A lo largo de estos últimos meses se ha venido hablando mucho de la crisis económica, y digo crisis y no otra palabreja de las que utiliza el gobierno, que afecta a España en general y a Bonares en particular.
La crisis sí que es verdad que se ha instalado en parte de la población de Bonares (hablo de parte y no de toda porque sólo está afectando a una parte, la trabajadora, no así al resto de la población) por la subida del precio del petróleo y sus derivados y la caída de la construcción, que se veía venir desde hace varios años pero que no se ha hecho nada por evitarla.
En nuestro pueblo la construcción sigue casi al mismo ritmo que antes e incluso algo más últimamente con el programa de rehabilitación de viviendas de más de 10 años y por lo tanto hay pocos albañiles parados (digo parados y no en el paro) pues en el paro puede que haya algunos cobrando y además trabajando haciendo chapuces, situación que se da muchas veces en nuestro pueblo. Si hay paro será por los que provienen de Huelva y pueblos alrededores, que trabajaban con empresas constructoras más grandes o con promotores más arriesgados que han hecho su agosto en los años de atrás y ahora dicen que ganan muy poco o que tienen pérdidas (es decir menos ganancias)
En cuanto a la fábrica de ladrillos no ha cerrado temporalmente por la crisis, aunque le haya afectado al final, sino por la acumulación de producción que venía arrastrando desde hace ya bastantes años al producir bastante más de lo que vendía y por eso en verano daba permiso a todos los empleados de la fábrica. Esperemos que ese expediente de regulación de empleo termine pronto.
En otro orden de cosas diré que yo, que me quedo de “maestro de guardia en Bonares”, veo por las mañanas más coches aparcados que el año anterior e incluso más gente por la calle. Por las tardes no sé si saldrá mucha gente ya que sólo salgo de casa para andar hasta el Corchito y veo a pocas mujeres andando. El resto de la gente de Bonares estará por Mazagón o por otros lares disfrutando de la playa o de la montaña a pesar de la crisis.
Cuando llegue septiembre y empiece el colegio algunas madres dirán que no tienen dinero para comprar los libros (ahora gratis para toda la enseñanza obligatoria) y que éstos valen muy caros, pero ya no se acuerdan del dinero que se han gastado en verano, pudiendo o no, pero cuando llegue las fiestas patronales todos saldremos a disfrutar en las casetas y pocos serán los que se queden en casa.
Para terminar diré que las crisis son particulares, es decir, que les afectan a unos más que a otros y según qué épocas, pues mi crisis comenzó hace ya varios años, más de cinco, cuando mis hijos se fueron a estudiar a la universidad y todavía sigo por aquí viviendo mi vida como puedo (no me quejo) y no como quiero. Todavía hay muchos que están peor que yo y eso tal vez me pueda servir de consuelo, pero que no me sirve, ya que no envidio a nadie ni quiero que me envidien.
La crisis sí que es verdad que se ha instalado en parte de la población de Bonares (hablo de parte y no de toda porque sólo está afectando a una parte, la trabajadora, no así al resto de la población) por la subida del precio del petróleo y sus derivados y la caída de la construcción, que se veía venir desde hace varios años pero que no se ha hecho nada por evitarla.
En nuestro pueblo la construcción sigue casi al mismo ritmo que antes e incluso algo más últimamente con el programa de rehabilitación de viviendas de más de 10 años y por lo tanto hay pocos albañiles parados (digo parados y no en el paro) pues en el paro puede que haya algunos cobrando y además trabajando haciendo chapuces, situación que se da muchas veces en nuestro pueblo. Si hay paro será por los que provienen de Huelva y pueblos alrededores, que trabajaban con empresas constructoras más grandes o con promotores más arriesgados que han hecho su agosto en los años de atrás y ahora dicen que ganan muy poco o que tienen pérdidas (es decir menos ganancias)
En cuanto a la fábrica de ladrillos no ha cerrado temporalmente por la crisis, aunque le haya afectado al final, sino por la acumulación de producción que venía arrastrando desde hace ya bastantes años al producir bastante más de lo que vendía y por eso en verano daba permiso a todos los empleados de la fábrica. Esperemos que ese expediente de regulación de empleo termine pronto.
En otro orden de cosas diré que yo, que me quedo de “maestro de guardia en Bonares”, veo por las mañanas más coches aparcados que el año anterior e incluso más gente por la calle. Por las tardes no sé si saldrá mucha gente ya que sólo salgo de casa para andar hasta el Corchito y veo a pocas mujeres andando. El resto de la gente de Bonares estará por Mazagón o por otros lares disfrutando de la playa o de la montaña a pesar de la crisis.
Cuando llegue septiembre y empiece el colegio algunas madres dirán que no tienen dinero para comprar los libros (ahora gratis para toda la enseñanza obligatoria) y que éstos valen muy caros, pero ya no se acuerdan del dinero que se han gastado en verano, pudiendo o no, pero cuando llegue las fiestas patronales todos saldremos a disfrutar en las casetas y pocos serán los que se queden en casa.
Para terminar diré que las crisis son particulares, es decir, que les afectan a unos más que a otros y según qué épocas, pues mi crisis comenzó hace ya varios años, más de cinco, cuando mis hijos se fueron a estudiar a la universidad y todavía sigo por aquí viviendo mi vida como puedo (no me quejo) y no como quiero. Todavía hay muchos que están peor que yo y eso tal vez me pueda servir de consuelo, pero que no me sirve, ya que no envidio a nadie ni quiero que me envidien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario