viernes, 10 de diciembre de 2010

- AGRESIÓN A UNA MAESTRA Y CONDENA A UNA MADRE.

Tres años de cárcel para la madre que pegó a una maestra por un bocadillo.

La discusión se inició porque un alumno no se pudo comer su desayuno y compartió el de su prima.

Un Juzgado de Granada ha condenado a tres años de prisión por un delito de atentado a la madre de un alumno de 5 años que agredió a la maestra de su hijo tras enterarse de que el menor no había podido comerse su bocadillo durante el recreo. impone además a la agresora, Estefanía C.F., de 23 años, que ya fue condenada por otro delito de atentado, el pago de una multa por una falta de lesiones y que indemnice a la víctima en 300 euros.

En la sentencia, que responde a la petición fiscal, contra la que cabe recurso de apelación, se declara probado que el pasado 18 de noviembre, poco antes de las 2 de la tarde, la mujer se personó en el colegio público Federico García Lorca de la localidad de Fuente Vaqueros (Granada) y se dirigió al aula de su hijo, en la que entró "violentamente".

En ese aula, en la que se encontraban una veintena de niños de 5 años y dos profesoras, tras preguntar quién de ellas había dejado sin merienda a su hijo y que una de las docentes respondía que había sido ella, la procesada la cogió del pelo, le propinó un empujón y la lanzó contra la pizarra.

A consecuencia de estos hechos, que se produjeron en presencia de los menores, la agredida sufrió un ataque de ansiedad, recoge la resolución judicial, que califica la conducta de la condenada de "un grado de gravedad extrema" dentro de los supuestos hipotéticos de ataque a un docente público.

Todo ello, añade, no precisamente por el resultado, que ciertamente no fue tan grave, "sino por la forma y el contexto en que se llevó a cabo".

Al respecto indica que la acusada irrumpió en el aula con violencia y mostró "el grado de educación y civismo más bajo que podía mostrar" ya que, si quería pedir explicaciones sobre el motivo de dejar a su hijo sin bocadillo, "el modo en que lo hizo es absolutamente desproporcionado e inapropiado".

Asimismo, la agresión se produjo en presencia de niños de 5 años, incluido su hijo, "que empiezan a interiorizar las normas de convivencia, y a los que resulta gravemente perjudicial para su educación observar la imposición violenta y agresiva", indica el juez.

La sentencia recoge que la acusada menoscabó el principio de autoridad a la docente agredida y dio a los alumnos "una lección práctica de cómo eludir el cumplimiento de las normas de conducta".

Tanto la acusación particular, ejercida por el letrado Juan Mazuelos, como la defensa, que representa Alejandro Martín, han anunciado que recurrirán la sentencia ante la Audiencia Provincial.

La defensa considera que el fallo es "desmesurado y desproporcionado", mientras que la acusación espera que se recoja en el fallo la reincidencia de la agresora, una medida de alejamiento y que la responsabilidad contemple el periodo que la maestra vaya a estar de baja.

¡Por fin!. Parece que los jueces se van a tomar más en serio las agresiones a los profesionales de la enseñanza y comienzan a dictar sentencias ejemplarizantes para aquell@s padres y madres que se extralimitan en sus actuaciones de protesta ante los docentes y los agraden por motivos insignificantes. Esta condena, aunque parece dura comparada con la de Farruquito, servirá para que otros padres se lo piensen antes de levantar la mano contras aquellos profesionales que dedicamos nuestras vidas a enseñar y también, a veces, a educar a los hij@s de los demás.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

- CONTROLADORES AÉREOS O DEL ESTADO.

Profesionales irresponsables.

