La oportuna iniciativa parte del opusdeísta diputado del PP Fernández Díaz...
Bono desafía la Memoria Histórica honrando en el Congreso a una víctima de la persecución religiosa del 36.
N.T.
En pleno debate sobre la Memoria Histórica y con la exhumación de las fosas paralizada, a José Bono, presidente de la Cámara baja, no se le ha ocurrido nada mejor que colocar en el Congreso una placa para conmemorar a Santa Maravillas de Jesús, una víctima de la persecución religiosa del 36, canonizada hace cinco años por el papa Juan Pablo II. La Mesa del Congreso aprobó la controvertida medida el pasado cuatro de noviembre, si bien no se ha dado cuenta ni del contenido ni de la ubicación de la placa –algún medio informa de que se pondrá en uno de los edificios de la ampliación-.
Esta noticia la leí ayer en la prensa y creía que era una broma de mal gusto pero hoy me he dado cuenta que no era así y me he decidido a escribir unas líneas sobre ella y sobre José Bono, principal culpable de que se haya producido.
El Sr. Bono siempre ha sido muy religioso, aunque sea socialista, y siempre lo he admirado como político cuando era Presidente de Castilla La Mancha y cuando fue ministro de defensa, pero desde que está de Presidente del Congreso le he visto dos actuaciones que dice muy poco de lo que pensaba de él: una el reproche a un señor por enseñar una bandera con los colores republicanos en el Congreso y ahora ésta, secundando una proposición de un miembro del PP y del Opus Dei en colocar una placa con la figura de una monja víctima (no fusilada) de la represión y que nació en una casa donde ahora de amplia el edificio del congreso.
¡Se ha pasado de castaño oscuro Bono y su acompañante!
¡Nada más y nada menos que en el edificio del congreso donde se representa a la totalidad del estado español, que por cierto es aconfesional!
¿Dónde estaban el resto de los miembros de la mesa del congreso que no dijeron nada en contra?
Sr. Bono me ha decepcionado y defraudado con esa actitud.
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