domingo, 29 de septiembre de 2013

- BORBÓN E HIJOS, S.L.

Mientras al Príncipe se le aprecia cada vez mayor desenvoltura, al Rey se le advierten dificultades que agrían su carácter.

Siempre me han atraído los negocios familiares: cómo los mayores instruyen a sus hijos desde niños en los secretos del oficio y cómo, después de que estos superan la adolescencia, van cediéndoles el paso para que en un futuro puedan gobernar la empresa. En mi familia ha habido un negocio familiar muy notable: un horno de pan que surtía de todo tipo panes, madalenas, tortas y monas a un rincón de España, el Rincón de Ademuz. Me maravillaba contemplar de niña cómo mi tío panadero iba incorporando de manera natural a mis primos en los madrugones, en la fabricación del pan o en el trato a los clientes. A pesar de que los rigores del oficio mantenían a los hijos trabajando cuando los demás estábamos de vacaciones, yo sentía envidia de esa armonía familiar, de ese esfuerzo en el que arrimaba el hombro todo el mundo.

Existían, desde luego, negocios familiares más duros que el horno, que siempre estaba caliente, aunque fuera en la madrugada del crudo invierno aragonés. Estaban los muchachos que siendo aún muy tiernos tenían que ir al campo, como mi marido, Antonio, que salía de noche con su madre a recoger aceituna en los días en que todos los chavales estaban en su primer sueño disfrutando de las vacaciones navideñas. He tenido amigos cuyos padres regentaban un bar y me maravillaba cómo con trece o catorce años sabían atender las mesas, memorizar comandas y preparar cosas sencillas en la cocina.

Hay padres que no saben vivir sin mandar y les resulta traumático aceptar que su tiempo pasó.

En el Puerto de Santa María, hay un bar emblemático, el Bar Vicente Los Pepes, que conserva el sabor de los viejos bares del sur: un gran espacio con todas las puertas abiertas a la calle, mesas y sillas de madera, techos altos y paredes adornadas con carteles antiguos y fotos de gente del pueblo que se hizo célebre a nivel local, por el baile, por el cante, o simplemente por adornar a diario las calles del Puerto con su presencia extravagante. Hasta hace un año, cuando todas las señoras antes de entrar a la Plaza (el mercado) iban allí a tomar el cafelito con leche y un mollete de Antequera, reinaba en un rincón privilegiado de la sala el patriarca, el señor Vicente, quien en tiempos había estado presidiendo el mostrador y, ahora, en la vejez, disfrutaba en su trono de rey padre del orgullo de mirar, de ver cómo el negocio sobrevivía a pesar de los malos tiempos, y admiraba los cambios sutiles que el hijo había ido adoptando para adaptarse a una clientela que cambia, como cambia el mundo.

Hay un momento en todo negocio familiar, un momento crítico, con tintes melancólicos, en el que el hijo debe conducir al padre a su sillón de mirar la faena desde la barrera. Hay padres que se resisten porque los padres y las madres, cegados por un amor protector, tendemos a hacer compatible la creencia de que nuestros hijos son excepcionales con que al mismo tiempo son un poco inútiles y sin nuestra continua vigilancia no sabrán salir adelante. También hay padres que no saben vivir sin mandar, y menos sin mandar a sus hijos, y les resulta realmente traumático aceptar que su tiempo como patrón pasó y que sus descendientes pueden incluso superarles en las destrezas del oficio.

Los fieles al ‘Juancarlismo’ no entienden por qué el patrón no reconoce en su hijo un sustituto

El día en que los padres advierten que los hijos saben más que ellos se produce una especie de destronamiento tácito, que hay quien asume o quien se rebela ante esa perspectiva. Lo que ya es un completo disparate, y yo he sido testigo en alguna ocasión de esta circunstancia, es que un padre esté tan empecinado en la idea de que solo él puede llevar el bastón de mando que aun estando enfermo sea incapaz de delegar en los suyos. Hay negocios, quién no ha visto alguno, que incluso se paralizan por enfermedad del patrón y que van perdiendo poco a poco una clientela que no acaba de entender que la empresa esté en la cabeza de una sola persona. Los negocios son así, tienen sus momentos gloriosos y sus tiempos de decadencia. Hay veces que dependen de la mera voluntad de la clientela, que considera que el negocio ya no vende un producto necesario. Pero es lógico que antes de claudicar y de echar el cierre los propietarios quieran salvarlo.

