martes, 6 de mayo de 2025
domingo, 4 de mayo de 2025
sábado, 3 de mayo de 2025
martes, 29 de abril de 2025
lunes, 21 de abril de 2025
lunes, 14 de abril de 2025
- A POR LA III REPÚBLICA.
Monarquía o democracia. ¡Viva la República!
Por Manu
Pineda
Responsable de
Relaciones Internacionales del PCE
Hace 94 años, el pueblo trabajador
español puso fin a un régimen monárquico, antidemocrático por definición. La
ciudadanía no solo exigía democracia y el derecho a elegir a su jefe de Estado,
sino también la mejora de sus condiciones de vida y trabajo. Al derrocar a la
corrupta monarquía de los Borbones e instaurar la II República, se impulsaron
importantes avances sociales, políticos y culturales, muchos de ellos muy
adelantados para su tiempo.
Así, se reconocieron derechos sociales y laborales, tales como la
consolidación legal de la jornada laboral de ocho horas o la promulgación de la
ley de contratos de trabajo y seguros sociales, que regulaba las condiciones
laborales, las vacaciones y los salarios. También hubo un reconocimiento del
derecho a huelga y se crearon jurados mixtos de trabajadores y empresarios para
resolver conflictos laborales.
Durante la II República se avanzó
en materias como la educación y la cultura. De
este modo, se produjo una expansión del sistema educativo público, laico y
gratuito, se construyeron miles de escuelas y se impulsó la formación de
maestros y maestras. Se implementaron las misiones pedagógicas para llevar
educación, cultura y libros a zonas rurales y desfavorecidas. Asimismo, se
estableció la libertad de cátedra en las universidades.
Aquel periodo histórico también fue
grande en avances en igualdad y derechos de la mujer, con
el reconocimiento del sufragio femenino y el derecho al voto de las mujeres o
el establecimiento de la igualdad jurídica entre hombres y mujeres. Además, se
introdujo el derecho al divorcio y se llevó a cabo una reforma del Código Civil
para ampliar los derechos de la mujer. También se desarrollaron políticas para
facilitar el acceso de las mujeres a cargos públicos y a profesiones
tradicionalmente masculinas.
Otro hito importante republicano
fue la reforma agraria, lo que
supuso la creación del Proyecto de Reforma Agraria para redistribuir tierras no
cultivadas y reducir el poder de los grandes terratenientes (aunque su
aplicación fue limitada y conflictiva). También se impulsaron las cooperativas
agrícolas y se mejoraron las condiciones de los jornaleros. El periodo de la II
República sirvió también para profundizar en la separación
Iglesia-Estado, con la consolidación de un Estado laico,
garantizando la libertad de culto, suprimiendo el presupuesto destinado al
clero y prohibiendo la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Además, en
este sentido, se legalizaron los matrimonios civiles y el divorcio.
También se puede contar como un
logro del periodo republicano los avances territoriales en autonomías, pues se promulgaron estatutos de
autonomía para Cataluña (1932) y se iniciaron procesos similares para Galicia y
el País Vasco. Además, se promocionaron lenguas y culturas regionales.
La II República Española fue una
época de enormes avances sociales y progresistas, lo que la convirtió en un
blanco para el fascismo nacional e internacional, a pesar de la heroica
resistencia de un pueblo que se organizó en milicias para defender su democracia
y sus instituciones republicanas durante tres años. ¡Honor y gloria a nuestros
mártires!
Hoy, cuando la "bestia"
fascista, además de haberse instalado en la Casa Blanca, recorre y se extiende
por toda Europa, y cuando el Gobierno de coalición de España es visto como una
anomalía a erradicar, nos encontramos nuevamente en tiempos oscuros en los que
se persigue, expulsa o lincha a quienes son diferentes. La escalada belicista
pone en peligro la existencia misma de la humanidad y del planeta, mientras la
ONU y el Derecho Internacional parecen sepultados bajo los escombros de Gaza,
junto a los cuerpos destrozados de miles de niños y mujeres palestinos.
Hoy, como ayer, es imprescindible
organizarnos, forjar alianzas y acumular fuerzas para alcanzar una república de
ciudadanas, ciudadanos y pueblos libres, iguales y fraternos. Una república que
implique necesariamente la caída de la monarquía, pero que vaya más allá: una
Tercera República que, tal como recogía el artículo 6º de la Constitución de la
II República de 1931, decrete que “España renuncia a la guerra
como instrumento de política nacional” y, en coherencia con este
principio, no destine ni un euro para la guerra.
