El Vaticano lamenta las calabazas a los crucifijos.
Contraatacan contra la sentencia de Estrasburgo que prohíbe los crucifijos en las aulas.
El papa Benedicto XVI con la capa levantada por el viento.
PÚBLICO.ES / EFE - ROMA - 04/11/2009 17:45
¿Calabazas sí pero crucifijos no? Ese es el lamento del Vaticano sobre la sentencia de ayer del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra la exhibición obligatoria de crucifijos en las aulas, en respuesta a la demanda de una madre italiana.
"Esta Europa del tercer milenio nos deja sólo las calabazas de las fiestas recientemente repetidas antes del uno de noviembre y nos quita los símbolos más queridos", sentenció el secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
Ante el dictamen del Tribunal, el Vaticano se lame sus heridas y contraataca: "ahora tenemos que intentar con todas las fuerzas conservar los símbolos de nuestra fe para quien cree y para quien no cree".
"La religión da una contribución preciosa para la formación y el crecimiento moral de las personas. Es erróneo y miope quererla excluir de la realidad educativa", insitió Bertone.
Soile Lautsi, una madre italiana residente en Abano Terme (noreste), reclamó en 2002 al instituto público Vittorino da Feltre -al que acudían sus hijos- la retirada del crucifijo de las aulas por ser contrario al principio de laicismo en el que quería educarles.
La demanda pasó por el Tribunal Constitucional italiano -que alegó no tener jurisdicción sobre el asunto-, por un tribunal administrativo italiano e, incluso, por el Consejo de Estado de Italia, que rechazó la demanda, lo que hizo que la cuestión llegara finalmente a Estrasburgo.
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