En el caso de este peculiar negocio familiar que es la monarquía (por aquello de que el título se hereda de padres a hijos) está claro que se encuentra en un periodo de pérdida de clientes. Los hay que sin duda alguna defienden otro modelo de negocio, o de Estado; los hay que, habiendo sido fieles a eso que se dio en llamar el Juancarlismo, no entienden hoy por qué el viejo patrón no reconoce en su hijo un sustituto con más cualidades para lidiar con este complicado presente. Mientras al Príncipe se le aprecia cada vez mayor desenvoltura en su labor diplomática, al Rey se le advierten unas dificultades físicas que agrían su carácter y desconciertan al público. No sé qué asesor le habrá aconsejado al Rey que el antídoto de la impopularidad es la sobreactuación, quien sea se equivoca. O se equivoca él mismo. O se equivoca el Príncipe por no tener el valor de tomar a su padre del brazo y llevarlo hasta ese rincón privilegiado donde todo viejo patrón observa el curso de los nuevos tiempos. Si no lo remedian pronto, perderán la cada más exigua clientela y al Príncipe solo le quedará la opción de presentarse como candidato a la presidencia de la III República, que tampoco está mal.

ELVIRA LINDO 29 SEP 2013

- EL PUTO AUTOBÚS.

Este modesto vehículo, al que apenas prestábamos atención, juega ahora un papel determinante en cientos de vidas.

Me llama una alumna de mi instituto. Acaba de terminar el bachillerato con matrícula de honor y ha obtenido unas notas de selectividad que le permiten escoger la carrera que deseaba. Me dice que se ha matriculado en la UNED, la Universidad a Distancia, y le pregunto extrañada por qué.

—Me hubiera gustado conocer el ambiente universitario pero no va a poder ser.

Me explica que su padre y su madre están en paro. Han estado haciendo cálculos y no pueden pagar los ciento y pico euros mensuales que suponen el desplazamiento diario desde Coria del Río a la Universidad Pablo Olavide. Le contesto que no se preocupe, que estoy segura de que le concederán la beca que ha solicitado, que si no se la conceden a ella con su magnífico expediente y su situación familiar, no habrá becas para nadie.

—Ya lo sé —me contesta— pero el problema es que las becas no empiezan a pagarlas hasta febrero o marzo y no podemos adelantar ese dinero.

Le digo que hay algunos fondos para esas situaciones. Me dice que ya ha preguntado y que están saturados. Me ve tan afectada que es ella la que se dedica a animarme.

—No te preocupes. Es solo una racha de mala suerte. El año que viene será distinto. Ya verás.

A los dos días me encuentro en la puerta del instituto a una pareja de jóvenes estudiantes que terminaron también el curso pasado con estupendas calificaciones y una inesperada historia de amor. Los hacía en la Universidad pero me dicen que han venido a matricularse en el único ciclo superior de formación profesional que existe en la localidad, el de Informática. Algo totalmente ajeno a sus aspiraciones y a la orientación de sus estudios. Me cuentan exactamente la misma historia. Los pocos kilómetros que separan este pueblo de la ciudad de Sevilla se han convertido en un foso insuperable. El pago de las becas se produce con retraso y eso les obliga a adelantar un dinero que no poseen. Siento una profunda rabia.

—No pasa nada. De verdad —me dice él con más convencimiento que ella—. No vamos a perder el año. Vamos a buscar algún trabajillo y ahorrar para poder empezar la carrera el próximo curso.

Los kilómetros que los separan de Sevilla son ahora un foso insuperable

Frente a los cristales de secretaría está la madre de uno de los alumnos del centro. Tanto ella como su marido están parados desde hace más de tres años. Les pregunto si ha mejorado la situación.

—Bueno… vamos tirando. Tenemos la suerte de tener la casa pagada y mi padre se hace cargo de los gastos extras, que si unos zapatos, una equipación… nos arreglamos con muy poco.

—¡Ojalá las cosas mejoren! —le digo sin mucha convicción—.

—¡De verdad! Todos los días cuando me levanto me acuerdo de los que no tiene nada, asegura.

Me hace sonreír el optimismo histórico que nos permite sobrevivir y esa compasión que quita peso a las penas propias.

En la sala de profesores discutimos las actividades extraescolares para este curso. Mejor dicho podamos, recortamos, escatimamos las que se solían hacer en años pasados. Recordamos con humor cuándo proponían ir a Cancún o a la Riviera Maya. Ahora ir a Granada ya es un lujo y las actividades son muy modestas: visitar algún museo de Sevilla, asistir a una función de teatro o participar en la feria del libro.

