domingo, 30 de junio de 2013

- GRIÑÁN AGITA LAS AGUAS.

Griñán agita las aguas.

Su decisión tiene efectos colaterales de todos los colores.

José Antonio Griñán anuncia que no se presentará a la reelección y provoca un terremoto en la política andaluza y estatal. Mientras la crisis arrecia y la ciudadanía consume sus últimas energías de indignación, nos estábamos acostumbrando a un tranquilo escenario institucional. En Madrid, la mayoría absoluta del PP garantiza votaciones mayoritarias de proyectos rechazados en la calle; en Andalucía, el gobierno bipartito garantiza una estabilidad institucional con un proyecto que pinta de rojo algunas rayas en el horizonte profundamente azul. En las instituciones, el naufragio de la política es lento. El PP se desangra y alimenta una rueda de recambio llamada UPyD. De forma incomprensible, el PSOE sigue perdiendo votantes, traspasados a IU o a la abstención más enfadada. Los primeros confían en que la crisis amaine, los segundos en que el pueblo vuelva a confiar en ellos por arte de magia. Incluso entonan algún baile atrevido de acuerdos institucionales en los grandes temas de Estado.

La decisión de Griñán viene a poner en crisis este modelo, ese dolce far niente, esa nostalgia de que el pasado retorne, como las golondrinas, cuando las flechas macroeconómicas apunten hacia arriba, acallen la indignación y el bipartidismo reverdezca. Porque Griñán ha anunciado la muerte del pasado, el no retorno de los viejos tiempos, de sus políticos y de los modelos económicos. Y lo ha hecho inmolándose en la pira por pura cuestión de edad.

Lo llevaba en absoluto secreto pero con una férrea determinación. Su decisión tiene efectos colaterales de todos los colores. El PP ha hecho el análisis previsto: Griñán se marcha por el caso de los ERE. Por simple razón electoral, el PP había convertido al presidente andaluz en la cabeza de turco del fraude, aunque la más elemental aritmética cronológica lo desmiente. De hecho, ni siquiera estaba en Andalucía mientras la trama empezaba sus andanzas. El caso de los ERE ha sido, sin duda, un sambenito del que Griñán no ha podido desprenderse, porque aunque no es suyo, es de los suyos. Pero no es la causa principal de su renuncia, aunque si una de sus razones. Sin embargo, la decisión de Griñán fuerza al PP de Andalucía a aclarar con rapidez su liderazgo y su proyecto.

Por lo que respecta al IU, ha sido más que evidente su incomodidad con esta decisión. Nada le viene mejor a esta formación que esta transfusión lenta de votos sin riesgo alguno. Acaban de renovar su dirección y de elegir a Antonio Maíllo nuevo coordinador. Pero ahora la apuesta se queda corta. No basta con presentar un perfil más amable. Si quieren jugar en el terreno de la renovación tendrán que apostar mucho más fuerte por la apertura, las primarias, la autonomía del proyecto de IU respecto al Partido Comunista de Andalucía así como alguna asignatura incomprensiblemente pendiente, como el inexistente papel de las mujeres en esta formación.

Pero el efecto más visible del terremoto Griñán es sobre el PSOE estatal, donde Rubalcaba administra los tiempos a paso de tortuga y se mantienen las líneas de fidelidades antiguas, de discursos oscilantes entre la oposición y la colaboración, y el temor a los cambios.

Cuanto más se empeñan en afirmar que la decisión de Griñán “no alterará ni el calendario ni la agenda política prevista”, más claro parece que ha dado en la diana de una mayoría silenciosa o silenciada del PSOE. Es fácil agrupar las declaraciones de los líderes socialistas en racimos identificables: Rubalcaba, Chaves, Alfonso Guerra o el singular Rodríguez de la Borbolla han torcido el gesto ante el proceso andaluz. Frente a su evidente irritación, son fáciles de contraponer las sonrisas de Carme Chacón o de José María Barreda o la fruición con la que muchos militantes de base del PSOE citan las palabras de Griñán sobre la regeneración política, la celebración de primarias, la limitación de mandatos o el relevo generacional. Un toque de autocrítica hacia la trayectoria política del PSOE escrita con la piel de un presidente que tiene muchos años, pero que quizá ha olfateado los nuevos tiempos.

@conchacaballer

viernes, 28 de junio de 2013

domingo, 23 de junio de 2013

- LA BECAS UNIVERSITARIAS.

