miércoles, 24 de febrero de 2016

- RITA Y DIOS.

'Rita y Dios' (breve ensayo teológico).

A Dios, según parece, las tetas no solo le molestan en exposición directa sino también a través de una capa de algodón (si son dos, no pasa nada).


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Como todo el mundo sabe, en nuestro planeta hay personas que creen que el Universo y todo lo que contiene fue creado por una entidad suprema. Algunas de esas personas incluso dicen tener una idea de qué piensa esa entidad, qué le gusta y qué le cabrea.
Y Dios, al parecer, odia las tetas.
El motivo de tan excéntrica neurosis es un misterio al que ni siquiera los más brillantes teólogos de la historia han encontrado respuesta. La divina aversión hacia el pectoral femenino, que conocemos gracias a la élite blanca y millonaria que dice comprender su sagrada voluntad, ha sido el origen de multitud de conflictos. El último, por ahora, es el protagonizado por Rita Maestre.
En 2011, la portavoz de Ahora Madrid se plantó con más gente en la capilla de la Universidad Complutense, se quitó la camiseta y, en sujetador, se puso a gritar improperios (muchos de los cuales, por cierto, ni siquiera rimaban). Lo hizo para denunciar que una universidad pública de un Estado aconfesional destine un espacio al ejercicio de la superstición, por mucho que se trate de la superstición más popular y rentable de nuestro país.
El problema es que a Dios, según parece, las tetas no solo le molestan en exposición directa sino también a través de una capa de algodón (si son dos, no pasa nada). Así lo aseguran Manos Limpias, Alternativa Española y el Centro Tomás Moro, tres clubes de tiempo libre para mojigatos cuya misión es ofenderse y desofenderse, si procede, por orden judicial. No deja de ser curioso que una entidad todopoderosa, creadora del tiempo y del espacio, necesite de una panda de españoles malcarados para que la defiendan. Los caminos del Señor, ya se sabe, son inescrutables.
A Rita Maestre le preguntaron en el juicio si no le parece una provocación quedarse en sujetador en un lugar de culto. Maestre, elegantísima y muy educada, respondió que "un torso desnudo no es ofensivo", pero, claro, ¿qué sabrá ella? ¿Acaso es capaz de descifrar los pensamientos del Creador como sí saben hacer las asociaciones de mojigatos?
Si Dios existe y es un tipo serio (porque, como todo el mundo sabe, Dios es un hombre), debería tomar cartas en el asunto. Que lance un rayo a Rita Maestre y la fulmine en el acto. En plena comparecencia, ante las cámaras, que la deje frita y fin de la cuestión. Pero si, por lo que sea, a Dios le dan igual las tetas, como le dan igual los sobacos o las corvas, convendría que lanzase ese rayo contra los clubes de mojigatos y contra los tipos que les conceden subvenciones. Y, ya que se remanga, que dedique cinco minutos a convencer a la Complutense de que esa capilla no tiene ningún sentido.
Quién sabe, igual a Dios le hacen caso.

sábado, 13 de febrero de 2016

- EL PP, ESE MAL QUE AQUEJA A ESPAÑA.

     

Puntadas sin hilo.

El PP, ese mal que aqueja a España.

Publicado por Arturo González en el diario Público.
¿Hasta dónde puede llegar la indecencia de los españoles en su condescendencia con la corrupción? ¿Hasta dónde puede llegar la fidelidad y el fanatismo de los seguidores del PP, qué coartada tienen para justificar su voto que sostienen sin razonar? Si Albert Rivera posee una micra de decencia no puede apoyar a Rajoy y sus ministros marionetas sin convertirse en cooperador necesario de la corrupción del PP. No es posible hablar de purificación con ellos dentro. La corrupción no puede ser la seña de identidad de España. Nos hemos hundido en el fango de la corrupción, hemos hecho de ella una diversión nacional, un espectáculo de títeres político, nos entretienen, GORA CORRUPCIÓN, la verdadera y real pancarta y no de ficción. Los muñecos políticos del guiñol campan a sus anchas, ni siquiera les retiramos el pasaporte del gobierno. Hozamos porque queremos en la mierda de la corrupción, no nos rebelamos, les votamos, no nos causan repulsión, no nos producen alergia física y mental, somos tan culpables como ellos, vivimos en las barricadas del miedo y la complacencia, da igual que la Guardia Civil registre lo que sea, sabemos que todo seguirá igual, nuestras discordias y nuestra indecencia permitirán que el Partido Popular se rehaga y triunfe, consentiremos que el raposo Rajoy se invista o gane unas nuevas elecciones, nos engañará una vez más con falsas promesas, la corrupción es la serpiente venenosa que España lleva dentro. Nos ha dejado extenuados, abatidos, contaminados, la corrupción se extiende como una hidra, lo sabemos y no hacemos nada. Y encima nos putean, nos chulean, en las libertades y en la economía. Y tragamos, tragamos, tragamos. Aunque Rajoy asesinara a cinco niños, sus fieles le seguirían votando, no hay cosa más estúpida que la clase media conformista. Amamos lo zafio, nos gusta el reality show del PP, de Esperanza Aguirre y Rita Barberá. En el fondo tenemos lo que nos merecemos. El patriotismo de Rajoy y del PP es el del engaño, el de la mentira institucionalizada, el de la injusticia, el de la falta de respeto a los españoles. Son las fuerzas del mal que no conseguimos sacudirnos. Vivimos con los ojos cerrados ante la ignominia, ante la afrenta colectiva, ante la bruja de la corrupción que Rajoy significa. Vomitamos y nos bebemos nuestro vómito. Y lo que es peor, lo respetamos como político. Todo, hasta donde yo sé, es una indecencia.
No sin cierta razón el comentarista ‘jornada’ recuerda:
2. La disolución judicial de un partido político será acordada por el órgano jurisdiccional competente en los casos siguientes:
a) Cuando incurra en supuestos tipificados como asociación ilícita en el Código Penal.
b) Cuando vulnere de forma continuada, reiterada y grave la exigencia de una estructura interna y un funcionamiento democrático, conforme a lo previsto en los artículos 7 y 8 de la presente Ley Orgánica.

domingo, 7 de febrero de 2016

- RAJOY SE HA CAGADO Y APESTA.

El viacrucis de Rajoy.

En el PP reconocen que la reunión con Pedro Sánchez va a ser "un mal trago", el primero de muchos en estos días en los que su papel quedará relegado a un segundo plano. Los populares saben que viene por delante un periodo muy complicado. Rajoy hará actos de partido para explicar su posición, tener algo de visibilidad y amortiguar el malestar en sus filas.

El presidente en funciones, Mariano Rajoy.
El presidente en funciones, Mariano Rajoy. / SERGIO PEREZ (REUTERS)
Un mes o el tiempo que le lleven a Pedro Sánchez las negociaciones. Eso puede durar el viacrucis de Mariano Rajoy, cruzando los dedos para que en el desenlace no vaya más allá. En el Partido Popular saben que viene por delante una etapa muy difícil. "Será una agonía", reconocen muchos cargos conservadores. La mayoría teme, sobre todo, la reunión con el líder socialista. "El presidente en funciones tendrá que tragarse su orgullo, al ser recibido por la persona a la que el rey encargó formar Gobierno. Y, encima, acudirá para que Sánchez le diga que no quiere saber nada de él. Va a ser un mal trago", señala un diputado.
En las filas populares también temen la sesión de investidura, aunque no salga adelante el pacto del líder del PSOE. Ya sólo la escena se les hace cuesta arriba. Ver cómo Sánchez toma la palabra y desempeña el papel que le habría correspondido hacer a su jefe. Para los suyos este es otro momento muy incómodo. Además, él tendrá que intervenir porque si no le acusarían de "ocultarse". "Todo un papelón", reconocen en Génova.
Pero habrá más casos en los que los dirigentes del PP sufran. Por ejemplo, cuando Rajoy acuda al próximo Consejo Europeo de Bruselas, los días 18 y 19 de febrero. Entonces todos le preguntarán si se ha despejado ya el panorama político y él ni siquiera podrá asegurar si volverá en el futuro. Además, con motivo de esta cita ya se han empezado a detectar algunos problemas que, en este impasse, se pueden repetir. Antes de ir a Bruselas, el PP se va a ver obligado a consensuar una posición común con el resto de partidos. Y el jueves, Sánchez exigió a Rajoy que acordara con él cualquier respuesta a los independentistas de Cataluña. "¡Sólo nos falta tener que rendirle pleitesía al señor! ¡No tenemos por qué consultar, ni pedirle permiso!”, comentan bastante molestos los dirigentes populares.
En la dirección nacional del PP reconocen que es un periodo muy complicado para ellos. Cuando el viernes 22 de enero Rajoy declinó la oferta del monarca, en su partido fueron muchos los que no lo comprendieron. Pero en Génova aseguran que sus cargos aceptaron las explicaciones que se dieron. "No se podía dejar humillar por todos los grupos parlamentarios. Además habrían utilizado la corrupción contra él y le habrían machacado", cuenta un miembro del Comité de Dirección. "Habría sido como una moción de censura", añade un dirigente territorial.
Se sopesó mucho qué hacer. Rajoy no quería someterse a esa prueba y la comparecencia de Podemos, pidiendo sillones en el Gobierno, fue la excusa perfecta. En la balanza se impuso la retirada, -con el consiguiente cuestionamiento interno-, o quedarse "inhabilitado" de por vida. En la Moncloa, la decisión fue clara.
Pero hubo una segunda ronda y la imagen se repitió. Y esta vez, tal y como reconocen fuentes de la cúpula, la situación fue más dura porque tras comparecer un Rajoy abatido, salió un Sánchez triunfal. Algo que cuesta digerir en el PP. Donde cundió la sensación de que automáticamente pasaban a la oposición. Aunque sus colaboradores insisten en que eso no ocurrirá porque sólo se afrontó "un mal día" para que, a cambio, vengan otros mejores. Saben que la jugada de su líder es muy arriesgada pero confían en que, al final, saldrá bien y todo el mundo alabe su gestión. Pero, mientras tanto, debe afrontar esta travesía y con el partido de los nervios.
Por eso, Rajoy asistirá a varios actos del PP, como en campaña. Primero, para no quedar eclipsado. Y, segundo, para calmar las aguas internas.Además, hará mucho trabajo de campo a nivel local. En el Comité de Dirección creen que lo mejor es llegar al sustrato del partido para que cale bien el mensaje. No quieren que sus cargos y militantes estén agobiados y deprimidos pensando en cómo se va a resolver todo esto. Así que lo mejor es que su dios baje a tierra y se lo explique, pendientes de ver si el PP, al final, resucita.

