Genovalandia,
la tierra mágica en la que vive el Partido Popular.
- El Senado es la Genovalandia del PP, el lugar paradísiaco en que la
realidad, por ejemplo las elecciones catalanas, no perturba los sueños del
partido. Con este nivel, no es raro que Feijóo crea que el procés no está
muerto.
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Fernando
Alvarado / EFE 14 mayo 2024
Lo bueno que tiene controlar una Cámara legislativa es
que puedes ignorar todo lo que pase en el mundo real. Entras en el edificio,
saludas a los policías y ya estás en un universo alternativo donde tú impones
las reglas. Si acaso, estás limitado por las leyes de la termodinámica. Más
allá de eso, el Partido Popular puede convertir al Senado en su parque de
atracciones particular. Lo podríamos llamar Genovalandia. En el exterior,
ocurren cosas extrañas y desagradables, como por ejemplo las elecciones catalanas,
pero dentro puedes fingir que no existen. Puedes hasta pretender que tu propio
partido no dijo en esa campaña lo que dijo.
Después de estirar los plazos hasta
el límite, el Senado rechazó el martes con la mayoría absoluta del PP
la proposición de ley de amnistía, que ahora volverá al Congreso
para su aprobación definitiva. Es lo que marca la Constitución y lo que ocurre
en algunas ocasiones. Por ahí, todo normal. El PP decidió rendirse a la
evidencia y anunció que renuncia a plantear un conflicto institucional entre
ambas Cámaras. Como es constitucionalista para lo que le interesa, había
amagado con dar un puñetazo en la mesa ignorando que el Senado no puede imponer
su decisión al Congreso. Los letrados de la Cámara Alta, elegidos por el PP, le
habían dicho que eso no era posible.
Existía la duda razonable sobre los
argumentos del PP en el Senado dos días después de las elecciones de Catalunya.
La campaña del PP había pasado por encima del tema de la amnistía al saber que
por ahí poco iba a rascar. Por muchas encuestas de garrafón que publicaron
algunos medios, el resultado demostró que la base social del PSC no estaba en
contra de la medida, y si no le gustaba, tampoco cambiaría el sentido de su
voto.
El anuncio del funeral de cuerpo
presente del procés –una interpretación muy extendida– ha confirmado que la
estrategia de Pedro Sánchez y Salvador Illa ha funcionado. Al restar virulencia
a la confrontación política con los indultos y la amnistía, el desafío
independentista perdió buena parte del oxígeno que le había ayudado a crecer.
Sería una interpretación muy miope afirmar que el anuncio de la ley de amnistía
fue suficiente para acabar con el procés, pero es innegable que ha sido uno de
los factores relevantes en los acontecimientos ocurridos en Catalunya el último
año.
Al final, en Genovalandia
decidieron no complicarse la vida. Los senadores del PP que intervinieron se
limitaron a interpretar los grandes éxitos. “La factura la pagarán todos los
españoles”. “La ruptura del Estado de derecho”. “Una operación mercantil entre
políticos para comprar votos”. La misma murga de siempre. No es realista ir al
Senado y esperar encontrar material original. Todo es producto reciclado.
La única novedad fue negar toda
influencia de la amnistía en el desenlace de las elecciones del domingo. “No
estamos en Venezuela ni en Rusia. En Cataluña no se ha votado la amnistía”,
dijo Antonio Silván, que seguro que sabe por qué han votado todos y cada uno de
los catalanes. Si alguien cree que la relación entre las dos frases es un tanto
difusa, no hay que tomárselo a mal. Con frases como esta, ya sales triunfador
en Genovalandia. Es el Senado y no se puede aspirar a más.
Antes de ponerse muy duro con los
senadores en general, no hay que perder de vista el mensaje que Alberto Núñez
Feijóo ofreció al Comité Ejecutivo Nacional. Qué puedes esperar de los
hijos si el padre empieza a divagar y confirma que prefiere no enterarse de
nada. El líder del PP ha adoptado la línea de los columnistas más adictos a
Lucy in the Sky with Diamonds, y no la de su candidato en Catalunya y de otros
que se unieron a la interpretación de que el procés ha quedado muerto con el
hundimiento de Esquerra y la CUP y el aumento ínfimo de los votos de Junts.
Fue un poco como decir que ETA
existe. “El procés no ha muerto porque el sanchismo lo necesita vivo para
subsistir en la Moncloa”, dijo Feijóo. Que se lo digan a los tres partidos
independentistas que están preguntándose ahora por dónde vino el tren que les
pasó por encima.
Diego Radamés
/ Europa Press
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