lunes, 31 de agosto de 2015

- MEDITERRÁNEO, LAS VERGÜENZA.

Mediterráneo, la vergüenza.

La UE, ni en lo político ni en lo social está en el Mediterráneo, sus delegados meridionales, con apariencia de presidentes de Gobierno, miran más a Berlín que a sus propias orillas, que son las de la vergüenza.
Hungría concluye el tendido de la valla alambrada en su frontera con Serbia
Hungría y valla alambrada en su frontera con Serbia
Desayuno esperando que las noticias, tras el verano, iluminen un nuevo tiempo. Qué va. Los sirios se matan por el sur de Europa por salir de su matadero; otros nos recuerdan que Latakia, en la costa siria, ciudad natal de la dinastía de los Assad y patria de la minoría alauí en el poder, sirve de refugio privilegiado para algunos; varios periodistas sin amparo han sido condenados en Egipto; Gaza sobrevive, como toda Palestina, entre el terror; los griegos sobreviven a otro tipo de terror, el bancario. Y Felipe González ha dirigido una Epístola a los catalanes.  
Todo ocurre en el Mediterráneo. Mi maestro Rafael Illescas se llevó un buen tiempo hace años tratando de convencernos de que el centro del mundo estaría en el Pacífico en las próximas décadas, decía. Casi me lo creí y apenas investigaba sobre asuntos culturales comunes aunque no menores; el licor que da la vuelta a nuestro mar, desde el mahia magrebí al raki, arak árabe, pasando por el ouzo heleno, hasta llegar a la grappa y el aguardiente. Creía así brindar por la paz.
Aprendí de un escritor croata, Predrag Matvejevic, que fue Isidoro de Sevilla el primero que llamó Mediterráneo al Mare Nostrum. El nombre hizo fortuna. Nostrum suena mucho a imperial. Por eso, en todas las lenguas empezó a llamarse así, hasta en árabe, la primera lengua en importancia, junto al español, que se asoma a sus aguas, para los que hasta entonces era el mar blanco.
El Mediterráneo no es el mar de paz que nos dicen, ni el ombligo del mundo se ha desplazado al Pacífico, al menos en lo malo. como se predicaba desde EEUU. Israel, desde su fundación, es el principal foco de tensión. Palestina, Gaza en particular, es una ofensa a la dignidad humana. Los gazaties apenas se asoman a sus contaminadas costas a las que ni siquiera pueden acceder. Las aguas de este mar compartido y sus orillas fueron escenario de terribles enfrentamientos en las dos grandes guerras, pero no hemos aprendido. La OTAN intervino en los Balcanes, las primaveras árabes han sido sangrientas y mal resueltas, o inútiles, tanto en Túnez, como en Libia o Egipto, donde, de nuevo, campa a sus anchas un dictador, en esa estratocracia consentida e impulsada por Occidente. Siria es otro escenario mediterráneo donde los que azuzaron y armaron a unos y otros en su guerra, hoy no están dispuestos a solucionar la catástrofe humana de sus malos pasos. El terrorismo se ceba con nosotros.
Podríamos seguir. Chipre sigue dividido, dentro de la UE, con dos bases de soberanía británica en su territorio; nuestras aguas siguen dando cobijo y alojo a las flotas extrañas de Rusia y EEUU, con bases militares incluidas. Turquía se debate entre el yihadismo y sus propios demonios internos sin resolver. A todo esto, Cataluña, en la desarrollada Europa , sigue siendo un conflicto vetusto ya, sin solución, entre sobreactuaciones, inacciones y Epístolas.
La UE sigue fracasando en su orilla sur. Resulta absolutamente inaceptable la incapacidad e insensibilidad de sus dirigentes para liderar algo,  y señaladamente menos, solventar el gravísimo problema de la inmigración; hoy los focos están en las costas levantinas mediterráneas, pero siempre en las andaluzas o del Mezzogiorno, con cifras constantes que habitúan a los norteños pero que a los que vivimos aquí no nos dejan dormir.

