"Eso": ¡Manda huevos!
Uno
venía dispuesto a arrancar el nuevo año con tranquilidad renovada,
cargado de paciencia ante un curso político intenso e imprevisible.
Pero no hay forma. Al tercer día de 2017 resucitó Trillo. Hemos
conocido (a través de un
adelanto de El
País)
el informe
del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak-42 en el que
murieron 62 militares españoles
el 26 de mayo de 2003 (aquí
el documento completo, publicado por infoLibre). La indignación
es inevitable, pero no tanto por lo que confirma ese dictamen
(pendiente desde 2004 y firmado ahora unánimemente por consejeros de
muy diferentes posiciones ideológicas) sino por algunas reacciones
que hemos tenido que escuchar pocas horas después.
Aunque
parezca mentira (o no), el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy,
ha
respondido esto a la pregunta sobre el informe: "¿El
Consejo de Estado ha sacado un dictamen sobre eso? No lo he visto.
Pero yo
creo que ya está sustanciado judicialmente lo que había que
sustanciar.
Ocurrió hace muchísimos años". Por si esta
ofensiva declaración hubiera sido producto de un ataque
espontáneo de insustancialidad debido al estado vacacional del
presidente, un rato después se encargó el vicesecretario de
Comunicación del PP, Pablo
Casado,
de concretar la doctrina sobre la exigencia de responsabilidades: "La
labor que pueda desempeñar [Federico Trillo] ahora mismo como
embajador en el Reino Unido es
distinta a la que estuviera desempeñando hace veinte años".
Y
entonces ya no queda más remedio que contar hasta cien antes de
abalanzarse sobre el teclado para relatar
simplemente unos cuantos hechos comprobables.
Y que cada cual extraiga sus conclusiones y actúe en consecuencia.
1.-
Sostiene el Consejo de Estado (con casi catorce años de retraso)
lo mismo que han sostenido documentos oficiales y decenas de
testimonios aportados a los distintos procesos judiciales y civiles:
"Hay, pues, anteriores a la fecha del siniestro, hechos que
habrían permitido a la Administración ponderar el especial riesgo
concurrente en el transporte de tropas en que se produjo el
accidente. Dicho con otras palabras (...), pudieron ser advertidas
circunstancias que habrían llamado a la adopción por los
órganos competentes de medidas que pudieran haber despejado el
riesgo que se corría" (Página 72 del dictamen). En román
paladino: el
accidente podría haberse evitado si las autoridades del ministerio
de Defensa hubieran hecho algún caso a las alarmas
que previa y reiteradamente les fueron señaladas sobre las
peligrosas condiciones en las que volaban las tropas enviadas a
Afganistán.2.-
El entonces ministro de Defensa, por tanto máximo responsable
político
en la gestión de lo ocurrido, achacó
la catástrofe al mal tiempo y se ocupó después de ordenar que
se trajeran a España los cadáveres (destrozados) de forma urgente
para cumplir la agenda
de protocolo funeraria que el Gobierno había organizado de acuerdo
con la Casa del Rey.
En lugar de abrir una investigación a fondo sobre las circunstancias
del accidente, la prioridad consistía en enterrar los cuerpos y
rendir honores urgentes a los militares fallecidos en presencia de
las autoridades (in)competentes.3.-
Las pruebas de ADN realizadas
meses después a instancias de los familiares y gracias al cambio en
la titularidad del ministerio de Defensa tras las elecciones de marzo
de 2004 demostraron que las identidades de (al menos) treinta de los
cadáveres enterrados eran falsas.
4.-
La investigación sobre las subcontrataciones del transporte de
tropas españolas
desveló irregularidades de todo tipo, tanto en el precio final
cobrado por la compañía que fletaba el aparato (de origen
ucraniano) como en las condiciones técnicas del mismo (la
caja negra no funcionaba desde 45 días antes del accidente)
o en las exigencias de formación de los pilotos y su plan de vuelo.
En román paladino: el "cansancio y estrés" de la
tripulación estaban garantizados de antemano porque esas eran las
condiciones en las que volaban habitualmente, y altos mandos de
Defensa tuvieron datos previos de esa escalofriante realidad.
5.-
Dictamina el Consejo de Estado que (valga la reiteración) el Estado
"es patrimonialmente responsable"
del accidente, al tiempo que considera que las indemnizaciones
económicas satisfechas a las familias de las víctimas en estos
trece años largos han
supuesto una reparación adecuada.
En román paladino: el hecho de que los tribunales hayan sentenciado
que
no hubo delito penal no significa que no hubiera responsabilidad
política sobre la catástrofe.
Para confirmar algo tan obvio, baste recordar que Trillo y sus altos
mandos intentaron cargar cualquier culpa en la compañía contratada
bajo la obligatoria supervisión de la agencia de la OTAN encargada
de la misma. Sin embargo, las indemnizaciones pagadas han corrido a
cargo de los contribuyentes españoles, y en
ningún caso el Gobierno reclamó el importe de las mismas a aquellos
organismos o empresas.
La Asociación de Víctimas del Yak42 (y el sentido común) indican
que no se ha exigido porque la batalla está perdida ante las
abrumadoras pruebas de que el accidente pudo haberse evitado.
6.-
Dice Rajoy que "eso" (¡la muerte de 62 militares
españoles!) "ya está sustanciado judicialmente".
El empleo del término "eso", tan sustancialmente
despectivo, ya describe la concepción moral que el presidente tiene
sobre la muerte (quizás evitable) de 62 españoles, pero la obsesión
de este hombre por confundir
la responsabilidad penal y la política es sospechosamente
pragmática:
mientras los tribunales no condenen, da igual la magnitud del
disparate cometido en la gestión política. Basta ver el recorrido
de la Gürtel para comprobar esa estrategia sobre la corrupción. Y
basta recordar aquella frase agradecida que el propio Rajoy soltó (13
de noviembre de 2011) durante un mitin electoral en la
abarrotada plaza de toros de Valencia, rodeado de Barberá, Fabra,
Rus... y dirigiéndose a un Federico Trillo presente y henchido de
orgullo y satisfacción: "Has
estado ahí, ocupándote de temas que... no vamos a calificarlos".
De modo que lo principal, lo "sustancial", es esquivar la
responsabilidad judicial, como sea.
7.-
¿Y cómo se ha sustanciado judicialmente el accidente del Yak-42?
La demanda penal que buscaba responsables del accidente (o al menos
de no haberlo evitado cuando se habría podido hacerlo) fue
archivada
en febrero de 2012 por el juez Fernando Grande-Marlaska 21 días
antes de ser nombrado presidente de la Sala de lo Penal de la
Audiencia Nacional. Ya estando él en ese cargo, la sección cuarta
de esa sala rechazó los recursos presentados por la Fiscalía y por
las familias de las víctimas. Hace unos meses, en una de las
entrevistas concedidas durante la promoción de su autobiografía,
Grande-Marlaska declaró: "Con
el Yak-42 tengo la conciencia tranquila". Tres años antes,
en 2009, la sección primera de esa misma Sala de lo Penal, presidida
por Javier
Gómez Bermúdez,
había condenado al general médico Vicente Navarro a tres años
de prisión y a los comandantes Jose Ramón Ramírez y Miguel Ángel
Sáez a un año y seis meses por
haber falsificado las identidades de 30 de los 62 cadáveres de
militares fallecidos en el accidente.
El general Navarro murió antes de ingresar en prisión y los otros
dos condenados fueron indultados parcialmente por el Gobierno de
Rajoy en Consejo
de Ministros de 20 de abril de 2012, al poco tiempo de regresar
al poder. En cuanto a la vía civil, un juzgado de primera instancia
de Zaragoza condenó a la compañía UM Air, al broker responsable de
la subcontrata y a la aseguradora Busin a indemnizar a 291 herederos
de las víctimas del Yak-42. La
Audiencia de Zaragoza y el Tribunal Supremo confirmaron la sentencia.
