Los consejos de Arenas.
JOSÉ MANUEL ATENCIA 07/06/2011
Una de las cosas más divertidas que ha ocurrido tras la exuberante victoria del PP en las elecciones municipales son los consejos de Javier Arenas al PSOE de cómo administrar la derrota. La verdad es que, puestos a buscar a alguien para hablar sobre derrotas electorales, hay pocas personas en Andalucía tan cualificadas como él. De hecho, que Arenas gane unas elecciones con Arenas de protagonista es todavía una experiencia inédita en su largo currículo profesional. Las pocas victorias que acumula, entre ellas la del pasado 22-M, tienen un mismo denominador común: él no encabezaba lista alguna.
El líder del PP ha dicho que el gran error del PSOE andaluz en las municipales fue no contar ni con Chaves ni con Zarrías durante la campaña electoral. Del primero ha dicho que sigue siendo el líder "espiritual" del socialismo. Del segundo, que es la persona que ha tenido más poder en el PSOE de Andalucía. "Picaron el anzuelo al no ponerles", ha ironizado Arenas. Y lo dice el líder de un partido que durante años siempre picó el anzuelo de ponerlo a él, para satisfacción de las continuas mayorías absolutas del PSOE en Andalucía.
A Arenas, que se ha convertido en un teórico en estrategia socialista, también le parece un error la designación de Rubalcaba para sustituir a Zapatero en el cartel electoral de las Generales. Les cuento su teoría: "Los cambios de liderazgo son fallidos cuando quien sustituye pertenece a la misma generación". El argumento parece irreprochable, salvo en una cuestión capital. Lo dice alguien que ha sido siempre el relevo de sí mismo. O sea que Arenas al sustituir a Arenas en Andalucía no es que fuera de la misma generación, es que era del mismo año y del mismo día.
En el PP andaluz están tan preocupados por su eterno rival que hasta Antonio Sanz, el fiel número dos de Arenas, también anda dando lecciones. En su caso, más que un consejo podíamos decir que está haciendo augurios. El otro día le leí esta frase: "Griñán ha hecho ya historia. Es el primer secretario general del PSOE que pierde unas elecciones. ¿Llegará a la siguiente?". ¿Y por qué no?, habría que responderle. El propio Sanz, que en su condición de secretario general del PP ha perdido bastantes, siempre ha contado con el favor de su partido para volver a perder en la siguiente. Este dirigente es otro que gana las elecciones a las que él no se presenta. Siempre ha tenido madera de líder, de líder de la oposición.
El PP no es que esté vendiendo en Andalucía la piel del oso antes de cazarlo, es que Arenas se ha hecho ya con la piel un traje de presidente de la Junta y un cojín para el despacho de San Telmo. Menos programa político conocido, el líder del PP ya tiene de todo: Gobierno en la sombra, consejerías en cada provincia y dos modelos a seguir, que son los desarrollados por su partido en Valencia y Madrid porque, dice él, tienen "el respeto de los ciudadanos". Como modelos de gestión, los dos ejemplos elegidos no es que sean para tirar cohetes, aunque hay que reconocerle que como modelos para ganar elecciones no tienen competencia. Y aquí, dirá él, estamos para lo que estamos.
Estoy sorprendido por la serenidad y la sabiduría que le da a un dirigente político perder toda la vida y estar a punto de ganar por primera vez unas elecciones. Arenas, cuando se mira en el espejo, intuye que se le está poniendo una cara de presidente de la Junta que no puede con ella. Y ya se preocupa hasta por la estabilidad política de la competencia. Desde que su partido barrió en las municipales, el líder del PP no para de darle consejos al PSOE de cómo recuperarse de una derrota. Los socialistas, sin embargo, siguen a lo suyo. Puestos a perder, están convencidos que serán tan buenos en la derrota como lo ha sido siempre Arenas. En el PSOE se ha instalado un discurso único. Si los malos resultados son consecuencia de la crisis, pues que dimita la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario