El misterio de los recortes sociales en Andalucía.
El mismo día que el Gobierno andaluz aprobaba los presupuestos de 2012 que incluyen un incremento del gasto educativo del 2,5%, la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato, mostraba de nuevo su querencia por los problemas educativos de los escolares andaluces y desvelaba al mundo que en Andalucía hay “niños que están en el suelo en los colegios públicos porque ni siquiera tienen mesas para sentarse”. No es la primera vez que Mato exhibe su conocimiento de la Andalucía trágica. En la campaña de 2008 ya explicó que “los niños andaluces son prácticamente analfabetos”, lo cual no tiene nada de raro considerando que los pobres tienen que aprender sus lecciones tirados en el suelo como colillas.
En aquella ocasión, Mato explicó las causas de ese analfabetismo congénito que con tanta valentía acababa de denunciar: “Es que Chaves no ha hecho nada por la educación de los niños. Parece que le gusta y quiere que estén así”. Cuando Chaves se fue a Madrid muchos pensaron que el problema podría solucionarse, pero qué va, todo lo contrario, se ve que Griñán sigue sus mismos pasos, si bien aplicando técnicas antipedagógicas de su propia cosecha, como esta de no dotar de mesas ni pupitres las escuelas para sembrar así el desaliento entre los niños y seguir manteniendo las elevadas tasas de analfabetismo escolar que con tantos desvelos había logrado implantar su antecesor.
No es difícil imaginar al malvado consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, junto a todo su equipo de colaboradores programando el curso escolar: “A ver qué se os ocurre este año, que últimamente os veo un poco dormidos y como nos sigamos descuidando los ‘joíos’ niños estos acabarán aprendiendo a leer”. Debió hacerse un espeso silencio en la planta noble de la Consejería. Ni una palabra. Ni una propuesta. Seguro que fue el propio Álvarez de la Chica en persona quien dio la idea: “Tal vez sea un poco atrevido, pero qué os parecería abrir los colegios en septiembre con sus profesores, sus conserjes, sus pizarras, sus ordenadores… ¡pero sin pupitres!”. Es fácil imaginar las tétricas carcajadas de júbilo de su equipo: “¡Qué grande eres, jefe, qué visión, qué lucidez!”. Aunque para lucidez la de Mato descubriendo el pastel. Y no sólo la de Mato. Javier Arenas y los suyos repiten cada día que Griñán no cesa de hacer recortes sociales. Hasta ahora no sabíamos qué partidas recortaba. Lo teníamos delante y no lo veíamos. Por fin se ha desvelado el misterio: ¡el recorte era en pupitres!
A. Avendaño Publico,es
26-10-2011