EUGENIO S. PALOMARES 08/12/2010 El País

"Los aeropuertos recuperan la normalidad tras el paro de los controladores". Así titulaba, el pasado lunes, la noticia uno de los artículos con los que abría este diario su primera página de Andalucía. Si leías la noticia hasta el final también se destacaba la situación que en la madrugada del domingo sufrió un grupo de saharauis que terminaron el día durmiendo en la terminal sevillana. Dos de ellos, eran menores enfermos. Todos se quedaron sin calefacción a partir de las cuatro de la mañana, protegiéndose del frío con mantas que les facilitó la Cruz Roja. Esta historia, que se dio en el aeropuerto de Sevilla, se suma a otras muchas que tuvieron lugar en el resto de España. Personas que se quedaron sin boda, sin comer y hasta quien volaba con el cuerpo de su madre y terminaron cada una por un lado. Un sinfín de historias personales con crisis de ansiedad como denominador común y a las que se han sumado otras, como han sido las pérdidas millonarias que han ocasionado los controladores con su huelga salvaje y el daño que han hecho a la marca España a nivel turístico, lo que en Andalucía, por ser su primera fuente de ingresos, ha tenido mayor trascendencia.

Pues bien, cuando observas este panorama en el que pequeños y grandes dramas humanos se mezclan con daños al Estado en su imagen y en su recuperación económica; cuando observas también que los responsables de estas situaciones no solo no se disculpan con "aquello de que se les ha ido la mano" sino que arremeten contra periodistas y les insultan, el problema no es puntual. El problema es de fondo y tiene difícil solución. No caben engaños en su análisis. Y no caben engaños porque si de algo saben los controladores es de vuelos y de aeropuertos. De ahí que, a poco que se piense, el abandono masivo de sus puestos de trabajo puede fácilmente entenderse como una decisión, derivada de un proceso de reflexión en orden a su planteamiento y su ejecución con pleno conocimiento del daño personal y económico que iba a ocasionarse, y que se ha ocasionado. Y les ha dado igual emplear la fuerza frente a la sociedad, sin importarles las consecuencias, rechazando los instrumentos que la ley les concede para lograr sus objetivos. Tal vez, y por razones que en este momento no alcanzo a comprender, deben tener interiorizado un complejo de superioridad de tal magnitud que piensan que tienen derecho a todo y frente a todos. Si es así, y por su forma de actuar lo ha sido, es un comportamiento peligrosísimo. Y es peligrosísimo por cuanto los actores de este chantaje a los ciudadanos, privándoles de sus ilusiones; ignorando los daños que iban a ocasionar a familias enteras y despreciando los intereses del Estado, siguen sin dar una disculpa más allá de la que se escuchó en aquel hotel. No se han dado cuenta de su salvajada y si se dieron, como es de presumir por sus conocimientos, nada hace pensar que no puedan repetirla con este o con otro Gobierno.

Los aeropuertos ya han alcanzado la normalidad. Los ciudadanos, y pocas veces se ha alcanzado tal grado de unanimidad, estamos de acuerdo en que la decisión de militarizar ha sido totalmente acertada y ha determinado que en poco tiempo se acabe con este caos. Ahora corresponde exigir responsabilidades. La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía anda en estos menesteres. Las asociaciones de consumidores, también. Sanciones penales, laborales que lleguen hasta el despido se están esperando al igual que las reparaciones económicas a quienes han sufrido daños. Sin embargo, estas respuestas son insuficientes si no se da solución definitiva por todos los grupos políticos y se regula de forma eficaz a un colectivo de profesionales a los que que no les importa usar el chantaje contra los ciudadanos e ignorar las obligaciones de su hacer profesional si con ello mantienen sus privilegios.

lunes, 6 de diciembre de 2010

- FELIZ CUMPLEAÑOS.

¡¡¡FELICIDADES EN TU 32º CUMPLEAÑOS, CONSTITUCIÓN!!!

domingo, 5 de diciembre de 2010

- FÚTBOL, DINERO Y RELIGIÓN.

La FIFA y el Vaticano.

JOHN CARLIN 05/12/2010

"Ver los últimos seis Mundiales ha sido como sacarse una muela". Alex Ferguson, entrenador del M. United.

El fútbol es una religión, como muchas veces decimos, la FIFA, la organización que lo controla, es su Vaticano. Y, como el Vaticano, los procesos de toma decisiones que inciden en los corazones de cientos de millones de personas son opacos y medievales.