Una república que garantice empleo y sueldo digno, vivienda y servicios
públicos esenciales —educación, sanidad, pensiones, protección social y
ambiental, cultura— y que asegure un presente y futuro de oportunidades para la
juventud; una república que profundice en un sistema basado en la democracia
plena, participativa y popular, laica, plurinacional y republicana, junto a un
modelo económico y social sostenible al servicio de la mayoría.
Para ello, se requiere unidad y
lealtad en la movilización: durante este mes de abril se celebrarán
movilizaciones republicanas que desembocarán en una gran concentración unitaria
estatal en Madrid, la segunda Marcha Republicana, el próximo 15 de junio, coincidiendo
con el undécimo aniversario de la proclamación del último Borbón.
Monarquía o democracia. ¡Viva la
República!
domingo, 6 de abril de 2025
- LA ESCUELA PÚBLICA.
La escuela pública: hacer barrio y hacer democracia desde el aula.

Por Esteban Álvarez León
Portavoz de educación del GPS en la Asamblea de Madrid
Hay algo que pasa desapercibido hasta que falta: la escuela pública. Puede que no tenga la fachada más bonita, ni las instalaciones más modernas, pero cuando está, lo cambia todo. Y cuando no está, la ausencia pesa. Porque la escuela pública es mucho más que un lugar donde aprender a leer, sumar o saber quién fue Galileo. Es un lugar de encuentro donde se construye comunidad cada día. La educación pública es un elemento fundamental de cohesión social. Por eso, ahora que estamos en el período de admisión en escuelas, colegios e institutos, es el momento de defender los centros públicos e incorporarnos a su comunidad educativa.
A menudo, cuando se habla de educación, pensamos en leyes, currículos, evaluaciones… Pero más allá de eso, la escuela pública es antes que nada la posibilidad de que todos y todas, vengan de donde vengan, tengan la oportunidad de construir su vida, de que ningún niño o niña se quede atrás por no tener recursos, por venir de otra cultura o por vivir en un barrio olvidado.
Hay historias que nos recuerdan de dónde venimos. Barrios levantados a pulso por familias trabajadoras, donde las casas eran chabolas y el agua corriente llegaba mucho después que los sueños. En esos rincones, donde todo faltaba, la lucha por una escuela no era un lujo, era una necesidad. Porque si no hay escuela, no hay futuro. El barrio de Palomeras Bajas, donde se encuentra hoy la Asamblea de Madrid, es un buen ejemplo de ello. Quienes crecimos allí, lo sabemos bien.
Levantar una escuela pública, aunque no lo parezca, es casi un acto de rebeldía. De los buenos. De esos que cambian las cosas desde abajo, sin ruido, pero con fuerza. Es decirle que sí a lo que nos une y a lo que nos diferencia, es decir que sí al respeto y a aprender de quien no piensa como tú. A lo justo. A que nadie se quede atrás solo porque le tocó nacer en un sitio complicado. A que aquí cabemos todos sin importar de dónde vinimos, quiénes son nuestros padres o cuánto dinero tienen. Al bien común. La justicia social y la igualdad de oportunidades y condiciones. Al final, se trata de eso: de hacer barrio, y hacer democracia desde el aula.
Los colegios públicos son más que horarios y temarios. Hay algo ahí que no entra en el boletín, pero se nota. Es lo que pasa en el patio, en la puerta, en las charlas entre familias. Están las maestras y maestros que, muchas veces sin los medios necesarios, sacan adelante a grupos diversos, complejos, con cariño y vocación. Están los niños, las niñas y los jóvenes, que aprenden, sí, pero también conviven, que escuchan, que entienden que hay otras formas de ver el mundo.
Y cuando una comunidad se organiza para defender su escuela, para mejorarla, para cuidarla, está haciendo algo mucho más grande que pelear por un edificio o una línea más de presupuesto. Está defendiendo su identidad, su dignidad, su derecho a existir.
No es casualidad que cuando se recortan presupuestos, una de las primeras víctimas suela ser la educación pública. Porque lo público molesta. Molesta a quienes prefieren convertir derechos en negocios. Molesta a quienes ven la escuela no como un lugar para formar ciudadanos críticos, sino como un espacio donde entrenar consumidores obedientes.
Pero la escuela pública resiste. Sobrevive. Porque hay gente que se deja la piel, que no enseña solo para aprobar exámenes, sino para para acompañar, para cambiar vidas a paso lento pero firme. Y eso, claro, no gusta a quienes no quieren que nada cambie.