—Aún así habrá alumnos que no podrán pagar el billete del autobús —nos advierte alguna compañera—.

Antes Sevilla estaba muy cerca, ahora muy lejos. El modesto autobús al que apenas prestábamos atención juega ahora un papel determinante en cientos de vidas. Nunca pensé que subir a un autobús o a un vagón del metro llegase a ser un problema. Era el dinero menudo que volaba de nuestros bolsillos sin saber cómo. El mismo que hoy se cuenta, se mide, se planifica.

Camino de casa observo a los viajeros que esperan en la marquesina con cara de indiferencia. Desde luego no son privilegiados. Como siempre, el conductor ha ocupado buena parte de la calzada e interrumpe el tráfico hasta que embarcan todos los viajeros. El vehículo va casi vacío. No sabe que se ha convertido en un nuevo símbolo de la escasez. El puto autobús.

@conchacaballer

viernes, 20 de septiembre de 2013

- A POR LA III REPÚBLICA,

Juan Carlos, ¿por qué no te vas?

El rey vuelve a ser noticia. Esta vez no se trata ni de amantes, ni cacerías, ni salidas de tono, ni negocios opacos, ni tropezones, ni cuñados imputados, ni elefantes sino de una nueva operación. Los medios llenan portadas, minutos de noticias, declaraciones… sobre la próxima intervención quirúrgica de “su majestad” la cadera real izquierda.

La información coincide con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de una nueva medida de copago farmacéutico. A partir de ahora, enfermos de cáncer, leucemia o hepatitis crónica, no hospitalizados, tendrán que pagar el 10% de la medicación que recojan en los hospitales. Una decisión que golpea no sólo a quienes menos tienen sino a enfermos graves o crónicos, de cuya vida depende medicarse. Las Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública afirman que dicha medida aumentará la mortalidad entre los más pobres con problemas agudos de salud. La crisis y la falta de recursos son la excusa perfecta para imponerla.

Las limitaciones presupuestarias, pero, parece que no afectan al rey con quien no se escatiman recursos para su operación. El considerado “número uno mundial” en cirugía de cadera, Miguel Cabanela, venido expresamente de Estados Unidos, donde trabaja en la Clínica Mayo, dirigirá la operación, y es quien lo ha examinado. Tal vez, nos podría pasar su presupuesto. Otros ciudadanos podrían precisar de sus servicios, y sería todo un detalle incluirlo en las prestaciones de la seguridad social.

El rey, y toda su familia, nos salen muy caros. No sólo pagamos operaciones de cadera, de las que don Juan Carlos lleva ya unas cuantas, sino, también, viajes al extranjero, personal (secretarios, mayordomos…), mantenimiento y conservación de palacios, guardia real, vehículos oficiales y un largo etcétera. Y cuando pedimos las cuentas, vemos que la factura nos sale muy cara, y eso que no incluye todo el gasto. En el 2013, la Casa del Rey recibió 7,93 millones de euros, sinc contar las partidas de los ministerios de Hacienda, Interior y Defensa.

En el Estado español tenemos el triste honor de ser una de las 29 monarquías que quedan en el mundo. La crisis debería ser una muy buena oportunidad para replantearnos el tema. Juan Carlos, ¿por qué no te vas? Y de paso te llevas a la familia entera, desde el cuñado que nos ha robado, a la princesa mantenida en Suiza, cuyo traslado nos va a costar una fortuna, a tu señora la reina, a tu hijo… No somos súbditos ni vasallos y no queremos monarcas ni príncipes ni princesas. Adiós, y no vuelvas nunca.

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lunes, 16 de septiembre de 2013

- LA SANTA IGLESIA CATÓLICA.

La Santa Iglesia Católica.

No se trata de las las abuelitas ochentonas que todas las tardes acuden a la misa parroquial que el cura de turno les “celebra” y luego vuelven a sus humildes hogares satisfechas de su “encuentro” personal con su “Dios”.

Es otra la historia: sencillamente es/son una organización secreta de más de dos mil años, cuya finalidad es el dominio del mundo y de las conciencias, es apoderarse de las voluntades de los seres humanos para su propia satisfacción e interés, para acumular riquezas y poder. Sus jefes se dan a si mismo los títulos de monseñor, abades, obispos, arzobispos, cardenales y en la cumbre un sumo pontífice-rey al que todos le le llaman “santidad”...

