miércoles, 4 de marzo de 2009

- AGRESIÓN A UN ÁRBITRO.

A continuación transcribo literalmente el mensaje enviado por un árbitro de fútbol malagueño en su cruzada con el insulto y las agresiones en el fútbol. Comulgo totalmente con lo dicho por dicho árbitro tal como he expuesto públicamente en varias ocasiones: la violencia, sea donde sea, no tiene ninguna razón de ser.

Ha sido agredido, de forma terrorífica, por tres jugadores juveniles el árbitro de fútbol sevillano Manuel Montané. Mientras se producía la paliza, en la grada algunos adultos, según ha confesado el propio árbitro, gritaban: "Mátalo, que todavía se mueve". Suerte que esa muerte solicitada no acabase llegando.

Durante las horas siguientes, todos los medios de comunicación han cubierto la noticia. Las condenas siguen sucediéndose. Pero eso pronto se esfumará. El próximo fin de semana, ante las miles de muestras de violencia física y verbal en tantos espectáculos deportivos celebrados en España, volverá a reinar el silencio. Jóvenes árbitros y jugadores (y no tan jóvenes, que el respeto debe ser el mismo para todas las personas) sufrirán el desprecio de sus semejantes; pero, si no se ronda la tragedia, esas muestras de inhumanidad se evaporarán con el miserable calor del silencio. Los medios de comunicación, los comités de árbitros, las distintas federaciones y demás organismos deportivos, los clubes, los aficionados...Casi todo el mundo guardará silencio.

Hay que condenar, valiente y decididamente, todas las muestras de violencia, no sólo las más salvajes. No quiero pensar que, en el fondo, quizá haya gente que no se atreva a condenar los insultos (la violencia verbal en general) por miedo a que se desmonten la polémica y el negocio. No quiero; pero el habitual silencio cómplice invita a pensarlo. Es de hipócritas no alzar la voz contra la violencia verbal y luego echarse las manos a la cabeza cuando le parten la cara a un árbitro o a un jugador.

Los responsables de www.deportesininsultos.com insistimos en que el cambio es posible. Sólo hace falta voluntad e implicación por parte de todos. O podemos seguir, a base de silencio, colaborando con la inmoralidad. Cada uno decide.
3 de marzo de 2009.

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