sábado, 28 de febrero de 2015

- ANDALUCES, LEVANTAOS.

Andaluces, levantaos.

Tras escuchar a Mariano Rajoy con arrobamiento (que no viene de robar, como pudiera parecer) y cierto estupor, sentí envidia cochina por no ser ciudadano de ese país multicolor que tan magníficamente describió desde la tribuna del Congreso. Tras oírle, tentado estoy de renunciar al grandísimo privilegio de ser español, español, español y pedirme la nacionalidad yupiana, ese país de las maravillas en el que todo es felicidad y además atan los perros con longaniza. Y con chorizos, que de eso en los mundos de Yupi de Rajoy van más que sobrados, palabra que como su propio nombre indica, viene de sobre.

Pero como no puede haber felicidad completa en la casa del pobre Rajoy (es un decir), hay una parte del país, una irreductible tribu de pertinaces aborígenes que abominan del progreso y deslucen el brillante desfile de las mesnadas patrias hacia la Arcadia feliz, también llamada Jauja. Y somos precisamente nosotros, los paupérrimos e indolentes andaluces los que afeamos tan esplendoroso futuro y ponemos palos en las ruedas para que fracase la brillante gestión realizada por el PP, la Iglesia, la banca y los grandes empresarios. Y perdonen la reiterada redundancia.

Y lo que nos pase nos lo tenemos más que merecido, por no saber elegir a nuestros representantes, por nuestro empecinamiento en negar el progreso general, por emponzoñarnos a nosotros mismos con recortes sin fin en Sanidad y Educación y por el gusto sadomasoquista que tenemos de engrosar las listas del paro, según nos ilustró el propio profeta del apocalipsis andaluz desde la tribuna del Congreso.

Aunque se olvidó el Gran Registrador de un pequeño detalle sin importancia: que todos los recortes realizados aquí por el Gobierno de coalición PSOE-IU son los menores de toda España y se han hecho por mandato legal emanado de las mismísimas criadillas del susodicho Rajoy, bajo pena de excomunión, cobrando además los intereses, al contrario que a otras comunidades autónomas, a las que se perdonó el incumplimiento del déficit y hasta los intereses de la deuda cuando no parte de la misma deuda. Claro que no eran comunidades traidoras como nosotros y están gobernada por honestos líderes del PP o de CiU.

Con su palabras, no hacía el futuro ex presidente del Gobierno otra cosa que dar pábulo a la creencia de la derecha española de que los andaluces somos unos vagos y maleantes tontos que estamos al “pitas, pitas, pitas” como señaló Esperanza Aguirre; que nos pasamos el día en el bar derrochando el dinero del subsidio o que hay que quitarnos el pez y enseñarnos a pescar, como aseguró Albert Rivera, líder de Ciudatans (Floriano dixit), cuando tuvo a bien honrarnos con su presencia hace unos días. Y está bien el consejo, sobre todo para los vecinos de Isla Cristina, Zahara de los Atunes o Motril, que sólo llevan unos 3.000 años practicando las artes pesqueras y claro, son unos neófitos.

En este punto, aunque contradiga a estos apóstoles de la Verdad Absoluta, quisiera yo defender la postura de que más vale pez o pájaro en mano, sobre todo si el pájaro es la gaviota del PP, la rata de los mares. Y ya puesta en la mano, apretarle un poco el gaznate hasta que se ponga colorada.

Por todo ello y aprovechando que estos días recordamos el himno de Andalucía, sería bueno que los andaluces nos levantáramos de una reputada vez. Y ya que nos levantamos, deberíamos hacerlo con el pie izquierdo y un poquito de mala leche, la suficiente para poner a estos badulaques en su sitio. O como cantarían los ya citados Rajoy, Aguirre, Duran y Rivera: ‘andaluces, levantaos, que son los once de la mañana y ya están abiertos los bares’.

Luis Muñoz

No hay comentarios: