Mientras, los autores del desastre caminan, erguidos y suficientes, como si nada fuera con ellos.
Cuando supimos, publicado en prensa y confirmado por él, que todo un presidente del Gobierno intercambiaba SMS de ánimo con su extesorero imputado por corrupción vinculada a su partido, pensamos que todo habría de estallar necesariamente. Sueldos, sobresueldos –hasta en A, que son casi igual de flagrantes–, donaciones al partido de las mismas empresas que reciben el contrato público de cuanto se gestiona y construye en España. Y a las que la justicia no ve relación punible porque no han firmado un escrito en el que diga: vale por un cohecho. Borrado de ordenadores comprometedores que tampoco merecen sospecha judicial. Privatizaciones cuyo tufo atruena. Finiquitos diferidos. Recibís que se firman sin que medie la recepción del dinero, según se atreven a declarar. Ni el más surrealista de los autores de ficción osaría escribir un guión tan zafio e inverosímil. Interpretado, además, por un elenco de actores de tan ínfima categoría que parecen reclutados en un desguace. De Botella a Montoro, pasando por González, Báñez, Mato, Soria, Fabra, Camps, Barberá, Bauzá, Floriano, Cospedal o el propio Rajoy, encabezando la interminable lista.
¿Nos toman por idiotas? Puede ser, pero sin duda por mansos, o moldeables. Porque, siguiendo la triste tradición de nuestro país, a quien protesta se le acalla. Por el método que sea. Saben –y ése es su triunfo– que mientras no estalle eso que llaman en términos elogiosos su “mayoría silenciosa”, sumisa, hay margen. Y, si no, se construye el entramado legal y judicial ad hoc. El Código Penal de Gallardón o la nueva Ley de Seguridad Ciudadana de Fernández Díaz en Interior, altamente represora. Para cortar reclamaciones molestas o ante cualquier eventualidad, María Dolores de Cospedal avanza ante las NNGG que el PP piensa poco menos que sacar a España de la jurisdicción de los tribunales Internacionales. Y ni se inmuta al decirlo. Ni la sociedad al escucharlo.
Asistimos al patético episodio de ver en el mismo escenario, al presidente del PP y del Gobierno –que solo habla ante quien le aclama y le corea– aplaudirse a sí mismo por sus imaginarios éxitos, al cumplirse la mitad de su mandato. Tan encantado con su labor está, que promete persistir en ella: nos seguirá empobreciendo y aumentando la desigualdad social con sus “reformas”. Él y los suyos están mejor que hace dos años, no el resto. Sin duda.
La lista de irregularidades es tan larga que la mayoría la olvida entretenida en su labor de embuchar hasta sapos con púas. Cierto que tanto golpe seguido, tanta desfachatez andante, puede terminar por anestesiar. Si se está enfermo; una sociedad sana no lo toleraría. En ningún país serio seguiría en la presidencia del Gobierno una persona que ha mentido desde la primera a la última de sus palabras y que se halla circundado por SMS y cuentas turbias. No continuarían ni un minuto más en su puesto los 45 diputados valencianos. Ni los órganos de la justicia que alojan en sus estómagos sentencias como la del Prestige y todas las que se avecinan, dando una insufrible sensación de impunidad. No se aguanta esta batería de desafueros en otros países aunque no sean un dechado de virtudes. Se echa a los corruptos. Se van ellos, incluso. Antes incluso del proceso judicial; la sospecha fundada, tanta sospecha fundada mancha.
En el llamado “escándalo de los gastos parlamentarios” de 2009 en el Reino Unido, se penó el robo de cantidades que aquí son calderilla. La sensible diferencia es que todos ellos fueron obligados a dimitir. Que sus partidos se mostraron férreos con eso. Y que en las calles de Londres la ciudadanía evidenció su enorme rechazo, su irritación, su determinación irrevocable de castigar estas prácticas. Vengan de donde vengan. Aquí no ocurre. Ni por asomo.
Hace meses que la prensa internacional se pregunta hasta dónde va a aguantar la cuerda a Mariano Rajoy y su partido. En julio decía The Economist: “La corrupción es la piedra de molino del señor Rajoy. ¿Va a hundirlo? La combinación de una mayoría parlamentaria absoluta, una inexplicable tolerancia a la corrupción entre los votantes españoles, escándalos similares que golpean la oposición socialista y un sistema judicial lento significa que probablemente no lo hará”.
Esa “inexplicable tolerancia a la corrupción entre los votantes españoles” que los medios extranjeros resaltan duele y avergüenza profundamente a los españoles decentes. A los que aún arriesgan su dinero y su trabajo para defender, por ejemplo, la sanidad pública, ahuyentando a los buitres que vienen a comer lo que han convertido o quieren convertir en carroña de la que lucrarse. A los que han dejado unos días la basura en la calle –como metáfora– para no emporcar más los salarios y condiciones laborales de los españoles. A quienes no quieren ser identificados con la España corrupta.
¿Cómo ha podido convertirse en normalidad esta inmundicia? ¿Qué puede germinar en esta mugre? Sea cual sea su papel en la obra, protagonista o secundario, si usted es de los que tiene tan empachado el buche que ya se le confunde con el intestino, mírese al espejo y reflexione si ve en él a un ciudadano o qué ve. Sinceramente.
Rosa María Artal.

lunes, 18 de noviembre de 2013

- LAS 15 ROSAS DE LA PUEBLA DE GUZMÁN.

La larga noche de las rosas de Puebla de Guzmán ya ve la luz.


La familia de Pedro el Sastre (el bebé). La primera mujer por la izquierda, María Blasa, una de las rosas de Guzmán.
La familia de Pedro el Sastre (el bebé). La primera mujer por la izquierda, María Blasa, una de las rosas de Guzmán.
“Se hacían interminables las noches, insufribles”. Para Beatriz, que ya le habían matado a su hijo Gaspar. Para María y para María Dolores. Para María Márquez y María Rodrigo, a cuyo hermano también lo habían asesinado. Para María Peña, para María San Blas y para Catalina, “que no conocía eso que sus verdugos llamaban política o comunismo”. Para María Blasa y para Dolores, de la que intentaron abusar hasta la misma noche de su asesinato. “Las dejaron en el cementerio, amontonadas en una fosa abierta. Y allí las echaron. Y allí están, amontonadas”, cuenta el periodista Rafael Moreno en su libro Perseguidos, editado por el Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Social de Andalucía de CGT-A.
El desfile continuó con Antonia, Concha, Mercedes, Sampedro, Dolores y Concepción, cuyo hijo, Félix, no dejó crecer, mientras vivió, jaramagos, ni cardos, ni ortigas sobre la fosa donde enterraron a estas 15 mujeres. Cuenta Moreno que Félix sembró un rosal, lo injertó con otros y salieron rosas rojas, amarillas, lilas… Y allí, en el viejo cementerio de Puebla de Guzmán (Huelva), siguen ocultas bajo la maleza esas otras 15 rosas y su crimen, sólo recordadas por José, un hombre de 95 años, hijo de María Blasa, una de ellas.
José, aquejado de una bronquitis, no pudo asistir al acto de presentación del libro, cuyo germen fue publicado previamente en este periódico por el propio autor el pasado junio. Pero no pudo contener la emoción en su casa, cuando supo que el alcalde, Antonio Beltrán (PSOE), había anunciado que buscará y exhumará la fosa donde supuestamente está su madre y las otras mujeres. El regidor lo hizo público la semana pasada ante unos 150 vecinos, que no cabían en la biblioteca municipal, donde se celebró el acto. “Hemos recogido el sentir de los vecinos y el Ayuntamiento asumirá, con subvención o sin ella, la investigación y la posterior exhumación de la fosa por una cuestión de orden moral, porque los vecinos tienen que ver reparada la memoria de sus familiares“, confirmó a Andalucesdiario.es el alcalde, que insiste en que es una obligación investigar esos crímenes. En Puebla de Guzmán, entonces con unos 6.000 habitantes -hoy la mitad-, se calcula que mataron a más de 80 personas.
El pasado julio, el Ayuntamiento solicitó una subvención a la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta para iniciar los trabajos pero fue denegada por “puntuación insuficiente”. Según el alcalde, la primera fase, la de investigación, supone un coste de 23.000 euros. “La siguiente fase, la de la exhumación, la tiene que cuantificar aún la arqueóloga”, aclara el alcalde, con quien -asegura- mantendrá una reunión la semana próxima.
Rafael Moreno, José Domínguez, el investigador Jesús Copeiro y Cecilio Gordillo.
Rafael Moreno, José Domínguez, el investigador Jesús Copeiro y Cecilio Gordillo tras la presentación de ‘Perseguidos’, en la casa de José.
76 AÑOS OCULTO
“No se ha hecho nada en 76 años hasta ahora. Esta fosa está también incluida en el mapa elaborado por la Junta de Andalucía en 2011. Pero, insisto, no se ha hecho nada hasta que no se ha publicado esta historia. Ese momento en la biblioteca fue precioso. Es un ejemplo más de la importancia de airear estos casos”, explica el editor, Cecilio Gordillo, que llevaba preparado un escrito para el alcalde donde pedía la intervención en la fosa. “Si algo bueno tuvo el boom de la memoria histórica es que animó a mucha gente a salir del silencio”, añade el historiador Francisco Espinosa en el prólogo.
Rafael Moreno destaca también la importancia de la publicación para arrancar compromisos a la administración. El autor confía ahora en que el alcalde efectivamente cumpla: “Sobre todo por José, un hombre que se sigue emocionando y que, de alguna manera, esto le va a permitir descansar al menos un poco”.
José Domínguez, conocido como Pedro el Sastre, fue enviado al frente a batallar donde operaban las tropas italianas que apoyaban a Franco en La Alcarria. Desde allí mandaba cartas a su madre sin saber que la habían matado. “Madre, no me llegan noticias suyas. Creo que no ha recibido la primera carta que le mandé en septiembre, nada más llegar a estas tierras alcarreñas. Me resulta extraño este silencio de letras y tintas pero serán cosas de los correos en tiempos de guerra”, escribe en una misiva recogida en el libro. Su memoria ha puesto nombre y apellidos a unas mujeres, a unas vivencias y recuerdos que, como subraya Francisco Espinosa, muy difícilmente habrían entrado en los libros de historia. José, con 95 años, ha logrado que todos los demás recuerden también a las Rosas de Guzmán.
.http://www.andalucesdiario.es

viernes, 15 de noviembre de 2013

- MÁRTIRES.

La Iglesia ha beatificado a 522 religiosos de la Guerra Civil sin importarle despertar los viejos fantasmas de aquella gran matanza.

Las dos Españas enfrentadas en la Guerra Civil produjeron la misma cosecha de mártires, de uno y otro bando. Desde entonces persiste una profunda cicatriz que aún supura, porque unos mártires están en el altar y otros en la cuneta; a unos los envuelve un coro de ángeles en el cielo, a otros solo les cantan los pájaros en los árboles. El olor a cera e incienso perfuma los pies de escayola de los mártires beatificados; pero los enterrados en los barrancos reciben el aroma de las plantas silvestres, la lavanda, el anís, el tomillo y el espliego. A los mártires de la Iglesia les rezan los fieles de derechas; a los asesinados del otro lado las plegarias las trae el viento que dobla los narcisos salvajes sobre su memoria. En los retablos barrocos envueltos en falso oro, las hornacinas cobijan a los religiosos que fueron vilmente asesinados; los mártires laicos, alcaldes, maestros, obreros, funcionarios y militares demócratas, que cumplieron con su deber y cayeron después de la victoria bajo los fusiles en las tapias de los cementerios solo son glorificados por el sol, que al amanecer y al final de la tarde les ofrece con el incendio de las nubes un retablo de oro puro. A simple vista parecía un acto fanático y provocativo. En medio de la crisis social y política que azota y divide a este país, la Iglesia se ha marcado el farol de beatificar a 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil sin importarle en absoluto despertar y poner al día los viejos fantasmas de aquella gran matanza entre hermanos. Durante la ceremonia el papa Francisco mandó un mensaje aséptico, sin atreverse a tocar el hueso. Por lo visto es más fácil echar mermelada sobre los pobres, dejar de calzar las sagradas pantuflas, enfrentarse a los cocodrilos de la curia, montar en coche utilitario y mezclarse entre la multitud sin temor a un atentado que aludir, aunque solo fuera de pasada, a los mártires que generaron los crímenes del franquismo. Es imposible que un argentino no encontrara las palabras siquiera ambiguas, si no es por el miedo cerval a molestar a una derecha dura, que es tenaz con su ideología. Pero, después de todo, lo peor no es esto, sino que un día volverá al poder la izquierda y atrapada en el mismo miedo tampoco va a hacer nada para que cese de una vez esta ignominia.
Manuel Vicent

jueves, 14 de noviembre de 2013

. RECORTES Y LOMCE.

Presentan en Moncloa 1,7 millones de firmas contra los recortes y la LOMCE.

La Plataforma por la Escuela Pública reclama que el Gobierno retire la reforma educativa.

Manifestación contra los recortes y la reforma educativa, el 24 de octubre, en Madrid. / GORKA LEJARCE
La Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha entregado este jueves en el Palacio de la Moncloa los resultados de la consulta ciudadana que los sindicatos, organizaciones de estudiantes y asociaciones de padres que componen esta entidad iniciaron el pasado mes de septiembre para recoger la opinión de los españoles sobre los recortes y la política educativa del Ejecutivo y que ha contado con la participación de 1,7 millones de personas.

Aunque esperaban que les recibiera al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o alguien de su gabinete, finalmente, esto no ha sucedido y han entregado el resultado de la encuesta en el registro de la Moncloa. "Un sello es lo que demuestra el respeto que tienen por la comunidad educativa", ha lamentado en declaraciones a los medios el presidente de la confederación de padres de alumnos CEAPA, Jesús María Sánchez. No obstante, ha destacado que la consulta ha sido "un éxito sin precedentes de la sociedad española", pues ha recogido una posición "de absoluto rechazo" a los recortes en educación, al proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y al Real Decreto de Becas, pese al "boicoteo", según ha denunciado, por algunas administraciones educativas "del PP" para "impedir" llevar a cabo esta iniciativa.
De total de ciudadanos que han participado en la encuesta, han respondido a la primera pregunta sobre si rechazan los recortes educativos, 1.765.167 personas (el 99,1%) han contestado que "sí", 10.463 personas han dicho que "no" y en blanco hay 2.934 votos. A la segunda pregunta sobre si rechazan las políticas educativas del Gobierno, un total de 1.759.229 personas (98,3%) han votado que "sí", mientras que 19.269 han dicho que "no" y 8.076 han dejado esta cuestión en blanco.
"Esto demuestra que el Gobierno se tiene que sentar con la comunidad educativa, retomar este asunto y retirar la LOMCE", ha aseverado Sánchez, que ha insistido en solicitar la retirada también del decreto de becas, aunque ha avisado de que si no lo hace el Tribunal Supremo dará la razón a CC OO y CEAPA para que esto se produzca. "Que lo haga ahora para que no se tenga que retractar como ha ocurrido con las becas Erasmus, tras el ridículo tan espantoso que España ha hecho en Europa", ha añadido.
La encuesta se ha desarrollado entre el 23 de septiembre y el 27 de octubre. Precisamente, esta organización ya hizo entrega el pasado mes de octubre de un millón de firmas recogidas en el marco de la consulta ciudadana contra la LOMCE y los recortes. Para la realización de esta encuesta, la plataforma ha instalado 4.852 mesas repartidas en todas las comunidades autónomas, la mayoría en los centros públicos.

sábado, 9 de noviembre de 2013

- EL PP Y LA BASURA.

El PP y la basura.

