jueves, 14 de octubre de 2010

- PROTESTAS Y EDUCACIÓN.

Sobre gamberros, abucheados y mudos.

Lo primero es desdramatizar: que 40 gamberros se dediquen a insultar y abuchear a un político, sea el presidente del Gobierno o el alcalde de Pedrafita do Cebreiro, tiene una importancia muy relativa. Pero, sin duda, sirve para sacar alguna conclusión sobre los gamberros, sobre el abucheado y sobre el resto de los políticos.

En cuanto a los bárbaros, queda demostrado que todo proceso de socialización tiene un porcentaje de fracaso, ya que siempre habrá un grupo de individuos a los que ni la educación familiar, ni la escolarización ni la transmisión de valores éticos o religiosos logran convertir en personas civilizadas. Que esos incultos sean en su mayoría miembros de la ultraderecha es, lógicamente, una mera redundancia.

En relación con los abucheados, su reacción permite dividirlos en dos grupos. Algunos, como Zapatero en el desfile militar del martes, tuercen el gesto, tragan saliva y aguantan los insultos. Y otros, como Aznar en Asturias, responden con gestos obscenos. En resumen, están los educados y también quienes se ponen a la altura de los cafres.

Por último, cabe analizar el comportamiento del resto de políticos, ya que con su silencio o su condena desvelan qué tipo de sociedad promueven. El gallego Núñez Feijóo criticó lo ocurrido el 12-O, desmarcándose así de los gamberros. Mariano Rajoy evitó cualquier condena, dejando claro que además de amparar a presuntos corruptos (siempre que tengan la gaviota en el carné), tampoco le molesta la trompetería de la extrema derecha.

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