El nombre bueno de las cosas malas.

La verdadera excelencia se desangra por la fuga de cerebros.

“Cuando quieran hacer algo malo, busquen un nombre bueno”, es el consejo de los expertos internacionales en comunicación.Y el ministro de Educación, José Ignacio Wert, lo ha tomado al pie de la letra. Ha cambiado el término exclusión por excelencia y lo ha dirigido como una bomba de relojería contra los estudiantes sin recursos económicos. Ha empleado la palabra “pobre” con profusión, “excelencia” con delectación y ha acusado a Andalucía de tener demasiados estudiantes sin recursos en la Universidad. Para finalizar ha afirmado que está dispuesto a ser duro con los pobres por que “cuando se recibe dinero público, es lógico pedir un esfuerzo extraordinario”.

La ideología de la derecha es muy hábil en hacer creer a la clase media, que hay una horda de holgazanes viviendo a nuestra cuenta. Es una vieja estrategia de tensión y de confrontación que intenta servir de válvula de escape a unas clases medias cada vez más empobrecidas por la crisis. Por eso, es muy importante que la verdadera información y que la pedagogía nos ayuden a separar los argumentos ficticios de los reales.

Antes de que ningún lector se apunte a las tesis de Wert es conveniente conocer la realidad. La Universidad se sufraga fundamentalmente con dinero público. Dependiendo de la Comunidad, las tasas solo suponen entre el 15% y el 25% del coste total del servicio universitario. En Andalucía, al haber mantenido las tasas en su horquilla más baja, la subvención pública cubre el 85% del coste universitario en la primera matrícula.

En consecuencia, no solamente están becados los “pobres” sino que la totalidad de los estudiantes universitarios disfrutan de una “beca” porque sus estudios son financiados con los impuestos de toda la ciudadanía. Curiosamente, el 80% de estos impuestos procede de trabajadores y, casi el 40% de cotizantes mileuristas. Por eso, todos los que hemos estudiado en la Universidad, incluido el ministro Wert, hemos sido becarios. Sin embargo, solo hablamos de control del dinero público y del esfuerzo para referirnos a los estudiantes a los que ofrecemos un pequeño plus en forma de beca oficial.

La ideología de la derecha es muy hábil en hacer creer a la clase media, que hay una horda de holgazanes viviendo a nuestra cuenta

Es más, cuando el ministerio niega ayudas públicas a un estudiante por haber suspendido alguna asignatura, no está defendiendo ningún criterio de excelencia de la educación universitaria. Simplemente lo condena a la exclusión mientras sigue regando con dinero público los estudios de su compañero de aulas que ha suspendido el curso completo.

El término “excelencia” se ha convertido en el caballo de Troya de la exclusión social, en un arma arrojadiza contra los estudiantes sin recursos, mientras la verdadera excelencia universitaria se desangra por la fuga de cerebros jóvenes al extranjero o se guillotina con el recorte brutal a la investigación.

Si alguien piensa que el debate sobre las becas solo atañe a las personas sin recursos algunos, se equivoca gravemente. En esta primera fase del proyecto educativo de la FAES, se trata de reducir a la mitad el número de alumnos sin recursos que pueblan las aulas universitarias, pero tras este ajuste, se pretende “adecuar las tasas universitarias a sus costes reales”, es decir, encarecer de forma exponencial el acceso a la Universidad.

Aunque a las clases medias les guste pensar que su futuro está ligado a los sectores de mayor nivel adquisitivo, la realidad es que el empobrecimiento galopante y el recorte de los servicios públicos acabarán con ellas. De hecho, los precios de los másteres y estudios postgrado son ya un factor de selección económica, que no académica, del currículo de nuestros jóvenes.

Por eso, el debate sobre la excelencia, planteado en estos términos, acabará siendo una trampa que devorará el modelo universitario. Esta medida es el primer paso para imponer nuevas restricciones, mayores tasas y privatizaciones de este servicio. Los que aplauden la retirada de becas, que vayan preparando cien o 200.000 euros para que estudien los jóvenes del futuro. Avisados estamos.

@conchacaballer

domingo, 16 de junio de 2013

miércoles, 12 de junio de 2013

- HAMBRUNA INFANTIL.

Los diputados del PP son unos desalmados.