Rápidos en lo económico, lentos con las personas

Ante la crisis sin precedentes, con gente hacinada, muriendo de asfixia en camiones, pateras, gaseados, quemados o apaleados, a la dirigencia europea periférica y al presidente del ejecutivo Juncker, sólo se les ocurre decir que hay que impulsar la política común de asilo. Otra vergüenza más, rápidos en lo económico, en las expropiaciones de vidas y futuro a personas y naciones y lentos en los avances sociales y la solidaridad .
El Tratado de Maastricht, de febrero de 1992, sí, del año de la Expo y los Juegos Olímpicos, ya preveía una política común de asilo en su Tercer Pilar,; es más, en la reforma y mejora que supuso el Tratado de Amsterdam, cinco años después, se hablaba de lo mismo, más un Mr/s PESC, responsable de la política exterior, sólo ocupado de manera digna por Solana.
La UE, ni en lo político ni en lo social está en el Mediterráneo, sus delegados meridionales, con apariencia de presidentes de Gobierno, miran más a Berlín que a sus propias orillas, que son las de la vergüenza.
Mientras, en la "metrópolis" se recrean aún con las aventuras y nostalgia cinematográfica de Al-Raisuli, con la Navy campando frente a Marruecos, y el sonido de fondo del himno de los Marines, "desde los salones de Moctezuma a las playas de Trípoli".

martes, 25 de agosto de 2015

- BÁRCENAS vs RATO.

Las diferencias entre el "delincuente" Bárcenas y el "inocente" Rato.

¿Por qué el PP protege a Rodrigo Rato y no dice una mala palabra de él?
Rodrigo Rato está acusado de apropiación indebida, blanqueo de capitales, administración desleal, falsedad documental, alzamiento de bienes, maquinación para alterar el precio de las cosas y fraude fiscal. Luis Bárcenas, de los delitos de blanqueo de capitales, falsedad documental, estafa procesal, cohecho y fraude fiscal. Ambos son políticos. Ambos del PP. Ambos tenían dinero en Suiza y ambos se beneficiaron de la amnistía fiscal de Rajoy.
Ambos están imputados pero no condenados, acusados los dos de distintas modalidades del robo a costa del contribuyente español. Bárcenas ha pasado por la cárcel y Rato aún no, pero fue prisión preventiva,  la misma prisión preventiva que han aplicado al presunto testaferro del “artífice” del “milagro español”.
Sin embargo, el trato que el PP dispensa es muy distinto entre los dos. Mientras Luis Bárcenas es calificado de “delincuente” que “da asco”, Rodrigo Rato  “no es culpable de nada” y hasta le recibe en su despacho el ministro del Interior.
¿A qué responde este doble rasero con el “inocente” Rato y el “delincuente” Bárcenas? ¿Cuál es la gran diferencia entre los dos? No es su situación judicial: ambos están imputados, pero siguen sin sentencia aún. No son las expectativas de acabar en prisión: ambos se enfrentan a procesos penales con varios frentes abiertos y que pintan (para ellos) muy mal. No es la gravedad de sus delitos ni sus consecuencias para los ciudadanos; cuesta imaginar un perjuicio mayor que la quiebra de Bankia, que provocó el rescate español. No es por sus millones en Suiza, un asuntillo que no parece escandalizar demasiado en el PP; Rajoy le deseó “fuerza” a Bárcenas cuando apareció su fortuna allí y ayer se supo que Rato pidió consejo al ministro Montoro antes de mover su dinero en este paraíso fiscal.
La gran diferencia, lo que explica por qué Rodrigo Rato disfruta de un claro trato de favor, es que, a ojos del PP, Luis Bárcenas es un chivato. El “delincuente” Bárcenas ha acusado al presidente del Gobierno y a toda la cúpula del partido de cobrar sobres con dinero B. Hasta que tiró de la manta, el tesorero estuvo igual de protegido como hoy lo está Rato. Porque en el PP ser un presunto delincuente se disculpa; incluso un delincuente condenado, como Jaume Matas, puede encontrar comprensión.
Ser un ladrón se tolera, pero Génova no perdona a un traidor.

miércoles, 19 de agosto de 2015

- CON LAS BRAGAS EN LAS MANOS.

Con las bragas en la mano.

Las mujeres víctimas de abusos, malos tratos, o intentos de asesinato, son las únicas víctimas en este país que tienen que dar explicaciones.
Estas palabras no parecen una muestra precisamente de sensibilidad, ni de solidaridad, ni de leve empatía, con las mujeres asesinadas por hombres en este verano y que nos lleva a 32 -25, según otras contabilidades- las mujeres que han sido asesinadas por hombres en lo que va de año. ¡32 mujeres asesinadas en ocho meses aún no concluidos!
Este diario ha informado por extenso de los detalles de esta matanza, que de haber afectado a cualquier otro tipo de personas hubiera provocado una reacción entre políticos, en los medios de comunicación y entre ciudadanos de incomparables  mayores proporciones.
Las palabras de Teresa Porras, así se llama la concejala machista, me recuerdan aquella sentencia en la que un juez fue capaz de escribir: “la mujer se puso en disposición de ser utilizada sexualmente”; es decir, que vestía una minifalda, se explicaba después en el mismo fallo. O a aquellos supuestos consejos difundidos hace un par de años por el todavía ministro de Interior -el que habla con Rato-, cuando desde su departamento se lanzaban propuestas del tipo :“cierra los visillos”, “cómprate un silbato”, si quieres evitar las violaciones, en el primer caso; o quieres impedir que se consume la violación, en el segundo.
La concejala malagueña del PP, prototipo del modelo argumentario  derechista “sin complejos”, se ha reafirmado en sus palabras cuando ha sido repreguntada. Da la sensación de que contestará lo mismo si le hacen la pregunta cien veces y que no piensa que en ninguna de sus respuestas debería denunciar los asesinatos machistas que se producen casi a diario este verano.
Cualquier otra víctima es comprendida, reparada, indemnizada, puesta en la tele para que pida venganza no revisable entre el aplauso general
Asesinatos machistas que son la primera causa de muerte violenta en este país, mal que les pese a alguno de los lectores de este periódico, que es leer frases como esta y lanzarse raudos a echar la culpa a las mujeres, o ponerse a empatar asesinatos de mujeres con otros de los que nunca revelan la contabilidad.
Las mujeres víctimas de abusos, malos tratos, o intentos de asesinato, son las únicas víctimas en este país que tienen que dar explicaciones. Cualquier otra víctima es comprendida, reparada, indemnizada, puesta en la tele para que pida venganza no revisable entre el aplauso general.
En las mujeres víctimas de la violencia de género nos encontramos con que muchas de ellas aún no existen como tales víctimas, que cuando vencen el miedo paralizante y denuncian, es probable que en alguno de los escalones policiales, o judiciales, se tope con alguien que enarque la ceja y, por ejemplo, le haga repetir la denuncia varias veces, por si coinciden las palabras, no vaya a ser un infundio histérico.
También se puede encontrar la mujer agredida con gente que le anime a retirar la denuncia, que no trae mas que líos, dirán; o con presiones familiares para que desista y perdone una vez más. Mejor callada y torturada que habladora en la plaza pública.
Ya sabemos, hasta la náusea, que a las mujeres las asesinan hombres con los que tienen o han tenido un vínculo; ya sabemos que hay mujeres que una vez dado el salto de denunciar maltrato, en demasiadas ocasiones retiran las denuncias, asustadas por el Himalaya que se les presenta; ¡sabemos que hay hombres que asesinan a sus hijos como forma de matar en vida a sus mujeres! Método vicario de ejercer la violencia de género. Sin embargo, las mujeres siguen siendo percibida como culpables de sus torturas en demasiados casos.
“Marina lo calentaba”, ha dicho el presunto encubridor Istvan Horvath para referirse a Marina Okarynska, asesinada presuntamente por quien fue su novio, Sergio Morate. Éste ha dicho que la otra mujer asesinada, Laura del Hoyo, “no tenía culpa”. Lo que implica decir que Marina sí la tenía, que algo habría hecho para merecer ser estrangulada.
Los asesinatos de mujeres a manos de hombres con los que tienen o han tenido un vínculo constituyen la principal causa de muerte violenta en España. Un destrozo que no llega al discurso político ni a las conversaciones de la gente y que en demasiadas ocasiones es abordado por los medios de comunicación como si de un suceso se tratara, recreándose en lo escabroso.
En este clima de terror que sufren tantas mujeres no puede haber un cargo público, una mujer concejala, que diga que las niñas “llevan las bragas en la mano”.

miércoles, 12 de agosto de 2015

- CARTA A RAJOY.

Carta de un particular a Mariano Rajoy.



No se me habría pasado por la cabeza escribir una carta al presidente del Gobierno, y menos en mitad de las vacaciones de verano, si no fuera porque llega un momento en que uno cree percibir que la ofensa es personalizada. Uno lee lo que lee, escucha lo que escucha, y se pregunta si la ola de calor está haciendo estragos aún mayores de los imaginables. ¿Es posible que desde el poder político se considere que la idiocia es generalizada y que los ciudadanos formamos un magma incapaz de responder al insulto permanente? Así será, porque si no cuesta mucho creer que la estrategia decidida en vísperas de unas elecciones generales sea tan rematadamente simple: o me votan a mí, que soy el lince que ha conseguido salvar a este país de la ruina total, o votan el caos, representado por cualquiera que no sea el PP. Lo demás no importa.

A estas alturas del verano, ya lo de menos es que todo el mundo olvide que los datos macroeconómicos positivos sean consecuencia del cambio de políticas del Banco Central Europeo (BCE) o de la reducción de los precios del petróleo, y tengan poco que ver con la rendición total del Gobierno español a la salvaje devaluación salarial decretada por instancias internacionales. Lo trascendente, lo indignante en este negro agosto, es que usted decida alegremente seguir considerando a los ciudadanos como menores de edad y al régimen democrático como una especie de cortijo andaluz (o de pazo gallego) sometido al capricho del señorito. ¿Volvemos a la España de Machado o de Pardo Bazán? ¿Acaso nunca la superamos?


No le escribo como periodista, sino como simple particular afectado por su actitud y algunas de sus ofensivas declaraciones.


MINISTROS E IMPUTADOS


Hemos sabido que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha recibido en su despacho del ministerio a Rodrigo Rato, imputado por graves delitos de corrupción. Después de admitir la existencia de la reunión, el ministerio ha comunicado oficialmente que se trataba de una cita de “carácter exclusivamente personal y completamente al margen de la situación procesal” del expresidente de Caja Madrid y de Bankia.


El señor Rato ha tenido a bien aclarar al periódico El País que en esa reunión se habló “de todo” lo que le “está pasando”. Y por muy presunto delincuente que sea Rato, cabe dar credibilidad a sus palabras, puesto que no viene a cuento pensar que en sus circunstancias pida cita con un ministro para comentar la próxima temporada de la Liga de fútbol o las beatificaciones previstas por el Vaticano. En todo caso, si se trata de “asuntos personales”, Fernández Díaz debería dar cita en su casa, en un bar o en un confesonario, pero siempre en horas libres no pagadas por los contribuyentes.

Usted, que es (incluso en vacaciones) presidente del Gobierno, se ha negado a opinar sobre dicha reunión, pero anuncia que será el ministro Fernández Díaz quien dé las explicaciones pertinentes en sede parlamentaria, aunque ya avanza que “no va a haber nada de particular”. Vamos, que considera absolutamente normal que un ministro y un imputado por corrupción de su mismo partido con procesos judiciales pendientes se reúnan en el ministerio y en horario de trabajo.


