Un artista es sentado en el banquillo por faltar a Franco.
La fiscalía pide la absolución del escultor Eugenio Merino.
La fiscalía no considera que una escultura irónica sobre Franco dañe el honor del dictador. Tras poco más de media hora de juicio en la sala 26 del juzgado de Primera Instancia de Plaza de Castilla, la fiscal ha pedido a la magistrada Rocío Nieto que desestime la demanda por daños contra el honor interpuesta por la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) contra Eugenio Merino por la escultura Always Franco. Dicha obra muestra una estatua del dictador dentro de una nevera de Coca-Cola y fue presentada en la feria Arco en febrero de 2012. Según el ministerio fiscal, “atendiendo a los usos sociales actuales”, no se ha vulnerado el honor de Franco y su fundación, primando así el derecho a la libertad de expresión del escultor. La acusación particular pide una indemnización de 18.000 euros y que el artista asuma la difusión de la sentencia, caso de que le sea favorable.
"Esto es solo una primera batalla", declaró en los pasillos frente a la sala antes de arrancar el juicio Jaime Alonso, vicepresidente de la Fundación Franco que preside la hija del dictador, Carmen Franco Polo. "Si es necesario, llegaremos hasta el Tribunal Supremo, porque esto no se puede llamar libertad de expresión. El insulto no puede ser gratuito para nadie". Alonso afirmó también que continúa investigando a la Plataforma Artistas Antifascistas y que no descarta nuevas demandas “cuando llegue el momento”. Dicha plataforma organizó una muestra artística en defensa del escultor demandado en la que se exhibieron obras que transformaban a Franco en unos genitales masculinos o que bañaban su retrato con la sangre de un autor perfomance extraída en directo. El propio Merino presentó una nueva obra dedicada al dictador, Punching,que transforma la cabeza de Franco en una bola para entrenar los puños, usando el mismo molde de Always Franco.
'Always Franco', la escultura de Eugenio Merino que desató la polémica tras su exposición en ARCO en febrero de 2012.
“Cuanto más grande quieran hacer esto, más gente me apoyará”, ha declarado Eugenio Merino, satisfecho por la petición de la fiscalía que da la razón a su defensa. “Pero a mí ya me han jodido y ellos ya han conseguido lo que querían, hacerse publicidad”, remató el escultor. El artista considera que su ausencia en la Feria de Arco de 2013, tras diez años asistiendo, se debe a la polémica que ha despertado el juicio. El artista volvió a subrayar la actitud a su juicio "lamentable" de José María Álvarez del Manzano, presidente del Ifema, recordando la carta que envió a la Fundación Franco y que esta presentó para reforzar su demanda.
El ambiente arrancó caldeado. Antes de empezar con los testimonios, la juez Nieto advirtió que si alguno de los asistentes abría la boca, sería inmediatamente expulsado, un mensaje para los quince artistas y simpatizantes de Merino que asistieron al juicio y que se mantuvieron en silencio durante el breve proceso. Antes de los testimonios, el abogado de la Fundación Franco, Martín Sánchez Ferrero, pidió modificar la demanda incluyendo la nueva obra dedicada al dictador, Punching. La magistrada lo desestimó por dos veces porque se trataba de una obra distinta que exigiría una nueva demanda. El letrado dejó constancia de su "doloso rechazo" a esta decisión.
El caso ha quedado visto para sentencia. Pero ambas partes están dispuestas a recurrirla si no les favorece.
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