Esto, en el caso del Vaticano, es comprensible. Es una anciana y venerable institución cuyo territorio -por definición misterioso- es el más allá. El ámbito de la FIFA, en cambio, es netamente terrenal. Pero cuando su comité ejecutivo decide cuestiones de importancia mayor para gobiernos, países y devotos del fútbol, ni siquiera disimula respetar las reglas de la democracia; se comporta con toda la transparencia de un cónclave de cardenales decidiendo la identidad de un futuro Papa. La diferencia es que la FIFA mueve más dinero, buena parte del cual acaba en los bolsillos de los mismos señores en cuyas manos está el destino del Mundial, el fenómeno de masas más grande que conoce la humanidad.

Quizá sea una casualidad que esta semana los señores de la FIFA hayan elegido como sede del Mundial 2018 al "mafia estado" (fuente: Wikileaks) ruso; quizá (aunque decir esto sí que es un acto de fe) no haya habido ningún soborno; quizá se guiaron por dos criterios perfectamente sanos: que Rusia es un país de gran tradición futbolera y es una potencia económica emergente a la que le podría venir muy bien, como en el caso de Sudáfrica, una fuerte inyección de vitamina fútbol.

Pero todos estos argumentos se derrumban y los procesos mentales de los votantes de la FIFA quedan en grotesca evidencia cuando vemos la identidad del país que han elegido como sede del Mundial de 2022. Qatar, no exactamente una meca del fútbol, es un país más pequeño que las Islas Malvinas y Belice, y del mismo tamaño que Murcia, con una población de menos de un millón. Como practicar un deporte que exige correr durante 90 minutos no es humanamente posible en las condiciones climatológicas naturales del desierto qatarí, todos los estadios que se construirán (e, inmediatamente después del Mundial, se tendrán que destruir, por inútiles) gozarán de un sistema gigantesco de aire acondicionado. Lo cual presenta nuevos problemas: ¿qué tal si hace demasiado frío para la selección nigeriana y demasiado calor para la danesa? ¿quién decidirá la temperatura? ¿el árbitro? ¿un sobornable señor del cónclave fifero?

Una propuesta. Si vamos a hacer el experimento de ver cómo la ingenuidad humana se las arregla para celebrar el Mundial en un país de calor extremo, ¿por qué no intentamos lo mismo en un lugar donde hace muchísimo frío? Groenlandia podría ser una buena apuesta para 2026, ¿no?

Claro, tanta idiotez de parte de la desprestigiada FIFA, hasta nueve de cuyos altos ejecutivos han sido señalados como corruptos por los medios británicos en el último mes (noble motivo por el cual la candidatura inglesa para 2018 se hundió), el riesgo ahora es que caiga en desprestigio el propio Mundial. Y eso que la materia prima no es lo que fue. Un Mundial no es donde se ve el mejor fútbol. Ese privilegio se lo reserva la Liga de Campeones. Hace tiempo que es así. España ganó el último Mundial merecidamente pero el nivel del torneo fue lamentable. Tampoco el de Alemania o el de Japón y Corea fueron gran cosa. Esto se debe a que los grandes clubes europeos son mejores que las grandes selecciones y a que los jugadores más hábiles llegan agotados a los Mundiales, época en la que sus relojes biológicos les piden vacaciones.

Para colmo, la FIFA lo está pudriendo todo, quitándole al Mundial lo más valioso que le queda, su mística, su glamour. Es sórdido el espectáculo que presentan los popes del deporte. Si no vemos cambios al personal y a las reglas del juego, si la feudal FIFA no da el salto del siglo XII al XXI, el asco y el aburrimiento acabarán con el Mundial como buque insignia del fútbol y se convertirá en un torneo marginal, disputado entre equipos desmotivados, o de segunda fila, en Qatar, Groenlandia o (¿por qué no?) aquel minúsculo pero soberano estado conocido como la Ciudad del Vaticano.

sábado, 4 de diciembre de 2010

- CONTROLADORES ¿MÉDICOS?

Profundamente indignados ¿controladores?

