miércoles, 29 de mayo de 2013

- ¿HASTA CUANDO LA RELIGIÓN OCUPARÁ EL TIEMPO EDUCATIVO?

La LOMCE habrá salido de la buena intención de Wert, del Partido Polar y de la Iglesia, pero no aporta nada y tambalea la estructura del sistema educativo debilitándolo. En este país hace falta mucho trabajo político para gestionar mejor las pensiones, el gasto público, la educación, la sanidad, la justicia, el consumo, el medioambiente, etc. Y así como es necesario, en estos momentos, legislación actualizada en materia de justicia porque los jueces están desbordados por el anacronismo normativo; el sistema educativo está saturado de leyes de rango superior. Lo que precisa es trabajo político técnico sobre los procesos educativos que resuelvan problemas. Estamos muy cansados de fuegos artificiales permanentes: marca España, sanidad elitista, calidad educativa, burbuja inmobiliaria y leyes orgánicas que justifican la ineficiencia.

¿No dice el preámbulo LOMCE que hay datos objetivos que aconsejan la reforma? Pues lo primero que tiene que hacer es explicar esos datos objetivos, porque lo que ya no puede admitir el ciudadano es que le digan, en una ley orgánica, que el abandono escolar de un 26,5 %, duplicando la tasa de la UE, y no destinar ni un solo párrafo al paliativo del problema: Sr Wert ¿no considerará una medida la “religión evaluable”? ¿O que cambiar el nombre de formación profesional inicial por “formación profesional básica” pueda mejorar esa lacra? Tampoco usted debe estar muy seguro de la solidez legislativa, porque un porcentaje en un preámbulo de una ley orgánica que pueda mejorar o empeorar mañana ¿a dónde le lleva? ¿A enmiendas de entuerto permanente?

Una de las torpezas LOMCE es el uso del término “tiempo escolar”; y una de las preocupaciones clave en la política educativa de los países del entorno es la gestión del “tiempo educativo”, cuestión mucho más compleja y que requiere un trabajo técnico mucho más minucioso que contar las horas de permanencia de un chico o chica, sentados en el aula. En nuestro país hay muchos y muy buenos especialistas de las más variadas disciplinas preocupados por el tiempo educativo, porque hoy la escuela ha dejado de ser la institución única de aprendizaje. Los niños y adolescentes están aprendiendo a todas las horas del día, en la calle, con sus iguales, a través de Internet. Eso no significa que la escuela haya dejando de enseñar, pero debe orientar de otra manera el tiempo, tiene que ofrecer alternativas, soluciones y respuestas de coherencia y responsabilidad: ¿Por qué con unos resultados mediocres, como los que destaca PISA, en lugar de ganar tiempo con asignaturas centrales del currículum, tenemos que perderlo con la religión? ¿Nos lo podemos permitir?

Otra de las torpezas LOMCE, por cierto, muy extendida en la clase académica y política, es confundir lo instrumental con lo procedimental. En educación, lo instrumental sirve para experimentar prácticas en talleres y laboratorios, de manera que se instrumentalizan las cosas no las personas; sin embargo lo procedimental es mucho más complejo. Si profundizamos en las pruebas PISA y salimos del charco de los resultados, vemos que las pruebas son muy procedimentales, y que nuestros alumnos tienen un nivel aceptable de conocimientos teóricos, pero inaceptable de conocimientos procedimentales, es decir que no saben aplicar la teoría. Cambiar esto supone cambiar la cultura educativa de docentes, padres y agentes sociales, nada menos; y el sistema educativo no está preparado para ello. No sólo necesitamos más tiempo, sino gestionarlo de otra manera, primando lo procedimental ¿Cómo vamos a llegar a lo procedimental desde la religión?

Salvando las distancias del tiempo, pero no del espacio, el movimiento Wert recuerda a los retrocesos de Calomarde en la generalización de la educación como derecho fundamental, o a los de Orovio a la contra de los profesores por la emblemática libertad de cátedra. La educación de la primera mitad del siglo XIX se caracterizó en materia educativa por ir un paso hacia adelante y cinco hacia atrás, y con el mismo trasfondo de hoy: antagonismo faccioso de partidos al servicio de las oligarquías, crisis de la monarquía, extensión de la pobreza, y posicionamiento de la Iglesia católica en las estructuras de poder a través de la religión en las escuelas. Las variables de contexto del XIX siguen siendo las del XXI porque para salir de la miseria, entonces, había que combatir el analfabetismo mayor del viejo continente; y hoy, hay que cualificar a más de un tercio de la población con un nivel III, con la tasa de abandono prematuro mayor de la Unión Europea ¿Hasta cuándo la caverna?