En realidad es un Estado supranacional, aunque tenga unas fronteras ficticias pactadas en su día con el dictador fascista Mussolini, que invade todos los estados de la Tierra y se permite criticarlos, cobrarles impuestos, premiarlos o castigarlos con el infierno eterno si no se avienen a reconocerles la supremacía ideológica mundial que se afanan en ostentar. Es tanta la riqueza acumulada que poseen bancos propios, cuentas corrientes en paraísos fiscales, participaciones en toda clase de negocios, incluidos. como no, los bélicos, sin olvidar el importante papel que desempeñan en el blanqueo del dinero procedente de las mas diversas actividades delictivas.

Pero son tan listos que se sacan de la manga organizaciones “caritativas” que les sirven de tapadera y escondite de su verdadera actividad. Por ejemplo en nuestro país no aportan ni el dos por ciento del presupuesto de Cáritas y sin embargo que bien les viene esta ONG y otras para ocultar sus chanchullos...

Es una sociedad secreta y conjurada contra los intereses públicos, que atenta contra la libertad de conciencia y expresión de todos, que ha ido fabricando a lo largo de su historia una “moral” que dicen derivada de la Ley de Dios y que tratan de imponer a ciudadanos y estados sin el menor recato: “nadie está legitimado para juzgarles a ellos, ellos son los jueces, los que tienen hilo directo con el Dios “único” y “verdadero”...

Hoy en nuestro país gozan de un poder inmenso, sobre el gobierno, las instituciones y las conciencias de tantos crédulos de esas fantasías semi-religiosas que les permite decir/imponer al gobierno de turno que cosas, que leyes, que disposiciones se pueden permitir o no: ahí esta su guerra contra los derechos de la mujer (“fuente” del pecado), contra los homosexuales y su derecho al el matrimonio o a la adopción, contra los médicos y sus cuidados paliativos a los enfermos terminales (situación que exceptúan cuando son ellos los perjudicados por la enfermedad), su oposición radical al derecho al aborto, a la eutanasia, el control que ejercen sobre de la escuela, con la imposición de la religión como asignatura o vaciando e incluso expulsando de currículo educativo de contenido aquellas que puedan abrir los ojos a los escolares como Educación para la Ciudadanía...

Resumiendo, es tanto el poder y el mal que representan que una sociedad no será libre hasta que no se proceda, en legitima defensa ciudadana, a su disolución y expropiación de sus bienes para ponerlos al servicio del pueblo.

Salud y República.

Salva Artacho

salvaartacho.blogspot.com.es

domingo, 15 de septiembre de 2013

- RESULTADOS Y CLASIFICACIÓN 2ª JORNADA PREFERENTE.

 

resultados 2ª jornada preferente

 clasificación 2ª jornada preferente

- ¿IMPUTADO O SEÑALADO?

Señalados: objetivo conseguido.

El auto es un verdadero manual de paradojas y antítesis.

No me atrevo a entrar en los fundamentos jurídicos de los autos de la jueza Alaya, pero si les digo que una gran parte de periodistas, columnistas, juristas están escandalizados por su forma de instruir. Incluso personas muy afines al PP reconocen en privado la falta de garantías de sus procedimientos. En la trastienda de las tertulias se opina que los contenidos de sus textos son contradictorios y que el calendario se ajusta como un guante al calendario político. Pero si les preguntas por qué no escriben lo que realmente piensan o por qué no lo dicen en público sacuden la cabeza y te contestan que “no quieren mezclarse en este asunto tan feo de los ERE”.

Yo tampoco. Los delincuentes de los ERE, además de haber robado 136 millones, le han hecho el mayor daño imaginable a Andalucía. Por muy duras que sean las sentencias, no pagarán nunca su delito contra nuestra tierra. Sin embargo esta condena no nos puede llevar a considerar justo lo injusto, o adecuado lo esperpéntico. No se puede combatir la corrupción sin procedimientos limpios, democráticos y justos.

El PP comunicó a la prensa el presunto auto de la jueza Alaya en plena toma de posesión del Gobierno. Zoido luego leyó con delectación la palabra “imputado” y proclamaba que “se habían derrumbado los pilares de la Junta de Andalucía”. Los informativos de varias cadenas de televisión abrieron y cerraron con la imputación de dos expresidentes andaluces. Dos días después, el mismo Zoido reconocía que “realmente imputados no están, pero sí señalados”. Esa es la palabra. Como se decía antiguamente en los pueblos. ¿Qué clase de figura jurídica es esa? Ninguna, pero no importa. Ni las cadenas estatales van a rectificar, ni el sambenito de la imputación va a ser retirado.

