El hermano del cura sigue en sus treces y ahora se dedica a provocarme, insultarme y amenazarme con pegarme si sigo escribiendo de él. Esa es la actitud de parte de la derecha, recalcitrante, retrógrada, fundamentalista que sigue existiendo y alimentando desde la Iglesia oficial. Ese "energúmeno", por no llamarle de otra forma, lo único que merece es la indiferencia y el desprecio, ya que, además de haberlo "mamado de su progenitor", de cuya "memoria siniestra" mejor no acordarse en nuestro pueblo, es lo único que se merece.
¡Así se las gasta esa gente!
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