El símil es facilón: La basura inunda Madrid y la política nacional. Pero la empresa concesionaria es el PP y su filial el Gobierno. Vivimos entre basura y presumiblemente cuando la de la limpieza viaria pase, la de la política permanecerá. Es terrible: nos hemos acostumbrado a todo tipo de fechorías y desmanes: permitimos que cacheen a los periodistas de la radiotelevisión valenciana y a las visitantes del Congreso de los Diputados; permitimos que cierren Fagor pero a los bancos les damos lo que les haga falta, sí, el perjuicio de cerrar un banco sería enorme pero las cantidades son ingentes en relación con la ridícula que haría falta para salvar Fagor; como quien no quiere la cosa, amplían a más de un año, que ya era una buena fechoría, los contratos sin indemnización alguna, basura pura; el número de multimillonarios españoles ha aumentado un 13% y el de pobres un 25; si las comunidades autónomas retiran la subvención a los colegios que segregan por sexo, raudo acude el Gobierno para anularlo y recuperen tales cantidades para no perjudicar al Opus Dei, propietarios de los colegios, basura ideológica y religiosa; cierran las televisiones autonómicas y despilfarradoras para privatizarlas en lugar de remozar la gestión y despolitizarlas, basura de la propaganda; TVE es una risa de manipulación, rompieron el acuerdo para el nombramiento del Director General, y ellos se lo guisan y se lo comen, aunque la audiencia se hunda: indultan a kamikazes contra el criterio del tribunal sentenciados y hasta del fiscal, basura turbia y sospechosa; desparraman las becas concedidas en pilas de suciedad retroactiva hasta que Europa les ordena recogerlas; lo pasan todo a la justicia que saben larga, y en ella dan explicaciones inverosímiles de recibís, sobresueldos, cohechos y donaciones, toda España sospecha que llevaban contabilidad paralela menos ellos; paradójicamente se pelean y mienten por las concesiones de los contratos de recogida de basura; maltratan la sanidad, la esquilman aunque la gente muera, y la privatizan y hacen que se resienta el gran logro del país; prefieren que Catalunya se encabrone antes que una mínima apertura de la Constitución, creando reforzadas independencias y Españas enemigas; ni remotamente piensan en modificar el incorporado a pachas con el otro socio artículo 135 de la Constitución, causa de nuestras penurias.
Todo es basura. Todo es un uso abusivo y antidemocrático del poder que le concedieron las urnas. No hay nada que hagan que no sea basura. La basura es el alimento espiritual de este Gobierno, con el que nos está envenenando a todos. Estos jardineros y barrenderos de la política-basura están en huelga permanente y son ellos mismos quienes se encargan de esparcirla y hacer que España hieda.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

- CHAPUCISMOS.

Chapucismos

El hecho de plantearse a mitad de curso las asignaciones de unas becas no solo es desconsiderado, es torpe.


Wert, ese hombre de temperamento sanguíneo según la clasificación tradicional, está decidido a que compartamos sus frecuentes cambios de humor y en un mismo día nos somete a una decisión y a su contraria. Wert es un ministro de velocidad cibernética dado que el periódico de papel se le queda corto para tantos titulares diarios como ofrece. Ayer nos levantamos con la noticia de que se reducían a saco las becas Erasmus, pero antes de que se acabara esa sobremesa en la que el país le estaba poniendo a caldo, Wert rectificó, forzado por su partido, y dijo que todo volvía a su anterior cauce. No se sabe si es que Wert funciona a base de ocurrencias o si las ocurrencias son del PP y cuando la cosa se pone fea le echan la culpa al ministro de Educación y Cultura. No sería nuevo. Es ya tradicional en España que habiendo como hay tan poco acuerdo en el terreno educativo se eche al ministro por delante a ver cómo cae un recorte, y si se incendia la red, como suele decirse, se deje al ministro a solas, para que se vea las caras con el pueblo.

Un chapucismo más. El hecho de plantearse a mitad de curso las asignaciones de unas becas no solo es desconsiderado, es torpe. Puede provocar penosas deserciones. ¿Hay que replantearse a quién se concede la beca, cuánta es la cantidad y de qué manera se puede gestionar para que la experiencia sea provechosa académicamente? Es posible, pero con sensatez. Mientras para unos padres la cantidad que se concede podría salir de su propio bolsillo, para otros, ese dinero y más que se le pudiera añadir, sería fundamental. De hecho, hay alumnos que no se han podido permitir una beca Erasmus. De cualquier manera, es alarmante el grado de improvisación, la fea costumbre de tomar decisiones sin fuste ni respaldo que al cabo de unas horas se quedan en nada. Y en esas manos estamos.