Los autos de la jueza Alaya son, literariamente, una mina. Ha llevado la novela negra a las salas de instrucción de Andalucía incluyendo las detenciones nocturnas y la tensión psicológica en los interrogatorios. De repente dio un vuelco al guion y decidió que había “llegado el momento de dar un salto cualitativo a la instrucción” y poner el foco no en los ladrones, sino en los guardianes. Imputó a veinte ex altos cargos de la Junta tirando del organigrama. Los delitos no se detallan. Por lo visto haber sido director general de Presupuestos o cualquier otro alto cargo es en sí mismo un acta de acusación.

El último auto supera a los anteriores en cuanto a figuras literarias. Comienza con una figura oblicua: algunas actuaciones procesales podrían contener “cierta carga incriminatoria”. Continúa con un verdadero manual de paradojas y antítesis. Imputa sin imputar en sí. Cada párrafo niega lo que se ha escrito en el anterior. Se utiliza la vieja figura de la preterición tan útil para el insulto (después de diez líneas sobre la imputación, afirma que no es el caso referirse a ella). Y finaliza con un toque de ironía cuando dice actuar para evitar a estas personas “la presión de los medios de comunicación”.

Somos a estas alturas lo bastante maduros para distinguir quién se ha llevado dinero y quién no; dónde comienza el delito y dónde las responsabilidades políticas. Pero vivimos en un país en que el descrédito de la política se ha convertido en franca hostilidad. En este mar encrespado nadie quiere ir contracorriente. Sin embargo, sumarse al silencio o a la riada, no es bueno para la democracia. Si queremos que la política recupere su dignidad, tenemos que distinguir, analizar, ser escrupulosos con el estado de derecho. O estaremos trabajando para otro sistema. Otro régimen. Ya entienden.

@conchacaballer

lunes, 9 de septiembre de 2013

- LOS SILENCIOS DE RAJOY.

Los silencios del Presidente.

El señor Rajoy confunde la prudencia con el silencio. Como le ha recriminado la presidenta del Partido Popular en Euskadi, Arantxa Quiroga, ‘llaman la atención los silencios del Presidente’, pero no solo los referidos al caso Bárcenas, negando al Parlamento y a los ciudadanos el legítimo deseo de saber, sino en todos los campos en los que su opinión resulte importante.

Consigue que no sepamos en qué consiste el apoyo de España a los EEUU para el ataque a Siria. Es un experto en eludir respuestas por mucho que se presente ocasión de preguntar. ES incapaz de explicar las razones de la no concesión de los Juegos Olímpicos y se limita a decir que somos un país fiable. Es como una sombra democrática de Franco, supera el apodo de Don Tancredo y de Presidente Plasma. Se burla, desprecia a todo el que no le interesa. Es el gallego perfecto, dicho con completo respeto a los gallegos. Efectivamente no se sabe si sube o baja en la escalera. Pero sí se sabe que realmente y como ha afirmado el Consejero de Cultura catalán, Ferrán Mascarell, España es una anomalía histórica. En vísperas de una Diada que se prevé histórica, Rajoy pacta con Artur Mas negociar en secreto sobre la consulta soberanista, paso previo a la independencia, abriendo todo tipo de especulaciones. Y es una anomalía histórica, como bien muestra la serie Isabel que hoy se reanuda en TVE1, porque nunca cuenta con la opinión de los ciudadanos; simplemente se les imponen las decisiones a través de la viole ncia. Con lo de Catalunya nos podemos encontrar con una solución extravagante e insuficiente. ¿Por qué no podemos conocer los españoles qué se negocia, qué se ofrece, en qué se cede si es que se cede en algo?, ¿es mejor el misterio y el runrún periodístico en algo tan crucial para la historia de España, pasa algo por conocer todo ello, o tendremos que soportar la vieja disculpa de que estas cuestiones es mejor mantenerlas secretas? Produce pánico el desaguisado que puede originar este señor. Esperemos que Con Catalunya no tenga el mismo éxito que con los Juegos Olímpicos.El señor Rajoy confunde la prudencia con el silencio. Como le ha recriminado la presidenta del Partido Popular en Euskadi, Arantxa Quiroga, ‘llaman la atención los silencios del Presidente’, pero no solo los referidos al caso Bárcenas, negando al Parlamento y a los ciudadanos el legítimo deseo de saber, sino en todos los campos en los que su opinión resulte importante.