Déjese de leyes orgánicas y de religiones, Sr. Wert, es momento para la responsabilidad. Viaje, profundice en nuestro sistema comparado con los modelos que están mejor posicionados. Insisto no es un problema de resultados; sino de procesos. Nuestro sistema no funciona porque tiene cinco complejos problemas que le ahogan, desde hace décadas, y que necesitan urgente diagnóstico y tratamiento: selección de profesores, formación de docentes, currículum muy fragmentado, ratio alumno profesor, y gestión del tiempo educativo. Los profesores no queremos quebrar el sistema porque lo sufrimos y somos parte de la solución. Sr. Wert, a fuerza de no querer ver la realidad social ha perdido la senda política.

Carmen Jaulín
Politóloga y socióloga de la educación

domingo, 26 de mayo de 2013

C.D. BONARES BONAFRU

EN CATEGORÍA PREFERENTE.

¡¡¡ENHORABUENA EQUIPO!!!

escudo bonares bonafru

jueves, 23 de mayo de 2013

- LOS DEMÓCRATAS CATÓLICOS.

Martínez Camino acusa al PSOE de tener “poca tradición democrática”.

El portavoz de la Conferencia Episcopal critica que es "totalitario" oponerse a las clases de religión.

Arre malo, arre peor.

El portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, ha calificado hoy de "totalitarios bajo apariencia de tolerancia" los planteamientos de los partidos, como el PSOE, que se oponen a la clase de religión, que ha calificado de "servicio democrático".

En una entrevista en la cadena Cope, Martínez Camino se refería así al rechazo de algunos grupos a que la asignatura de religión vuelva a computar en las notas medias para obtener becas."Son malas épocas y partidos con poca trayectoria democrática que se han creído con la capacidad de decidir qué tienen que pensar los ciudadanos y decir qué se enseña en la escuela porque es universal y común para todos qué se queda en la casa y en la parroquia porque es particular y privado", ha declarado.

A su juicio, considerar que la religión es algo que "no tiene que tener presencia en la plaza pública" supone "relegarla injustamente" y "cercenar" los derechos de los ciudadanos católicos y de las instituciones católicas y de la Iglesia.

Este hecho implica, según Martínez Camino, que los dirigentes políticos que se oponen "no tienen una percepción adecuada de lo que es la realidad social", porque, según ha asegurado, el 72% de los padres que llevan a sus hijos al colegio, quieren que estudien religión. Camino ha defendido que los acuerdos entre la Iglesia y el Estado en el asunto de la religión en la escuela son un derecho constitucional: "Cuando [el PSOE] dice que va a revisar estos acuerdos no quiere decir que va a quitar el derecho a los españoles quiero entender que se haría de otra manera (...) Lo otro sería retrotraernos, retrocedernos a momentos, a épocas en las que el Estado ha atropellado el derecho fundamental de la libertad de enseñanza y de libertad religiosa", ha dicho en la entrevista refiriéndose a "una deriva ya conocida históricamente en los momentos totalitarios de Europa".

martes, 21 de mayo de 2013

- LA FE Y EL NEGOCIO.

La fe y el negocio.

Si los obispos aplicaran a la historia ese "saber científico" que acaban de proclamar para la asignatura de religión, tendrían que reconocer que el Concordato que regula las relaciones entre España y la Santa Sede no sólo es contrario a la Constitución sino que además ha sido vulnerado permanentemente por la propia Iglesia católica. La actual redacción de la 'ley Wert' ha puesto contentísima a la Conferencia Episcopal porque asesta un golpe letal a la ya burlada aconfesionalidad del Estado. Buen negocio para quienes administran la fe católica y sus derivados, y muy malo para la credibilidad del PSOE cuando su secretario general vuelve a condicionar la denuncia del citado Concordato, esta vez a la aprobación o no de la LOMCE en sus actuales términos.

El Concordato se firmó seis días después de entrar en vigor la Constitución Española. Es obvio que sus cláusulas no se negociaron entre el 28 de diciembre de 1978 y el 3 de enero de 1979. Las conversaciones, siempre protagonizadas por políticos vinculados a la Asociación Católica de Propagandistas en representación de la UCD, habían empezado en 1976, pocos meses después de la muerte deFranco. Expertos constitucionalistas sostienen que la propia cronología debería haber servido para anular la validez de los acuerdos, pactados en el mejor de los casos por enviados de un Gobierno preconstitucional. Otro de esos hitos de la transición que algunos pretenden hacer eterna. Es significativo que el difunto Gregorio Peces Barba, portavoz entonces de un PSOE que dio su apoyo global al tratado, se arrepintió años después y exigió su derogación.

Un Estado aconfesional.

