Tres años de cárcel para la madre que pegó a una maestra por un bocadillo.
La discusión se inició porque un alumno no se pudo comer su desayuno y compartió el de su prima.
Un Juzgado de Granada ha condenado a tres años de prisión por un delito de atentado a la madre de un alumno de 5 años que agredió a la maestra de su hijo tras enterarse de que el menor no había podido comerse su bocadillo durante el recreo. impone además a la agresora, Estefanía C.F., de 23 años, que ya fue condenada por otro delito de atentado, el pago de una multa por una falta de lesiones y que indemnice a la víctima en 300 euros.
En la sentencia, que responde a la petición fiscal, contra la que cabe recurso de apelación, se declara probado que el pasado 18 de noviembre, poco antes de las 2 de la tarde, la mujer se personó en el colegio público Federico García Lorca de la localidad de Fuente Vaqueros (Granada) y se dirigió al aula de su hijo, en la que entró "violentamente".
En ese aula, en la que se encontraban una veintena de niños de 5 años y dos profesoras, tras preguntar quién de ellas había dejado sin merienda a su hijo y que una de las docentes respondía que había sido ella, la procesada la cogió del pelo, le propinó un empujón y la lanzó contra la pizarra.
A consecuencia de estos hechos, que se produjeron en presencia de los menores, la agredida sufrió un ataque de ansiedad, recoge la resolución judicial, que califica la conducta de la condenada de "un grado de gravedad extrema" dentro de los supuestos hipotéticos de ataque a un docente público.
Todo ello, añade, no precisamente por el resultado, que ciertamente no fue tan grave, "sino por la forma y el contexto en que se llevó a cabo".
Al respecto indica que la acusada irrumpió en el aula con violencia y mostró "el grado de educación y civismo más bajo que podía mostrar" ya que, si quería pedir explicaciones sobre el motivo de dejar a su hijo sin bocadillo, "el modo en que lo hizo es absolutamente desproporcionado e inapropiado".
Asimismo, la agresión se produjo en presencia de niños de 5 años, incluido su hijo, "que empiezan a interiorizar las normas de convivencia, y a los que resulta gravemente perjudicial para su educación observar la imposición violenta y agresiva", indica el juez.
La sentencia recoge que la acusada menoscabó el principio de autoridad a la docente agredida y dio a los alumnos "una lección práctica de cómo eludir el cumplimiento de las normas de conducta".
Tanto la acusación particular, ejercida por el letrado Juan Mazuelos, como la defensa, que representa Alejandro Martín, han anunciado que recurrirán la sentencia ante la Audiencia Provincial.
La defensa considera que el fallo es "desmesurado y desproporcionado", mientras que la acusación espera que se recoja en el fallo la reincidencia de la agresora, una medida de alejamiento y que la responsabilidad contemple el periodo que la maestra vaya a estar de baja.
¡Por fin!. Parece que los jueces se van a tomar más en serio las agresiones a los profesionales de la enseñanza y comienzan a dictar sentencias ejemplarizantes para aquell@s padres y madres que se extralimitan en sus actuaciones de protesta ante los docentes y los agraden por motivos insignificantes. Esta condena, aunque parece dura comparada con la de Farruquito, servirá para que otros padres se lo piensen antes de levantar la mano contras aquellos profesionales que dedicamos nuestras vidas a enseñar y también, a veces, a educar a los hij@s de los demás.
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