Con Rajoy todo es secreto en España. Los secretos del silencio. La negación de la democracia participativa. ¿Es ésta la transparencia que quiere brindarnos con su ley aún no nacida? De acuerdo en que a la acción de gobierno es necesario concederle un buen margen de actuación, pero no carta blanca y misteriosa en asunto alguno sea cual sea la mayoría que se tenga. Para que luego diga el Presidente del Congreso, señor Posada, que afirmar que el Parlamento está secuestrado es una exageración. Tiene razón; no está secuestrado, está ignorado. Vetan lo que quieren, acuden solo cuando quieren porque les viene bien, todo lo que tenemos que conocer es a través de los juzgados o de los medios de comunicación. Un país no puede funcionar con un Presidente que se escabulle y refugia en el silencio. En efecto, él y España, son una anomalía histórica. Habla, mudito.

jueves, 5 de septiembre de 2013

- ANTISUSANISMO.

Donde la crítica se vuelve apoteósica es en su condición de mujer.

En política no es que no haya una única vara de medir, sino que ni siquiera hay dos. Así, a vuela pluma, podemos destacar una primera vara de medir según las afinidades ideológicas, una segunda en función del sexo de la persona en cuestión, una tercera por su procedencia social y una cuarta por su raza. Y no necesariamente por este orden.

El nivel de crítica se dispara exponencialmente si das positivo en más de dos parámetros. Apenas si conozco a Susana Díaz y puedo compartir alguna de las críticas o reservas que se plantean pero me resulta llamativa la ferocidad que han empleado con ella antes de que empiece su andadura y, sobre todo, el hecho de que estos argumentos no se utilicen contra otros representantes políticos.

SUSANA DIAZ

La elección de Susana es, según el PP, “una farsa, un fraude” porque no ha pasado por las urnas. Sin embargo este mismo partido considera “impecablemente democrático” que el Presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González o el de Valencia, Alberto Fabra, hayan sido elegidos por sus asambleas sin pasar por las urnas.

La forma de elegir a Susana ha sido considerada como “un dedazo”, un “susanazo”, una imposición de Griñán. Los déficits de este proceso no pueden ocultar que en el PP el candidato es elegido por “las autoridades competentes”. De hecho Zoido afirma que están “a la espera de lo que decida Rajoy sobre la candidatura”, pero esto no es dedazo es liderazgo.

Susana Díaz es una persona que “no ha trabajado en su vida en la empresa privada ni ha hecho oposiciones en la Administración pública”. Efectivamente esto es así y soy también de las que creen que esto, no es que los inhabilite en absoluto para un cargo, pero supone un cierto déficit. Lo que no nos cuentan es la lista interminable de políticos andaluces y estatales que carecen de este currículo laboral o es tan escuálido como una raspa de sardina comenzando por Arenas, Fátima Báñez, Ana Mato, Antonio Sanz o el propio Felipe González.

La juventud se ha convertido en un reproche a la futura Presidenta. A los 39 años es, por lo visto, una joven cachorro y una niñata inexperta. Rafael Escuredo tenía 38 años cuando se convirtió en el primer presidente de la Junta, Borbolla 36, Felipe González con 34 años era jefe de la oposición y Aznar con esta misma edad presidente de Castilla y León. Claro que eran hombres, tenían barba o pintaban canas.

Nadie se atreve a criticar sus orígenes modestos, pero muchas afirmaciones rezuman un clasismo cierto. Aunque tenga una carrera universitaria es “indocumentada”. “Barriobajera”, “trianera”, “de estética poco depurada” calificativos que exudan la incomodidad ante quien pisa el poder sin desprenderse totalmente de sus orígenes.

Pero donde la crítica se vuelve apoteósica es en su condición de mujer. Susana no ha llegado a ser consejera sino que “se encaramó al poder”; no es decidida o valiente sino “ambiciosa”; no es inteligente sino “lista”; no aprende, sino que es “esponja”; no ha ganado congresos sino “ha fulminado a sus adversarios”. El marco se completa con un repaso a su estilismo, al color de su pelo o de sus blusas. Si esto no es sexismo, explíquenme de qué se trata.

Todo es banal, vacío, irrisorio. Lo realmente importante es si el próximo Gobierno tendrá fuerzas y ganas para sacar a Andalucía de este agujero de desesperanza; si por fin tomarán como propio el reto del desempleo; si tienen proyectos nuevos, apertura real a la sociedad y sienten como suyos los problemas de la ciudadanía.

@conchacaballer