viernes, 11 de noviembre de 2011

- LAS CUENTAS OPACAS DEL REY.

Las cuentas opacas del rey.

Iñaki Urdangarin se merece la misma justicia que todos los españoles: ni más ni tampoco menos. Pero los españoles también nos merecemos dos cosas.

La primera: una explicación del yerno del rey y de la propia Casa Real sobre la investigación judicial que hoy pesa sobre el Instituto Nóos, esa fundación “sin ánimo de lucro” donde supuestamente han desaparecido cientos de miles de euros del dinero público. Urdangarin no es una persona más: es parte de una institución, la corona, que pagamos entre todos. Por eso los ciudadanos tenemos derecho a reclamar la misma información sobre este caso que pediríamos a cualquier otro representante del Estado. Es el mínimo exigible, sea un cargo electo o hereditario. Si Urdangarin y su mujer, la infanta Cristina, fuesen políticos, en vez de los séptimos en la línea de sucesión, ¿no reclamaríamos hoy que aclarasen cómo pagaron esa mansión de 1.063 metros cuadrados que compraron en uno de los mejores barrios de Barcelona y que está valorada en once millones de euros?

La segunda, al hilo de la anterior: nos merecemos una mayor transparencia para el dinero público que pasa por el Palacio de la Zarzuela. En los Presupuestos Generales del Estado sólo hay dos agujeros negros, invisibles para los ciudadanos: los fondos reservados de Interior y Defensa (25 millones de euros al año) y la asignación a la corona (8,4 millones anuales). Sin embargo, incluso los fondos reservados están más vigilados que el dinero de la Casa Real porque existe una comisión en el Congreso, con representantes de todos los grupos parlamentarios, que fiscaliza su uso a puerta cerrada.

La corona es la única partida completamente opaca y, en democracia, lo opaco acaba siendo siempre mucho más frágil que el cristal.

I. Escolar  Publico.es

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