domingo, 6 de mayo de 2012

- VICTORIA SOCIALISTA EN FRANCIA.

Hollande: “La austeridad no puede ser una fatalidad”.

Los primeros sondeos reflejan una victoria del candidato socialista con el 51,7% de los votos frente a un 48,3% de Sarkozy.

Sarkozy, tras llamar al candidato socialista para felicitarle: "No he logrado que una mayoría apoye mis ideas".

MIGUEL MORA París 6 MAY 2012 - 22:01 CET108

El candidato socialista, François Hollande, saluda a sus simpatizantes antes de realizar el discurso de la victoria en Tulle. / FRED DUFOUR (AFP)

La izquierda europea ha renacido este 6 de mayo en Francia. Según los sondeos a pie de urna, François Hollande, de 57 años, se perfila como claro ganador de las presidenciales francesas y obtendría la victoria, con el 51,9% de los votos. El presidente saliente Nicolas Sarkozy sumaría un 48,1% y la abstención se calcula en un 19%. El anunciado triunfo de Hollande, un hombre flemático y tocado por el don de la ironía pero sin la menor experiencia de gobierno, abre una nueva etapa política tanto en Francia como en Europa, y pone fin al agitado reinado de Nicolas Sarkozy, que durante estos últimos cinco años ha presidido el país con su peculiar estilo, entre el personalismo y la hiperactividad. El ya expresidente pidió a los suyos dar buen ejemplo en la derrota y les comunicó que había llamado a Hollande para desearle suerte para afrontar unos tiempos que serán difíciles. François Hollande, por su parte, afirmó en Tulle: "Los más jóvenes no habían conocido una victoria así. Estoy orgulloso de haber devuelto la esperanza. Siento la emoción de la dignidad y responsabilidad. El cambio que os propongo empieza ahora".

Cientos de seguidores socialistas han comenzado a concentrarse a las seis de la tarde frente a la sede socialista en la calle Solferino de París y en la plaza de la Bastilla, donde Hollande tiene previsto celebrar su triunfo. En los dos lugares el ambiente era de euforia y alegría. En Solferino había mucha gente, rostros de optimismo y gran confianza. La gente cantaba la Marsellesa, gritaba “Sarkozy lárgate”, y apelando al eslogan de la UMP: “2012, la Francia fuerte es la Francia de izquierda”, informa Ana Teruel. Justo después, en La Bastilla, un padre le decía a su hija: “Le hemos vencido”.

Con el triunfo de Hollande, el Partido Socialista regresa al Elíseo tras 17 años de presidencias conservadoras, y su líder se convierte en el segundo presidente socialista de la Quinta República, tras François Mitterrand.

Nicolas Sarkozy, que ha pasado el día en el Elíseo, ha llegado ya a la Mutualité, desde donde se dirigirá a sus simpatizantes, que se han concentrado a las siete de la tarde. Según Le Monde, el presidente ha decidido adelantar su alocución.

La victoria de Hollande tiene un claro componente europeo: supondrá el final del directorio conocido como Merkozy, la (falsa) simbiosis entre la canciller Angela Merkel y Sarkozy que ha guiado el timón europeo durante el último lustro poniendo todo el acento en la austeridad.

El resultado debe ser leído como un triunfo personal de Hollande, que tras 11 años como primer secretario del Partido Socialista y más de dos preparando su candidatura presidencial, ha sido el primer político europeo que ha rechazado la línea de rigor fiscal sin crecimiento impuesta por Bruselas. Después de su victoria en el primer turno, Merkel y Mario Draghi comenzaron a asumir sus tesis. Su llegada al Elíseo implicará un cambio de rumbo en el mapa político europeo, dominado abrumadoramente por los conservadores, que mantienen el poder en 22 de los 27 países de la Unión Europea.

El presidente in pectore ha pasado la jornada en Tulle, el pueblo de la Corrèze (centro sur del país) del que es alcalde. Tras pronunciar su discurso, Hollande regresará a París con la idea de sumarse a la fiesta socialista en la plaza de la Bastilla.

El resultado será recordado en el futuro como el triunfo de la sensatez y la moderación frente al extremismo y el populismo, ya que el perdedor, Nicolas Sarkozy, decidió jugarse la reelección a todo o nada abrazando las tesis de la extrema derecha.

Ante la imposibilidad de defender su estilo y su gestión durante la crisis, que le convirtieron en el presidente más impopular de los últimos 60 años, el líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) hizo suyas muchas de las ideas del Frente Nacional, que en el primer turno había obtenido su mejor resultado histórico con un 17,9% de los votos.

Sarkozy puso todo el acento en las fronteras, el proteccionismo y la inmigración, pero no consiguió hacer olvidar el rechazo que más del 60% de los franceses sentían hacia su presidente, que pasa así a engrosar las nutridas filas de los gobernantes europeos, de todos los signos políticos, que han pagado con su salida del poder la crisis económica. Ahora la derecha francesa tiene por delante una difícil tarea de recomposición de cara a las legislativas del 10 y el 17 de junio. Sarkozy ha anunciado que no liderará su partido, la UMP, en ese trance.

Sin perder su calma proverbial, Hollande se aprestaba a telefonear a la canciller Angela Merkel, según desveló a mediodía su asesor especial Jean-Marc Ayrault, alcalde de Nantes y posible futuro primer ministro. “La clave ahora será recuperar a Europa, reorientarla hacia el crecimiento, la competitividad y la protección”, declaró a los periodistas Ayrault.

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