El PP y la basura.
El símil es facilón: La basura inunda Madrid y la política nacional. Pero
la empresa concesionaria es el PP y su filial el Gobierno. Vivimos entre basura
y presumiblemente cuando la de la limpieza viaria pase, la de la política
permanecerá. Es terrible: nos hemos acostumbrado a todo tipo de fechorías y
desmanes: permitimos que cacheen a los periodistas de la radiotelevisión
valenciana y a las visitantes del Congreso de los Diputados; permitimos que
cierren Fagor pero a los bancos les damos lo que les haga falta, sí, el
perjuicio de cerrar un banco sería enorme pero las cantidades son ingentes en
relación con la ridícula que haría falta para salvar Fagor; como quien no
quiere la cosa, amplían a más de un año, que ya era una buena fechoría, los
contratos sin indemnización alguna, basura pura; el número de multimillonarios
españoles ha aumentado un 13% y el de pobres un 25; si las comunidades
autónomas retiran la subvención a los colegios que segregan por sexo, raudo
acude el Gobierno para anularlo y recuperen tales cantidades para no perjudicar
al Opus Dei, propietarios de los colegios, basura ideológica y religiosa;
cierran las televisiones autonómicas y despilfarradoras para privatizarlas en
lugar de remozar la gestión y despolitizarlas, basura de la propaganda; TVE es
una risa de manipulación, rompieron el acuerdo para el nombramiento del
Director General, y ellos se lo guisan y se lo comen, aunque la audiencia se
hunda: indultan a kamikazes contra el criterio del tribunal sentenciados y
hasta del fiscal, basura turbia y sospechosa; desparraman las becas concedidas
en pilas de suciedad retroactiva hasta que Europa les ordena recogerlas; lo
pasan todo a la justicia que saben larga, y en ella dan explicaciones
inverosímiles de recibís, sobresueldos, cohechos y donaciones, toda España
sospecha que llevaban contabilidad paralela menos ellos; paradójicamente se
pelean y mienten por las concesiones de los contratos de recogida de basura;
maltratan la sanidad, la esquilman aunque la gente muera, y la privatizan y hacen
que se resienta el gran logro del país; prefieren que Catalunya se encabrone
antes que una mínima apertura de la Constitución, creando reforzadas
independencias y Españas enemigas; ni remotamente piensan en modificar el
incorporado a pachas con el otro socio artículo 135 de la Constitución, causa
de nuestras penurias.
Todo es basura. Todo es un uso abusivo y antidemocrático del poder que le
concedieron las urnas. No hay nada que hagan que no sea basura. La basura es el
alimento espiritual de este Gobierno, con el que nos está envenenando a todos.
Estos jardineros y barrenderos de la política-basura están en huelga permanente
y son ellos mismos quienes se encargan de esparcirla y hacer que España hieda.
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