El art. 16 de la Constitución diseña un modelo de Estado aconfesional, proclama la libertad ideológica, religiosa y de culto y establece que "ninguna confesión tendrá carácter estatal".  Lo que hace el Condordato es precisamente blindar los intereses de la Iglesia frente a la libertad de culto constitucional. En el ámbito de la educación y también en el de la Justicia, el Ejército o los Presupuestos. No sólo el Estado reconoció el "derecho fundamental a la educación religiosa" sino que además comprometió su colaboración para el "adecuado sostenimiento económico". En esos puntos, perfectamente contradictorios con la aconfesionalidad, se han apoyado los sucesivos gobiernos de PSOE y PP para justificar las exenciones fiscales, la asignación fija a cargo de los Presupuestos del Estado o la recaudación a través de la casilla opcional en la declaración de la renta.
Ni siquiera se ha exigido a la Iglesia que al menos cumpla algunos otros puntos de ese Concordato. Por ejemplo, el que la obliga a "coordinar su misión educativa con los principios de libertad civil en materia religiosa (...) evitando así cualquier discriminación o situación privilegiada". O el compromiso establecido en el artículo 2.5 de ese Acuerdo IV: "La Iglesia católica declara su propósito de lograr por sí misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades". Han pasado 34 años y no ha conseguido el "propósito", o más bien no ha puesto el menor interés en intentarlo, puesto que la habilidad vaticana para las finanzas está fuera de toda duda.

Lo que ocurre es que la regresión que supone la 'ley Wert' en materia educativa tiene causas no sólo ideológicas. El empeño en no separar la fe y la cosa pública, el Estado y las creencias religiosas, siempre ha dado frutos económicos a la propia Iglesia y a quienes sacan rédito a sus privilegios. Que la asignatura de religión vuelva a contar para hacer media o solicitar becas igual que las matemáticas o el inglés se explica por las ideas pero también por los números. En los últimos años ha ido descendiendo, por ejemplo, la cantidad de alumnos que elegían dar clase de religión, lo cual pronostica un mal futuro en las filas del catolicismo. Si además la asignatura es evaluable, habrá estudiantes que se apunten para subir nota, como sucedía en el pasado.

Las manipulaciones.

No es gratuita la decisión sobre la asignatura como tampoco lo es la prepotencia de Wert al anunciar que esquivará la sentencia del Supremo sobre segregación por sexo en colegios o el dictamen del Consejo de Estado en el que se advierte de los riesgos de eliminar Educación para la Ciudadanía. O al despachar como simples "manipulaciones" los informes que denuncian el fomento de la desigualdad que va a provocar esta ley y la evidencia de que la integración será responsabilidad exclusiva de los colegios públicos. Todo vale para potenciar el negocio de la educación privada concertada, en el que siete de cada diez colegios son propiedad de organizaciones religiosas.

Por influencia de los obispos, por convicciones ideológicas y por razones crematísticas, ya no sorprende que el PP bendiga los intereses de la Iglesia. Lo que cuesta entender es que el PSOE haya perdido tantas oportunidades de avanzar hacia la laicidad. El último Gobierno de Zapatero dejó en un cajón su proyecto de Ley de Libertad Religiosa, después de haber aumentado del 0,5 al 0,7% la asignación en el IRPF. Rubalcaba cosechó uno de los más sonoros aplausos en el congreso en el que se alzó con la secretaría general al anunciar que denunciaría el Concordato si el PSOE volviera a gobernar. Ahora ha vuelto a anunciarlo. Una vez más, condicionando ese paso a lo que haga el PP, ya sea sobre aborto o sobre educación. Esta vez depende del mantenimiento o retirada de la 'ley Wert'. Y el Concordato es denunciable desde hace demasiado tiempo. Sin condiciones.

Jesús Maraña.

sábado, 18 de mayo de 2013

- LA NUEVA LEY DE EDUCACIÓN CATÓLICA.

Religión sube de categoría y contará para la obtención de becas.

La Ley Wert recoge una de las reivindicaciones históricas de la Iglesia: que la asignatura confesional cuente para conseguir ayudas y para repetir el curso.

El Gobierno destinará el 10% del presupuesto de la Ley en el primer año para escolarizar a niños en español en Cataluña y luego se lo cobrará a la Generalitat.

Ciudadanía se queda fuera del currículo a pesar de las recomendaciones del Consejo de Estado.

La ley finalmente blinda los conciertos con los colegios que segregan a los niños por sexo.

La Iglesia ha ganado una batalla histórica. El texto de la Ley de Mejora de la Educación que ha aprobado el Consejo de Ministros revaloriza la asignatura de Religión al punto de que contará para la nota media y para la obtención de becas, y también para repetir el curso en caso de que no se apruebe, una vieja reivindicación de los obispos. Tanto Religión como su alternativa, Valores Culturales y Sociales en Primaria y Valores Éticos en Secundaria, serán asignaturas optativas."Contará para la nota media porque es una asignatura evaluable, igual que su alternativa", ha confirmado el ministro.

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jueves, 9 de mayo de 2013

- ESCUELA PÚBLICA Y LAICA PARA TOD@S

Así nos quiere el sinwertguënza del ministro y los del PP.

borrego