lunes, 20 de julio de 2015

- EL FRANQUISMO DEL PP.

El franquismo del PP.

La derecha española es heredera, familiar, social e ideológicamente, del franquismo, por lo que reconocer sus crímenes la obligaría a una renuncia imprescindible para reparar una Historia culpable de la que así son cómplices.
También, con esa cifra, vuelven los 80.000 republicanos asesinados entre 1936 y 1939. Y los 115.000 antifranquistas asesinados entre 1939 y 1975, año en que el general Francisco Franco murió en la cama de la impunidad. Con esa cifra vuelve también la tía abuela de Ismael Serrano, que aún sigue en una fosa común, como bien  recordó el cantante en un tuit a Pablo Casado (que se burló de quienes quieren recuperar de las cunetas los restos de sus familiares para darles digna sepultura y luego los suyos lo nombraron vicesecretario de Comunicación del PP). Y vuelve Emilio Silva Faba, fusilado por republicano en la comarca del Bierzo y cuyos restos fueron los primeros de un represaliado del franquismo identificados por una prueba de ADN. Su nieto, Emilio Silva Barrera, es el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que hace dos meses recibió en Nueva York el premio ALBA/Puffin al Activismo en Derechos Humanos, uno de los más prestigiosos del mundo.
Podría llamar la atención que este premio venga de Estados Unidos mientras en España la tarea de la ARMH es despreciada o, peor, obstaculizada. Pero no sorprende: la derecha española es heredera, familiar, social e ideológicamente, del franquismo, por lo que reconocer sus crímenes la obligaría a una renuncia imprescindible para reparar una Historia culpable de la que así son cómplices. Si el franquismo aplicó el terrorismo de Estado, los descendientes del franquismo que no lo condenan justifican o defienden ese terrorismo. Mientras organizaciones e instituciones internacionales reconocen el esfuerzo de los hijos y nietos de la injusticia, ese esfuerzo es ninguneado en la España donde los herederos del franquismo han podido ganar elecciones democráticas. "No es casual", señala Emilio Silva Barrera, "que este premio venga de Estados Unidos o que la causa que hay abierta contra el franquismo, a raíz de la querella que promovimos el 14 de abril de 2010, esté en un juzgado argentino". La ARMH no ha recibido aún reconocimiento alguno por parte del Estado español ni de la Unión Europea: "Decirle al viejo continente que tiene pendiente la resolución de graves violaciones de derechos humanos sería algo así como una falta de respeto, tratándose de este continente civilizado", ironiza Silva.
La ARMH denuncia que 'los padres de la Constitución' dejaron en las cunetas a muchos abuelos y reclama el fin de un olvido y un silencio que aún fomenta el PP. Ante el anuncio de Manuela Carmena de la posible sustitución de nombres franquistas de calles madrileñas, la Delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ha mostrado su oposición con un razonamiento tan pobre y sospechoso como insultante: "Se aprende de lo pasado". Claro que se aprende de lo pasado, señora Dancausa, precisamente para eso es necesaria una memoria capaz de juzgar qué de ese pasado merece reconocimiento y qué merece repulsa. Pretender que una calle que lleva el nombre de un general franquista o que conmemora a los caídos de la División Azul (división de soldados franquistas y falangistas que se unió al ejército nazi) sea una forma de aprender lección alguna supone una burda manipulación. No hay que ser muy lista para comprender que poner a una calle el nombre de algo o de alguien lleva implícito un reconocimiento. Así que es fácil deducir que las motivaciones de Dancausa poco tienen que ver con ilustrar la verdad y mucho con el franquismo heredado por su partido.
La ARMH lo considera una humillación a las víctimas. Una humillación que nos alcanza si "una representante de un Gobierno democrático defiende los honores en espacios públicos a militares golpistas, criminales de guerra y miembros de una dictadura que obligó a exiliarse a medio millón de personas, asesinó a más de cien mil civiles cuyos cuerpos siguen todavía desaparecidos, secuestró las elecciones durante cuatro décadas, convirtió a las mujeres en ciudadanas de tercera clase y persiguió a los homosexuales como delincuentes".
Como no podía ser otro modo, a los planes de Carmena también se ha opuesto Esperanza Aguirre, rabiosa perdedora de la alcaldía de Madrid que se ha tenido que mal conformar con ser portavoz del PP en el Ayuntamiento. Ha anunciado que los populares se opondrán a las intenciones de la alcaldesa, pasándose por el forro que ese cambio venga avalado por una Ley de Memoria Histórica que ya lo marca y que, simplemente, no se ha cumplido. Tras una reacción como la de Aguirre, solo puede haber mucho franquismo -familiar, social e ideológico- presente. Tanto franquismo como para que ella, la lideresa en descomposición, aún quiera ir más allá: pide la derogación de esa Ley. Es decir, desaparecerán los nombres franquistas de las calles, pero acechará el espíritu antidemocrático mientras no salgan de las instituciones residuos tóxicos como Aguirre o el diputado del PP Rafael Hernando, que  se atrevió a escupir que "los familiares de las víctimas del franquismo se acuerdan de desenterrar a su padre solo cuando hay subvenciones" (y luego los suyos lo nombraron portavoz parlamentario del PP). Porque "ser demócrata", recuerda la ARMH, "significa ser antifranquista, así como oponerse al uso de la fuerza en el ejercicio del poder".
Más de 170 calles enaltecen aún en Madrid a responsables y símbolos de la dictadura franquista. De cumplirse la Ley de Memoria Histórica a través de la iniciativa de Carmena y su equipo de Gobierno, Madrid se convertiría en el primer municipio que obedece a la normativa y hace un gesto para reparar una injusticia que, desde la muerte de Franco, suma cuatro décadas de impunidad a las cuatro anteriores de violencia del dictador. Ochenta años de víctimas abandonadas por la Justicia. Lección del pasado sí será, como propone la ARMH, que la retirada de esos nombres y esos símbolos vaya acompañada por la correspondiente explicación de quién, qué y por qué no merece estar en el callejero de nuestras ciudades.
Se lo debemos a Emilio Silva Faba, a la tía abuela de Ismael Serrano y a todos los españoles que, como el padre de la joven artista que conocí en un cumpleaños, fueron víctimas de un terrorismo de Estado que, mientras no se repare con el respeto debido, deslegitimará la Transición e impedirá que este país avance hacia una verdadera democracia.

viernes, 17 de julio de 2015

- CHAPUZAS PREELECTORALES.

El gobierno de la lista más votada: entre chapuza y cacicada.

"La propuesta que ha trascendido a la prensa de que una lista con el 35% de los votos pase a gobernar automáticamente no hay por dónde cogerla".
A lo largo de la legislatura han sido varias veces en las que el Partido Popular ha hablado de reformar la ley electoral para que gobierne la lista más votada. Que la última tenga lugar tras su conferencia política, nutrida de candidatos a alcaldías y presidencia más votados pero sin gobierno, tiene que ser simple casualidad. Salvo que, hayas perdido alcaldías como Madrid o Valencia y el gobierno de la Comunidad Valenciana y reproches a tu partido no haber legislado en favor de la lista más votada antes de las elecciones.
Esta feo eso de hacer leyes a medida, a la de tus amigotes pase (Reforma del sector energético, RD Autoconsumo, Reforma laboral, Ley de montes o de costas, etc.) pero las cacicadas son cosa de otro siglo. Salvo que, te llames Mª Dolores de Cospedal, o seas Ministro de Interior y creas que hay demasiadas libertades y derechos en este país como para que funcione decentemente.
La propuesta que ha trascendido a la prensa de que una lista con el 35% de los votos pase a gobernar automáticamente no hay por dónde cogerla. Salvo que, seas un partido que ronde ese porcentaje y que tengas al resto tan en contra que encuentren los suficientes puntos en común como para no dejarte seguir haciendo barbaridades.
Conceder el gobierno automáticamente a la lista más votada introduciría dos distorsiones en nuestro sistema político:
Por un lado, supondría modificar nuestro sistema parlamentario para que se pareciera a uno presidencialista, pero sin serlo. Esto es, tendríamos una presidencia del gobierno por decreto, pero no tendría el apoyo del parlamento para llevar a cabo su programa de gobierno. ¿Obligaría la ley a aprobar los presupuestos generales del estado en nombre de la estabilidad y la voluntad del 35% de los votantes?
Y por otro, le daría un carácter mayoritario a un sistema electoral proporcional, con ya de por sí con un fuerte sesgo que favorece a los partidos y listas mayoritarias. Es decir, que no importa por cuanto ganes: si ganas, tienes premio. ¿Se imaginan la legitimidad de un gobierno obtenido automáticamente con el 35,1% de los votos frente a otro partido que haya obtenido el 34,9%?
La manera en la que se distribuye el poder transformando los votos en representación es la clave de todo sistema político democrático. Nuestro sistema electoral diseñado en la transición tenía el objetivo de favorecer la estabilidad del sistema de partidos y evitar la atomización del mismo. Hoy está muy lejos de entroncar con la realidad política del país y las demandas de la ciudadanía del siglo XXI.
El “no nos representan” del 15M se puede aplicar perfectamente al sistema electoral español. Los cargos electos que salen de las elecciones no representan la pluralidad política y social que existe en nuestra sociedad. Se quedan con muy poca presencia en las instituciones, o simplemente fuera de ellas, opciones políticas que tienen un fuerte apoyo social, pero cuyo número de votos no pasa las barreras establecidas.
La reforma del Partido Popular contribuiría aún más a alejar a la ciudadanía de las instituciones. ¿De qué sirve votar si estás fuera de ese 35% de votantes ganadores? Siempre te queda la opción del famoso “voto útil” y votar al que ronda el 30% a ver si con un poco de suerte hay (re)cambio.
Esta ha sido la lógica mayoritaria en las pequeñas circunscripciones durante más de 30 años y es lo que ha consolidado el bipartidismo en nuestro sistema. Y si algo no quiere la ciudadanía es seguir consolidando la alternancia entre dos partidos similares que apuestan por el mismo modelo político, económico, social y ecológico que nos ha llevado a la crisis, que votan juntos a favor del TTIP en Europa y que se han limitado a apoyar la humillación a Grecia.
Legislar para favorecer a la lista más votada es un intento zafio y burdo de querer mantener un sistema político cuya crisis es reflejo de la crisis de sistema y de modelo que vivimos. Hay quien no se ha enterado de que el proceso de transformación que hemos puesto en marcha en todos los niveles, es imparable. Salvo que dejemos de creérnoslo.

lunes, 6 de julio de 2015

- GRECIA DIJO NO.

El no de Grecia en nueve claves.

La troika esperaba que el referéndum fuese la muerte política de Alexis Tsipras. Para desgracia de Angela Merkel y Christine Lagarde no ha sido así.
1. A pesar del corralito, a pesar de las amenazas, a pesar de la campaña por el sí de los principales líderes europeos, los griegos han dicho no a la troika, no a más recortes, no al callejón sin salida en el que llevan atrapados desde hace ya años. Algunos en Europa deberían preguntarse cómo de desesperado tiene que estar un pueblo para respaldar de forma tan clara y contundente a su Gobierno cuando solo pueden sacar 60 euros del cajero. 
2. Los griegos han votado, pero el voto que más cuenta para su futuro inmediato no es el suyo: es el de un italiano, Mario Draghi, presidente del BCE. El Banco de Grecia va a pedir al BCE liquidez extra para sus bancos porque en cuestión de horas la banca griega podría quebrar si no llega más dinero. El sistema financiero y su extrema dependencia sigue siendo el dogal con el que a Grecia se le puede ahogar.
3. Salvo que la troika quiera llevar su órdago hasta el final y fuerce la salida del euro de Grecia para dar ejemplo al resto, la nueva negociación empieza ya y los puntos de partida no parece que estén tan lejos. Tsipras ya reconoció por carta hace unos días que está dispuesto a aceptar la mayoría de las propuestas de la troika si se acepta una obviedad: que hay que reestructurar la deuda y permitir una quita porque esa deuda es imposible de pagar. Así lo ven gran parte de los economistas, Estados Unidos y el propio FMI en un reciente informe donde llega a proponer un periodo de carencia de 20 años en el pago de la deuda.
4. No es que Grecia no quiera pagar, es que no puede. Es materialmente imposible que pueda devolver una deuda pública del 180% del PIB y esto es algo que era ya evidente hace cinco años, cuando se descubrió que el Gobierno conservador de Nueva Democracia –el mismo partido al que apoyan Merkel y Rajoy– había trampeado las cuentas públicas para ocultar el pastel. El debate no es si Grecia debe o no debe pagar las deudas. Lo que está en discusión es cómo va a dejar de pagar y hay dos opciones: con una quita ordenada o con su salida del euro, que provocaría una devaluación de su nueva moneda y también dejaría a los acreedores parcialmente sin cobrar. 
5. A Grecia se le prometió ya en 2012 que si hacía los deberes se reestructuraría su deuda y podría permanecer en el euro. Y después del mayor ajuste de gasto público de la historia, después de perder el 27% de su PIB, después de que la troika fallase estrepitosamente en todos sus cálculos sobre las consecuencias que provocarían sus recortes, ese compromiso sigue sin llegar. 
6. Es cierto: la clase política griega ha sido ruinosa, corrupta e irresponsable, y ha estado respaldada por unos ciudadanos que les apoyaron en las urnas. La gestión económica del país ha sido desastrosa desde hace décadas. Los grandes partidos aprovecharon el dinero fácil que llegaba de Europa para crear una red clientelar y mantener políticas populistas con las que perpetuarse en el poder. Pero de todo ello no se puede responsabilizar a Syriza, que no lleva ni medio año al frente del país. Ni tampoco en exclusiva a los griegos: la deficiente arquitectura del euro, la política de tipos de interés bajos –que tanto beneficiaba entonces a Alemania mientras cebaba la burbuja en el sur de Europa– y los bancos que prestaron ese dinero sin preguntar también tienen su gran parte de responsabilidad. 
7. Quienes convierten el impago de Grecia en una afrenta de los griegos al resto de los ciudadanos europeos cuentan solo una parte de la historia. Fueron los bancos privados los que prestaron ese dinero por toneladas. Fue después la troika la que, en el primer rescate, trasladó ese riesgo que había asumido el sector financiero a los contribuyentes europeos. La historia de siempre: privatizar beneficios y nacionalizar las pérdidas.
8. Que el Gobierno de Syriza no sea responsable de la deuda griega no significa que todo lo hayan hecho bien en estos meses. La durísima confrontación dialéctica con la troika puede ser muy útil para ganar elecciones, pero no es la manera más inteligente de encontrar una salida a la situación de tu país; entre otras cosas, porque Angela Merkel también tiene elecciones que ganar.  No es la mejor estrategia calificar al Eurogrupo de terrorista un sábado y al día siguiente decir que son tus socios y pedirles que se sienten a negociar.
9. La troika esperaba que el referéndum fuese la muerte política de Alexis Tsipras. Para desgracia de Angela Merkel y Christine Lagarde no ha sido así. Syriza ha ganado la consulta con mucho más margen del esperado y tiene hoy toda la legitimidad y una posición mejor para aguantar el pulso frente a la troika. Aguantar. Eso no significa que aún hayan ganado, porque lo que Alemania teme no es que se apruebe una quita a Grecia que todos dan por inevitable: es que eso lo consiga Syriza. Y dé mal ejemplo.