Elvira Lindo.

viernes, 1 de noviembre de 2013

- GOLFA POLÍTICA.

La gravedad de este escrache reside en la personalidad de quienes lo llevaron a cabo.

Las formas son importantes. En la vida y en la política. Cuando se violentan, la democracia se resquebraja.
En los últimos días hemos asistido a una escalada verbal vergonzosa, así como a acosos intolerables a diversos cargos públicos.
Dirigentes del PP fueron abucheados y acusados de traidores en la concentración que algunas asociaciones de víctimas del terrorismo convocaron el domingo en Madrid. Arenas, González Pons, Floriano, los tres vicesecretarios del PP, padecieron la presión de los más exaltados.
El día anterior, Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, sufría el acoso de un grupo de malagueños a la puerta de su hotel.
A los españoles nos costó casi medio siglo recuperar los derechos ciudadanos: la libertad de expresión y de manifestación entre ellos. Y hay que seguir conservándolos y ejercitándolos. El espacio público (la calle, la plaza...) debe ser utilizado como el territorio adecuado para expresar nuestro apoyo o repulsa contra quienes nos gobiernan. Es el principio básico de la democracia: que el pueblo se exprese con absoluta libertad. Eso sí, guardando las formas.
Unas formas que saltaron por los aires cuando los acosadores malagueños de la presidenta Díaz golpearon su coche y pronunciaron insultos intolerables. Las cámaras de televisión no mienten: se ve cómo aporrean los cristales del coche y se escuchan con claridad algunos insultos, como “golfa, cobarde y sinvergüenza”.
La gravedad de este escrache reside en la personalidad de quienes lo llevaron a cabo. No eran yayoflautas estafados con las preferentes, ni parejas desesperadas por haber sido desahuciadas después de perder su trabajo. No. Eran representantes democráticamente elegidos por el pueblo, vicepresidentes de la Diputación de Málaga, diputados, alcaldes y concejales de la provincia. Todos ellos del PP.
Su objetivo era entregar una carta a la presidenta Díaz en la que le reclaman el pago de la deuda de 16,7 millones que tiene la Junta con sus municipios. Una petición razonable, en unos tiempos difíciles para las arcas municipales. Pero eligieron unas formas rechazables: el uso de la violencia, aunque sea de baja intensidad. Pero violencia al fin y al cabo.
Con ser grave este hecho, más lo es la tozudez de los dirigentes del PP que cerraron filas en torno a los alcaldes escrachadores. ¡Y negaron el acoso de sus correligionarios! Como si no hubiéramos visto las imágenes repetidas mil veces por televisión.
El secretario general José Luis Sanz marcó la línea a seguir al afirmar que la presidenta Díaz se ha montado “una película”. Todos los demás, incluido el habitualmente moderado alcalde de la capital malagueña, Francisco de la Torre, justificaron la acción de sus alcaldes.
El presidente regional del PP, Juan Ignacio Zoido, permanecía mudo varios días después del incidente. Cuando ya el ministro del Interior, Jorge Fernández, declaró que estaba “radicalmente en contra” de cualquier acto de intimidación contra los cargos públicos, apareció el líder provincial del PP, Elías Bendodo, diciendo con la boca chica que actos como ese “no deben volver a repetirse”. Pero justificando que sus compañeros de filas reclamaran la deuda con golpes e insultos. ¡Qué lejos quedaba aquel calificativo de “puro nazismo” que lanzó la secretaria general del PP contra los preferentistas y desahuciados que escracharon a la vicepresidente Sáenz de Santamaría, de manera absolutamente pacífica! ¿O no lo recuerdan?
Las formas en política están saltando por los aires. Que un cargo público llame golfa a la presidenta de una comunidad autónoma es, además de una grosería, un hecho gravísimo. Que tiene una repercusión inmediata: la ciudadanía huye asqueada del nivel barriobajero de buena parte de nuestra clase política. Una política golfa.

@JRomanOrozco