4 Diciembre 2010 por rosa maría artal

Había, había, la indignación de los humanos tiene curiosos mecanismos. Veréis… durante un reportaje rodamos en una cárcel de Girona –cuando no había tantos medios de información teníamos acceso a todas las fuentes-. Como era habitual, un recluso se erigió en nuestro protector. Era un hombre adorable que nos facilitó mucho la tarea entre sus compañeros. Terminado el trabajo, tomamos un café enfrente con el director de la prisión y me contó su historia:

La mujer de este hombre se lio con otro señor. Terminó llevándolo al domicilio conyugal. Cuando los amantes decidían, echaban al marido a la calle y todos los vecinos lo veían aguardar a que la pareja concluyera su refocile sexual. El suplicaba desde abajo y no le dejaban entrar en su casa. Alguna vez, se asomaron a la ventana para mofarse de él. Pero, ay, un día le abrieron una carta dirigida a él… y los mató a los dos.

Nunca he olvidado el caso. En España se resume en que una gota colmó el vaso, los judíos -creo- dicen: nunca sabrás que paja rompe la espalda del camello. Me gusta más esta versión, es menos mecánica. Los seres vivos aguantan y aguantan hasta que dejan de hacerlo. Y la paja que derrota, que satura, es profundamente subjetiva.

De repente, la ciudadanía española salta en intensa irritación. ¿Se han hartado del goteo de parados? ¿De cobrar, quien trabaja, con Grecia y Portugal, los sueldos más bajos de la UE anterior a la ampliación al Este? ¿De nuestro miserable gasto social? ¿De tener las tarifas de telefonía y las comisiones bancarias más caras de Europa? ¿De la dictadura de los mercados? ¿De la sumisión del gobierno a los mercados y al todopoderoso imperio para lo que guste mandar? ¿De los dos millones de niños rematadamente pobres que viven en nuestro suelo y cuyas carencias familiares les llevan a la desnutrición?

¡No! es que los controladores aéreos han hecho una huelga sin avisar –que eso si está muy feo- y unas 350.000 personas se han quedado sin poder coger un avión. Con seguridad habrá entre ellos quienes precisen hacerlo con urgencia por motivos serios, pero ¡ay! es que estamos en puente y tenemos vacaciones, igual no podemos esquiar. La paja que ha roto la espalda española de la paciencia me produce náuseas. Egoísta, mezquina, inmensamente desorientada.  ¿Reaccionarán igual cuando “Bruselas” nos “rescate” y nos deje a pan y agua?

A los controladores, dicen, también se les rompió el espinazo con un decretillo de esos que salieron ayer para fastidiarnos un poco más la vida a todos. Y resulta que además son unos privilegiados, que cobran muchísimo. Igual son los que más pasta se llevan de todo el Estado ¿verdad?

No, no, que esto no se puede aguantar. ¿Qué dirán los mercados? ¿Se intranquilizarán y nos mandarán directos al rescate? Como dicen por ahí, igual así entienden que hay muchos españoles con posibles para coger un avión y no todos viajamos en burro.

La reacción ha sido ejemplar y ejemplarizante, no faltaba más. Periodistas indignados echan broncas a los perturbadores del sistema –los controladores, sí- como no lo han hecho jamás -¡dios mío! ¿y su amada objetividad?-. Y el gobierno se calza un par de esos para militarizar el espacio aéreo -¡Jesús, qué susto!- y para decretar un “estado de alerta” que deja en suspenso derechos ciudadanos y por primera vez en democracia. Vaya, vaya.

Tengo muchas más preguntas:

Recién privatizada parte de AENA, cuándo controladores, pilotos, o cargadores de maletas hagan huelga ¿se sentarán en el consejo de ministros los presidentes de las empresas dueñas de nuestro espacio aéreo para adoptar medidas?

¿Por qué no decretaron el estado de alarma para Díaz Ferrán cuando dejó en tierra a miles de pasajeros en las entrañables navidades?

¿Detendrán a los volcanes cuando escupan lava y paralicen el sector aéreo?

Había algo que sí iba a movilizar a la ciudadanía española, al gobierno y a muchos periodistas, lo había. Sorpresas que da la vida. Existen mecanismos democráticos para las huelgas que los controladores no han cumplido, sin duda, pero a mí no me conmueve apenas la indignación social por este hecho. Me da pena en realidad. Por comparación. Así que, para que no se quiebre mi espalda, me voy a dejar llevar.