Mientras los mercados alivian la presión, el paro no da tregua. La prima de riesgo ha caído y se ha alejado de las zonas críticas que habitaba el verano pasado. En cambio, España ya cuenta con más parados que nunca, 6,2 millones, la tasa de desempleo supera el 27% —entre los jóvenes el 57%— y el mercado laboral apenas afloja el ritmo de destrucción de empleo: 322.300 puestos de trabajo menos en un trimestre que hay que sumar a los 3,5 millones que ya se habían destruido previamente, según la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2013. Los síntomas de agotamiento en el mercado laboral se agolpan y el horizonte de mejora todavía queda lejos.
La segunda recesión de esta ya larga crisis, que comenzó a mitad de 2011, deja hasta ahora un balance distinto al de la primera. El perfil del empleo que se está destruyendo es muy distinto del que se evaporó a comienzos de la crisis. En 2008 y 2009, básicamente perdieron su trabajo jóvenes menores de 35 años poco formados que tenían contratos temporales y trabajaban en la construcción o en la industria afín. Ahora, sin que haya cesado la sangría por esta vía, la destrucción de puestos de trabajo ya no hace discriminación alguna por edades, también se ceba quienes tienen contratos fijos y erosiona sectores hasta ahora inmunes, como los empleados públicos y los cualificados.
"Que no ciegue el mal dato"
Con estas cifras sobre la mesa, el Gobierno ha optado por dejar las valoraciones en manos de los segundas espadas del Ministerio de Economía, Fernando Jiménez Latorre, y de Empleo, Engracia Hidalgo. Ni Rajoy ni la ministra de Empleo, Fátima Báñez, ni los responsables de carteras económicas hicieron valoración pública alguna. Jiménez Latorre optó por un análisis técnico al afirmar que el mal dato se debía a “a la profundidad y la duración de recesión”.
En el PP, las valoraciones quedaron en manos del portavoz oficial, Carlos Floriano, que pidió “que no ciegue ese mal dato para comprobar cómo la política económica está dando buenos resultados a nivel macroeconómico”. Por el PSOE, en cambio, sí que habló su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, aunque lo hizo por Facebook: “Nadie duda de que su reforma laboral [en referencia a Rajoy] y su desastrosa política económica solo producen sufrimientos estériles”.
Sí que hizo una valoración pública el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo: “Es un día negro porque viene a constatar las peores previsiones que alguien pudiera haber realizado, es una situación dramática, ya no valen paños calientes o lamentarse con que nos imponen políticas desde la Unión Europea”, informa Mercè Pérez. UGT, por su parte, exigió al Gobierno un gran pacto por el empleo porque el dato “refleja de forma palmaria que el principal déficit es el de empleo”.
A la hora del análisis, CEOE optó por destacar la desaceleración de la destrucción de empleo, que en términos anuales era del 4,78% a finales de 2012 y del 4,58% en el primer trimestre. “Es necesario seguir apostando por medidas de flexibilidad en el mercado laboral”, defendió en el capítulo de propuestas.
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