8.-
¿Sirve de algo el dictamen del Consejo de Estado casi catorce años
después de la tragedia?
Debería servir, más aún cuando ha sido adoptado por unanimidad de
un órgano por cierto presidido por un referente político de Rajoy,
el exministro José Manuel Romay Becaría. Incluso aunque
hubiera sido adoptado por alienígenas, lo cierto es que las 82
páginas del informe reflejan simplemente una clamorosa obviedad:
aunque penalmente se hayan librado de una condena, hay
responsabilidades patrimoniales (políticas) evidentes que señalan a
las autoridades en aquel momento competentes. Por si no quiere
acordarse, conviene apuntar que en aquella fecha (mayo de 2003),
Mariano Rajoy no se dedicaba a hacer footing
ni a caminar deprisa, sino que era
vicepresidente primero del Gobierno de José María Aznar.
En román paladino: Rajoy era quien coordinaba políticamente el
Ejecutivo, interlocutor en Moncloa del ministro de Defensa Federico
Trillo.
9.-
"Eso ocurrió hace muchísimos años", dice Rajoy.
Los familiares de las víctimas del Yak-42 tienen la máxima
autoridad para responder a este disparate, pero me atrevo a escribir
que perder a un ser querido por culpa de una negligencia (médica,
política, técnica, la que fuere) no se olvida así que pasen cien
años. Al contrario: lo
que provoca esa pérdida es una necesidad absoluta de buscar
respuestas (no por venganza sino por justicia),
porque esa es quizás la única forma de honrar la memoria de una
muerte violenta y prematura. (Sé algo sobre lo que estoy diciendo,
créanme).
10.-
Defiende el portavoz del PP, Pablo Casado, la continuidad de Federico
Trillo como embajador
con el argumento de que la labor que desempeña ahora (embajador en
Londres) no
tiene relación alguna con la que tenía hace veinte años. ¡Qué
oportunidad de callarse ha desperdiciado uno de los jóvenes valores
del partido! Un señor que ha mentido, que ha despreciado a las
víctimas de un accidente que pudo evitarse y que además cobró
por asesorar a una constructora mientras era diputado debería
quedar incapacitadopara representar a España como embajador en
ninguna parte. (Por cierto, quien fuera número tres de Trillo en
Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, fue premiado también con la
embajada en Suecia. Este individuo se
permitió tratar de "loca" a Curra Ripollés, hermana
de uno de los fallecidos. Curra conserva la tarjeta de un psiquiatra
"amigo suyo" que el tal Ugarte le entregó).
Las familias de las víctimas y los principales partidos de la oposición han exigido la destitución de Federico Trillo como embajador en Londres. En realidad lo que habría que pedir sobre Trillo, tras la acumulación de casos por él protagonizados, es algo que la Obra a la que pertenece define como el infierno. Como mínimo procede firmar aquí para que este señor no represente a España (es decir a los españoles) en ninguna parte. Pero sólo cabe ser escépticos cuando su entonces jefe y ahora presidente del Gobierno reacciona diciendo que "eso" ocurrió "hace muchísimos años". ¡Manda huevos!, en expresión ya célebre del entonces presidente del Congreso, Federico Trillo.
Las familias de las víctimas y los principales partidos de la oposición han exigido la destitución de Federico Trillo como embajador en Londres. En realidad lo que habría que pedir sobre Trillo, tras la acumulación de casos por él protagonizados, es algo que la Obra a la que pertenece define como el infierno. Como mínimo procede firmar aquí para que este señor no represente a España (es decir a los españoles) en ninguna parte. Pero sólo cabe ser escépticos cuando su entonces jefe y ahora presidente del Gobierno reacciona diciendo que "eso" ocurrió "hace muchísimos años". ¡Manda huevos!, en expresión ya célebre del entonces presidente del Congreso, Federico Trillo.
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