sábado, 6 de febrero de 2016

- PEDRO SÁNCHEZ E IGLESIAS.




Iglesias planteó un órdago en toda regla con tres premisas: excluir a Ciudadanos de las conversaciones, mantener su pretensión de una vicepresidencia en el posible Ejecutivo y afianzar la prioridad del derecho a decidir en Cataluña. Tres condiciones que suponen, de hecho, una actitud de bloqueo de las negociaciones antes de que se lleguen a producir.
Frente a este plan, Sánchez respondió con la firmeza que se echaba de menos en anteriores ocasiones, pidiendo a Iglesias que replantee su posición de bloqueo, suspendiendo el diálogo y manteniendo la agenda de contactos prevista. Hoy mismo tendrá una reunión con el PNV, mientras los equipos negociadores de PSOE y Ciudadanos preparan encuentros para debatir los puntos en común ante un eventual programa de gobierno. Nadie duda de que, con un Parlamento tan fraccionado, es muy difícil sumar los votos necesarios para una investidura, pero no es el momento de eludir responsabilidades o intentar bloquear cualquier posible pacto esperando que los electores premien esa postura en el futuro.Podemos tiene todo el derecho a llevar sus planteamientos hasta el final, pero cada día que pasa se ponen de manifiesto con más claridad sus intenciones reales: desgastar al PSOE con vistas a unas posibles elecciones anticipadas y ocupar después su espacio.
Pedro Sánchez tiene que mantener la iniciativa política y no jugar con equívocos: lo importante es la gobernabilidad, no la investidura. Los socialistas han demostrado durante casi 40 años su importancia en el desarrollo democrático, el progreso económico y los avances sociales en España. Desde el Gobierno o desde la oposición, el PSOE ha defendido un proyecto socialdemócrata de centroizquierda y ha liderado las grandes reformas en nuestro país.
Su actual secretario general debe ser consciente de ese legado y de que la forma de recuperar el favor de los electores no es buscar la complicidad de quien solo pretende disputar su hegemonía desde el populismo, sino defender los valores que han hecho grande a su partido. Para rescatar al PSOE de sus peores resultados —los que obtuvo el 20-D— tiene que mostrar ese perfil reformista y dinamizador de la sociedad, sin complejos de ningún tipo ante cualquier presión.
Las negociaciones no han hecho más que empezar y se prevén 10 ó 12 semanas de reuniones y declaraciones. Hay que seguir intentándolo, antes de devolver a los ciudadanos la responsabilidad de solucionar el problema de la gobernabilidad. Quien bloquee una posible investidura tendrá que responder frente a sus electores antes o después.
Editorial El País 06/02/2016