Si pudiera renunciaría a mi condición de demócrata y condenaría a todos los diputados del Partido Popular a que sus hijos pasaran hambre durante seis meses. Como se sabe y está documentado por UNICEF y Save the children, un buen número de niños españoles de todas las Comunidades pasan hambre porque sus padres no los pueden alimentar. Y el PP, con su mayoría absoluta y en contra de todos los demás grupos parlamentarios, pospuso ayer seis meses un plan urgente contra la pobreza infantil y se han mostrado insensibles al anuncio de que al cierre veraniego de los colegios miles de niños no comerán lo mínimamente necesario.

Será crítica fácil, barata y sensiblera, pero no hay nada más importante que denunciar la ruindad moral de quienes disponen del dinero de los españoles y lo emplean para otros menesteres distintos a los de combatir el hambre de los niños, que se constituyen así en las primeras y más indefensas víctimas de una sociedad podrida hasta los tuétanos. En medio de la ola de corrupciones que se descubren a diario, en medio de la dureza y amenaza contra pensiones, salarios y desempleados, en medio de la desfachatez ética que prodigan, en medio de tanto despilfarro y sobresueldo encubierto, resulta aterrador que estos macarras de alma jueguen con el hambre. Su condición de personas queda en entredicho, la representación política que ostentan se prostituye, y sus conciencias se convierten en un escorial de miseria mental.
¿Qué recuerdos guardarán esos niños cuando crezcan, qué legítimo rencor habrán acumulado, con qué ojos verán el mundo, qué grado de compromiso tendrán con la sociedad que les ha humillado y vejado? Unos gobernantes que no han sido capaces ya no de la justicia sino ni siquiera de la caridad más elemental, que obvian lo primordial. Se ha conseguido frivolizar el hambre, que ya es una palabra cuyo significado ya no nos estremece con su sola pronunciación. En un país con una renta per capita aún bastante aceptable de 30.400 dólares, que pone de manifiesto la brutal desigualdad económica entre sus habitantes.

Desde hoy miraré con asco a estos diputados, los consideraré salteadores de los caminos de la razón, no me interesará nada de lo que legislen y digan, no respetaré a quienes les votaron y piensan seguir votándoles.

El Parlamento se ha convertido, gracias a estos señores, en una casa de lenocinio político, una lonja de intereses espurios, una feria de estafadores morales, una guardería siniestra, un cubo de la basura a donde los niños españoles no pueden acudir a recoger desperdicios, el Museo de los horrores de la ternura y la democracia.

Arturo González                 Público.es

sábado, 8 de junio de 2013

- EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA.

El Consejo de Europa critica que el Gobierno elimine Educación para la Ciudadanía.

  • En una reunión con la secretaria de Estado de Educación, el comisario para los Derechos Humanos ha preguntado de forma directa por qué se eliminaba.
  • Considera  esencial educar en materia de derechos humanos, para que los menores puedan ejercer su ciudadanía “teniendo claros los valores de convivencia".

Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.  EFE

Nils Muiznieks, comisario para los derechos humanos del Consejo de Europa, ha criticado este viernes que el Gobierno del PP haya decidido eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía sin elaborar un informe que certifique su mal funcionamiento.
Muiznieks, que está de visita oficial en España para analizar la situación de derechos humanos en momentos de crisis, ha señalado en rueda de prensa que “antes de arreglar algo conviene realizar análisis científicos para saber si está roto”. En una reunión con la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, ha expresado su preocupación por la “falta de claridad sobre qué va a pasar con esta asignatura”, y preguntó de forma directa por qué se eliminaba.
El comisario ha explicado que el Gobierno aseguró que la asignatura estaba muy politizada, y el Consejo de Europa pidió pruebas científicas de ello. Tras recibirlas, no quedo “satisfecho” con la respuesta.
“Sinceramente, no he visto ningún análisis que indicase que estaba alineada completamente con los derechos humanos o que estaba politizada”. Además, asegura que la secretaria de Estado le explicó el objetivo de impartir el contenido de Educación Para la Ciudadanía de forma transversal en el resto de materias, pero no pudo mostrarle los temarios porque, al estar la ley en tramitación parlamentaria, los currículos aún no han sido diseñados.
“Nos han explicado que se va a repartir su contenido entre todas las asignaturas. Esto hay que explicarlo mejor”, considera Muiznieks. Y añade que es esencial para los niños y jóvenes tengan educación en materia de derechos humanos y puedan ejercer su ciudadanía “teniendo claros los valores de convivencia. Eliminando la asignatura, “existe el riesgo de que estos contenidos queden diluidos”.
Estas apreciaciones quedarán recogidas en un informe que el Consejo de Europa elaborará durante los próximos meses y difundirá a finales de septiembre, en el que figurarán las conclusiones de esta visita oficial así como una serie de recomendaciones a España al respecto.

domingo, 2 de junio de 2013

- PAGA EXTRA.