En los pueblos más alejados, esos colegios donde estudian unos cuantos niños, cumplen una función que ningún algoritmo puede reemplazar. Son motor cultural, centro social, esperanza de vida. Hacen comunidad sin necesidad de grandes discursos. Con solo estar. Y eso lo sabemos bien quienes cada día llevamos a nuestros hijos a centros como el de Cabanillas de la Sierra, pequeño, pero nuestro.
Y cuando miramos hacia países que salieron adelante gracias a una apuesta firme por la educación pública —una educación con los pies en la tierra, ligada al entorno, al trabajo comunitario, al respeto mutuo— vemos que hay un patrón que se repite: la educación pública es el principio de una sociedad fuerte y solidaria donde cabemos todos y todas.
Por eso, defender la enseñanza pública no es nostalgia, ni romanticismo. Es urgencia. Es compromiso con el presente y con el futuro. Es entender que no hay democracia plena sin educación accesible, equitativa y de calidad. Y que ningún país puede avanzar si deja a una parte de su gente en el andén, mirando cómo pasa el tren sin poder subirse.
La escuela pública es mucho más que un edificio. Es ese lugar al que vas sabiendo que alguien te espera. Y eso, perdonad que insista, no se compra ni se vende.
domingo, 30 de marzo de 2025
martes, 25 de marzo de 2025
lunes, 24 de marzo de 2025
martes, 18 de marzo de 2025
- CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE BONARES.
CARTA ABIERTA AL ALCALDE DE BONARES.
Esta mañana, al iniciar mi paseo diario, me encontré, en la
calle Daóiz (donde está el Pub Talión), al alcalde de Bonares acompañado del
empleado municipal Trinidad Rodríguez, visitando las obras de nuevas
conducciones eléctricas que se están realizando en la acera de números impares,
y en la que han abierto una zanja para meter las conducciones eléctricas. Le
comento al alcalde que ya que están realizando obras se podría aprovechar para
hacer más ancha las aceras y que las personas y los carritos podamos pasar. Me responde
el alcalde, en presencia de dos operarios de la obra, que no se puede hacer
porque quita aparcamientos (menos de una decena ya que hay muchas cocheras con
vado), a lo que le contesté que aparcasen en el recinto ferial. Los operarios
me daban la razón ya que el acerado es tan estrecho que no cabe una persona ni de
perfil, agravado con los muchos estorbos (resaltes de entrada a las cocheras)
que impide un tránsito normal y que los transeúntes nos vemos obligados a pasar
por la calzada con el consiguiente peligro. El alcalde de Bonares da prioridad a los vehículos sobre las
personas lo que dice muy poco del respeto que nos merecemos. He de aclarar que
en esas cocheras entran y salen muy pocos vehículos a lo largo del día, pero si
pasamos muchas personas. Esta situación llevo años denunciándola al alcalde y a algunos
concejales, pero hacen oídos sordos y les advierto que dentro de dos años habrá
elecciones y que UN SOLO VOTO puede hacer perder una alcaldía.
Manuel
Coronel Camacho
jueves, 13 de marzo de 2025
lunes, 10 de marzo de 2025
domingo, 2 de marzo de 2025
miércoles, 26 de febrero de 2025
jueves, 20 de febrero de 2025
viernes, 14 de febrero de 2025
- AHORA QUE HEMOS VISTO POR DENTRO LA FEDERACIÓN DE FÚTBOL...
Ahora que
todos hemos visto por dentro la Federación de fútbol…
A Luis de la Fuente, entonces entrenador, le
preguntaron por qué aplaudió a Rubiales en la asamblea. Él dijo: “Yo no vengo a
hablar de ese tema”, y no se dio ni cuenta de su propia chulería, tuvo que
advertirle el juez. Están acostumbrados a un mundo en el que ellos deciden
quién habla y de qué se habla.
Luis Rubiales, en el juicio por
el beso a Jenni Hermoso. Fernando Villar/EFE
13 de febrero de 2025 21:54 h Actualizado el 14/02/2025 05:30 h
Espero que Jenni Hermoso y sus
compañeras sean conscientes de lo que ya han logrado, al margen de cuál sea la
sentencia a Luis Rubiales. Gracias al juicio hemos visto al desnudo a esos
estrafalarios personajes que habitaban la federación (¿o la habitan aún?).
Ellos solitos han hecho el resto mostrándose tal cual son. Al explicar cómo
funcionaba (¿o funciona?) la federación por dentro, han revelado una
organización marciana sobre la que es razonable dudar si se ha enterado de que
se votó una Constitución en 1978.
Ha quedado claro que era (¿o
todavía es?) una estructura jerárquica y personalista, que operaba de forma
arbitraria al servicio de los caprichos del jefe-cacique. La opacidad y la
impunidad han reforzado durante años ese círculo de excepción en que vivían (¿o
aún viven?) los dirigentes del fútbol federativo, donde no ha entrado aire
fresco desde hace 30 años.
El panorama general que se ha
descrito en el juicio es este:
–Una cultura organizacional
corrupta, donde la compra de voluntades es mecanismo habitual. La jugadora Ana
Ecube ha declarado que Albert Luque, entonces director deportivo de la
selección masculina, les pidió que salieran a defender a Rubiales con estas palabras:
“Si nos ayudáis, ya sabes que Luis sabe devolver muy bien los favores, y no os
va a faltar trabajo, ni a ti ni a Jenni”.
–Una organización que, lejos de
prevenir los abusos de poder, los estimula. López Vallejo, el psicólogo
federativo, elaboró su informe sobre el incidente del beso ¡sin hablar con
Jenni Hermoso! No hace falta tener mucha imaginación para darse cuenta de que
esa estructura piramidal, regida por la ley del más fuerte, se extiende a
cualquier tipo de abuso de poder. No quiero imaginar cómo será denunciar acoso
laboral en ese clima. El abuso va mucho más allá de la final australiana en que
una piel de sapo cayó sobre los labios de Jenni Hermoso.
–Por último, en la federación se
vivía (¿o aún se vive?) la cultura macho en grado superlativo. En ella los
hombres de la federación se permitían (¿o se permiten?) hablar en nombre de las
jugadoras. Como ejemplo delicioso, valga la declaración de Pablo García Cuervo,
director de comunicación en los días fatídicos. Él tampoco habló con Jenni
Hermoso para elaborar el comunicado que la RFEF envió a los medios. Pero ese
comunicado incluía palabras textuales de ella. Se inventó lo que ella opinaba.
Y lo hizo, según ha declarado, porque Jenni Hermoso es una mujer “manipulable”.
Menos mal que ante esas humillantes manipulaciones que sufría Jenni, hubo un
gran director de comunicación, un profesional intachable que conocía lo que
pensaba la verdadera Jenni y pudo atestiguarlo en un comunicado… En fin.
Ese es el estilo de los
personajes que mandaban (¿o mandan aún?) en la federación. A Luis de la Fuente,
entonces entrenador, le preguntaron por qué aplaudió a Rubiales en la asamblea.
Él dijo: “Yo no vengo a hablar de ese tema”, y no se dio ni cuenta de su propia
chulería, tuvo que advertirle el juez. Están acostumbrados a un mundo en el que
ellos deciden quién habla y de qué se habla.
Estos dirigentes viven ajenos a
la realidad. Y muchos otros que no han declarado en el juicio. Los presidentes
de las federaciones autonómicas controlan la asamblea porque tienen influencia
en los cuatro estamentos que votan (clubes, jugadores, árbitros y
entrenadores). De ellos sale Louzán, ellos lo han elegido. Y forman parte de
esa cultura patriarcal y obsoleta que ignora normas éticas básicas.
En la federación las cosas
funcionaban como se ha contado en el juicio… ¿o aún funcionan? Esta es la gran
pregunta. Más allá de Rubiales, ¿se trata de conductas erradicadas con su
salida o de una cultura de organización que necesita renovarse de arriba abajo?
El nuevo presidente de la federación ha sido exculpado recientemente por el
Supremo de un delito de prevaricación. Muy bien. Ahora tiene un mandato para
limpiar de verdad la federación. Porque la sociedad ha visto cómo funciona, y
claramente necesitan medidas para que nunca vuelva a ocurrir algo así. No me
refiero a lo del beso (el escarmiento público global garantiza que no
sucederá). Me refiero a las coacciones y la compra de voluntades, la
arbitrariedad y las corruptelas, el falseamiento de la voz de las jugadoras y
la chulería. Esa cultura macho acostumbrada a decidir siempre quién habla y de
qué se habla.
domingo, 9 de febrero de 2025
viernes, 7 de febrero de 2025
- MANUEL MORA DÍAZ "EL COMÍA".
Manuel Mora Díaz, conocido con el mote de "El Comía", cantaor flamenco, sobre todo de fandangos, y que era hermano del abuelo materno de mi mujer.
Historias del fandango.
Es escasa la información sobre Manuel Mora El Comía (1889-193…?) y hay que buscarla, sobre todo, en los periódicos de Huelva, donde se le reconocía como el decano de los cantaores.

Huelva/ESTO es algo que llama la atención tratándose de un cantaor considerado de los más prestigiosos e influyentes que tuvo Huelva en el primer tercio del siglo XX. El hecho de no haber grabado discos, así como el de participar en escasos espectáculos públicos, explican que su nombre quedara solo para artistas y aficionados de alto nivel. Su presencia la encontramos habitualmente en fiestas y reuniones privadas.
Los primeros datos biográficos de El Comía los escribió Juan Gómez Hiraldo en su opúsculo Al cielo que es mi morada. Como en tantas ocasiones en el flamenco, el apodo de Comía le vino a Manuel Mora Díaz por heredad de su abuelo. Dicen que declamaba, más que cantar; que su fandango era más encuadrable entre los flamencos, porque no llevaba el ritmo de los de Huelva, y que remataba sus letras con versos impactantes donde sintetizaba la emocionalidad de su discurso. Tan vate como cantaor.
Dos fallecidos al descubierto
En su libro Arte y artistas flamencos, Fernando el de Triana se refiere a él, en su capítulo En defensa del legítimo fandango, alabando su arte como cantaor junto a Rebollo: “En el mismo Huelva siempre se ha cantado y se canta bien. ¡Aún parece que me suenan en el oído los malogrados Rebollo y Comía! ¡Qué bien cantaban los dos! ¡Qué fandangos más típicos y naturales, sin chabacanerías ni adulteraciones! Modulaban con la garganta y no con ese juego de labios y mandíbulas con que modulan la inmensa mayoría de los ondulados fandanguilleros de la actualidad”.
Con esta reseña, Fernando el de Triana nos desvela dos datos importantes, como son que los dos cantaores citados estaban ya muertos cuando escribió su libro. La obra comenzó a gestarse habitando Fernando en Coria del Río en 1932, según descubrió Manuel Bohórquez, y debió terminarla entre 1933 o 1934, pidiendo ayudas infructuosamente durante un tiempo posterior para poder publicarla, hasta que Antonia la Argentinita vino en su ayuda y pudo llevarlo a la imprenta en 1935. Es necesario explicar estos datos porque nos indican que cuando lo escribió, El Comía, cuya fecha del óbito se desconoce, ya había fallecido; y que José Rebollo, del que sistemáticamente se publicó que había fallecido en 1938 hasta que Manuel Romero Jara localizó su certificado de defunción, también estaba, desde 1932, fuera del mundo de los vivos.
Su segundo apellido
Siguiendo su pista periodística, la primera aparición de su nombre completo es anecdótica. Encontramos una noticia curiosa en 1923, una misiva aclaratoria de que nada tiene que ver con un ladrón, conocido por su mismo alias, que había sido detenido [1].
La breve nota, sin embargo, tiene un valor añadido, y es que nos indica su segundo apellido. Mucho se ha especulado si era Muñoz, si Fortes… Era Díaz, como su propia carta al periódico informa.
Actuaciones
Antes de ser representante de una bodega de vinos, trabajó en labores diversas para la adinerada familia onubense de don José Saavedra.
La primera referencia en prensa como cantaor la encontramos en una fiesta campera, en la finca Los santos lugares, de Manuel López Gómez, con motivo de una caldereta organizada por el torero retirado Miguel Báez Quintero para los amigos de su hijo, el torero Manuel Báez, de la Tertulia Litri. Los entremeses previos fueron: sardinas asadas a las gaoneras, berdigones al quiebro, gambas al parón y cigalas al paso natural, con remate de pinchos de carne asada... antes de la caldereta propiamente guisada. Y después, el cante [2].
Año y medio más tarde, su hijo Manolo Báez Litri había fallecido, en febrero de 1926, a consecuencia de la cornada de un toro en Málaga. Esta vez hubo de cantar, como el resto de los amigos artistas de la familia Litri, con el fin de reunir fondos para construir un mausoleo en memoria del joven torero. El festival se celebró en diciembre en el Teatro Mora, encabezando el cartel de un numeroso elenco de artistas huelvanos [3].
Nuevamente lo encontramos actuando en un festival benéfico, esta vez a beneficio de los damnificados a consecuencia de temporales en Madrid y Melilla. Aquí aparece calificado como lo que es y todos le reconocen: el decano de los cantaores de Huelva [4].
Su fandango
Camilo Gómez le reconocía como creador de dos estilos de fandangos, “más de tipo natural que de Huelva, con tercios más alargados y lentos, dulce y bonitos, con un remate valiente con gusto y flamenquismo”. Siempre basados en la memoria musical, porque no dejó grabaciones de sus cante, varios aficionados han interpretado su fandango, estimándose que su mejor versión fue la que cantaba José Alejandre Ojeda Niño de Azuaga.