Se le olvida que usted mismo exigió (y consiguió) en 2009 la cabeza del entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, por haber coincidido en una cacería en Jaén con el juez Baltasar Garzón. Y ni se molestó en preguntar si habían hablado o no de algún caso judicial políticamente espinoso. Ni llegamos a saber siquiera si se habían encontrado a solas en algún momento. Tiene usted la ventaja de que los principales dirigentes de la oposición también están de vacaciones y no han considerado oportuno interrumpirlas para solemnizar la petición de dimisión de Fernández Díaz o para (por ejemplo) comprometerse a no firmar acuerdo alguno con el PP mientras no se asuman las responsabilidades políticas oportunas.


Señor presidente del Gobierno: es evidente que a usted le importa un bledo el respeto a la dignidad democrática. Su ministro de Economía, Luis de Guindos, atendió gustoso las peticiones de Francisco Granados, encarcelado por su papel principal en la trama Púnica, y usted ni se ha molestado en comentar tamaño disparate (justificado nada menos que por su ministro de Justicia, Rafael Catalá). Simplemente pasa del asunto y hasta se irrita si le pregunta algún periodista. Su exministro de Educación, José Ignacio Wert, le obligó a hacer una crisis de gobierno que no quería y al mismo tiempo le pidió ser nombrado para un cargo público en París con el fin de estar cerca de su pareja en la sede de la OCDE. Ha esperado al verano, pero ha cumplido usted semejante petición en un ejercicio de nepotismo más propio del conde de Romanones que de un líder democrático del siglo XXI.


Para rematar el acaloramiento político del verano, hemos sabido (gracias a la investigación documentada de nuestro compañero Tono Calleja) que su íntima adversaria Esperanza Aguirre mintió descaradamente al afirmar que el ‘conseguidor’ de la trama Púnica jamás había trabajado para el PP de Madrid, que ella preside. Tampoco le parece a usted relevante la información, o quizás sólo prefiere que Aguirre se vaya cociendo en su propia olla.

EL OTOÑO Y "EL MARTILLEO"

Usted y los miembros de su gobierno parecen empeñados en que se trata de asuntos "entre particulares". El caso es que un ciudadano particular sólo puede llegar a la conclusión de que no quiere usted entender nada de lo que viene pasando. Parece que solamente le preocupa el
 “martilleo de algunas televisiones”sobre la corrupción, en lugar de avergonzarse y tomar medidas cuando sus propios ministros compadrean con los presuntos corruptos. ¿Sería usted tan amable de aclarar si Guindos o Fernández Díaz le consultaron acerca de sus gestiones con Granados o con Rato? ¿No tiene absolutamente nada que apuntar acerca de las mentiras de Esperanza Aguirre sobre laPúnica? ¿Ignora acaso que en nuestros países vecinos los ministros dimiten por haber engañado en dos párrafos de una tesis doctoral en la universidad?
Como particular uno puede sospechar que los SMS de ánimoque usted envió a Luis Bárcenas le tienen tan atado que le impiden abrir la boca sobre las relaciones de Aguirre con Granados, y que ya da lo mismo la magnitud de los dislates que en su entorno se produzcan: sólo cabe la huida hacia delante. Y si es capaz de reaccionar así respecto a Guindos, Fernández Díaz o Aguirre, mejor no imaginar el otoño que nos espera. Circula la especie de que su única obsesión es debilitar al máximo ese “martilleo” de algunos medios de comunicación. Habrá que comprobar hasta qué punto llega el asedio al ejercicio democrático.
Se le olvida, eso sí, que vivimos una realidad distinta a la que usted cuenta. Le han dicho sus asesores que tiene que hablar más con la prensa. Lo cual no quiere decir que no importe el contenido de lo que diga. Hay medios independientes, y crece el número de ciudadanos que no se conforma con ver los telediarios o con hojear las cabeceras tradicionales o con leer los comunicados oficiales.

Descanse lo que pueda. Pero cuando salga y hable, procure no ofender, si es posible.

Con respeto,
                            Un particular.