Tijeritas, motosierras y paga extra.

Los empleados públicos son el juguete favorito de esta crisis.

Pertenezco a una familia de antiguos propietarios de tierras arruinados, que desconocían el valor del dinero. Mi padre empezó a trabajar pasados los 40 años, forzado ya por las deudas. Nunca hubiese consentido vender un solo olivo de su pequeña hacienda familiar, pero el dinero le provocaba una fastidiosa mezcla de desdén y necesidad. Cuando cobraba la paga extraordinaria, nos congregaba en el salón y tiraba los billetes al techo. Los niños recogíamos los billetes y lo guardábamos junto con las muñecas, el fuerte de los vaqueros o el dinero falso del Monopoly. Horas después los devolvíamos a cambio de promesas falsas o porque el juego, simplemente, había terminado.

El nombre de la paga extraordinaria delata nuestro origen de país sin derechos. Para los mayores era la paga del 18 de julio y de la cristianísima Navidad. Un pequeño obsequio con el que el poder mostraba su lado más amable. Solo la democracia dignificó este pago como parte del salario, lo aumentó y reguló. O al menos así lo creímos hasta que la crisis nos devolvió a los años 60.

Lo que creíamos parte de nuestros derechos laborales vuelve a ser una potestad graciosa y arbitraria del poder. Con un simple decreto —el más bajo rango normativo— se esfuma una parte importante del salario de los funcionarios, sin explicaciones ni transparencia alguna.

Los empleados públicos han sido el juguete favorito de esta crisis. Tanto que ha habido competencia desleal para esquilmar sus retribuciones. La Administración andaluza decidió suprimir la mitad de la paga extra pero el Gobierno central se adelantó y la quitó por completo. La Junta de Andalucía se quedó con las tijeras al aire, sin material recortable. No hay sueldo para tanto Freddy Krueger.

Nuevamente las palabras pueden ser muy engañosas. Al hablar de suprimir la “paga extraordinaria” ocultamos que se trata de un brutal descenso de salarios que alcanza más del 14% de las retribuciones anuales, sin contar el efecto de la congelación salarial, la subida del coste de la vida o de los impuestos que han vuelto a caer solo y exclusivamente sobre las rentas del trabajo. Las consecuencias de este sacrificio han sido contraer el consumo hasta límites catastróficos.

Cuando Aznar reclama la bajada de los impuestos no es un estrafalario expresidente, es un dardo que ha dado de lleno en el malestar de las clases medias, empobrecidas, desorientadas, que se sienten indefensas ante la acción de los Gobiernos. Es sumamente hipócrita que el mayor defensor del austericidio venga ahora a proclamarse salvador de sus propias políticas, pero los procesos políticos no son justos ni bellos. Son simplemente un juego de fuerzas, de relatos y de transmisión de ideas.

Por eso choca tanto que el Gobierno andaluz reduzca esta batalla a un grado permisivo de recortes. Tijeritas andaluzas contra la motosierra del Gobierno central. “Ellos te quitan una paga entera y nosotros la mitad”, “ellos despiden el 70% de los interinos, nosotros el 50%”. El hartazgo social avanza de forma exponencial y cualquier nuevo recorte viene a colmar la medida de un vaso rebosante de desdichas. En la sanidad es evidente el descenso de salarios, la acumulación de enfermos, el colapso de las urgencias. En las cárceles, en la dependencia, en la enseñanza el personal está al límite de sus fuerzas. En todos los servicios, las bajas no se cubren, se contratan con cuentagotas interinos y se les paga lo menos posible.

Ningún ciudadano tiene en su cabeza una tabla Excel para anotar cuántos de estos recortes proceden del Gobierno central y cuáles del andaluz. Y aunque sea verdad que en el contador gana por goleada el equipo azul de la motosierra, hay decisiones como esta nueva supresión de la paga extraordinaria que son responsabilidad plena del Gobierno andaluz. Que necesitan este dinero, es evidente. Que vayan a acudir nuevamente a los bolsillos de los trabajadores públicos, realmente incomprensible.

@conchacaballer