Y ahora vendrá dos veces a España para que gastemos dinero de todos con lo bien que marcha la economía. Podría ser al revés: que trajese algo de lo mucho que se ha llevado de España y de los españoles.
  Ninguna visita de un jefe de estado cuesta tanto dinero como la del "cara" del "papa" que predica una cosa y hace la contraria.
  Por un estado laico y aconfesional, que deroguen el concordato y que todas las religiones tengan la misma consideración estatal: que la sufraguen cada uno de sus acólitos.
  
 
 
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